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El detenido, en el interior del coche, tras prestar declaración el pasado domingo.
La investigación al cura comenzó tras denunciar que había sido agredido

La investigación al cura comenzó tras denunciar que había sido agredido

El párroco de Arroyomolinos sufrió una agresión por parte de la persona que, a su vez, le acusa de corrupción de menores

J. J. González

Jueves, 14 de abril 2016, 15:17

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La investigación comenzó por una denuncia de agresión que presentó él mismo en la Comisaría de Cáceres. El párroco de Arroyomolinos acudió a la Policía hace varias semanas para dar cuenta de que había sido agredido por una persona. La Policía abrió diligencias por este hecho y se encontró con que la persona denunciada por el sacerdote le responsabiliza a él de un presunto delito de corrupción de menores.

Según ha podido saber HOY, la denuncia que presentó el sacerdote, Juan Carlos M.T., sirvió de base para las indagaciones que al final motivaron su detención y puesta a disposición judicial por unos hechos que habrían sido cometidos hace alrededor de un año y medio en la capital cacereña, con anterioridad a octubre de 2014, cuando fue nombrado por el Obispado de Coria-Cáceres párroco de Arroyomolinos. La agresión física se ha producido en la actualidad, hace varias semanas, en torno a dos meses, según fuentes consultadas por este periódico, que indican que el sacerdote había frecuentado un tiempo la compañía de algunas personas de nacionalidad rumana y que a una de ellas, que hace un año y medio era menor de edad, le habría hecho entonces proposiciones de carácter sexual.

Esta circunstancia habría desembocado al cabo del tiempo en la agresión al sacerdote, lo que, a su vez, dio lugar a las investigaciones policiales, que también detectaron que podría ser responsable de otro delito, por un intento de apropiación indebida. En este caso, se trataría de su propósito de quedarse con la propiedad inmobiliaria de una mujer octogenaria a la que visitaba frecuentemente.

Serían los dos presuntos delitos que se le imputan al sacerdote investigado, aunque ni su abogado ni el juzgado de instrucción número 1 de Cáceres, que lleva el caso, han precisado más detalles de los cargos al tener el sumario bajo secreto.

Juan Carlos M.T. fue detenido el pasado viernes, día 8 de abril, en Arroyomolinos y tras pasar dos días en el calabozo de la Comisaría, el domingo, día 10, declaró ante la jueza, que decretó su libertad con cargos sin fianza y con orden de alejamiento hacia las dos personas víctimas de los posibles delitos que se le imputan. Asimismo, está obligado a comparecer en el juzgado los días 1 y 15 de cada mes.

Mientras, la Diócesis de Coria-Cáceres le mantiene suspendido de sus funciones de párroco de Arroyomolinos y el propio obispo, Francisco Cerro, manifestó este miércoles a este periódico su «dolor inmenso» por este caso. Tras reconocer que había sido un «una sorpresa muy desagradable», el obispo pidió prudencia para dejar que la justicia haga su trabajo, aunque precisó que ha sido necesario apartar al sacerdote de la parroquia: «Vimos claro desde el primer momento que había que tener tolerancia cero, de acuerdo con la línea de Benedicto XVI y del Papa Francisco», dijo Francisco Cerro.

En todo caso, fuentes policiales aseguraron a HOY que los hechos que se le imputan no tienen que ver con Arroyomolinos sino que fueron cometidos con anterioridad en la capital cacereña, donde reside Juan Carlos M.T.

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