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Cristina Núñez
Domingo, 22 de noviembre 2015, 10:00
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Tarde de bolígrafos nuevos, folios en blanco y presentaciones. Juana López, maestra jubilada que trabajó en el Instituto Norba, se encuentra con los rostros de las personas a las que impartirá clases durante todo este curso. Hay variedad de rasgos, y algunos hiyab (pañuelos árabes) cubriendo cabezas femeninas. También pieles oscuras y otras casi transparentes. Es un lunes de noviembre, y en el pequeño patio del local de Cáritas situado en la calle Francisco Paniagua (en el barrio de Casas Baratas) un naranjo ofrece ya unos frutos coloridos. Juana se aplica a fondo con toda su pedagogía. Desde el pasillo se la escucha explicando el plural y el singular y sus concordancias de género. «Si tengo más de un folio son los folios, no las folios», detalla hablando lento.
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