«Tenemos la sensación de que nos han tomado el pelo»

Hace una semana se reunió con Víctor del Moral, consejero de Turismo durante los últimos cuatro años. En ese encuentro le entregó el informe desfavorable elaborado por los técnicos de la Junta. Al término de la reunión, y tras conocer el documento, usted se mostró muy decepcionado. ¿Cuál es su estado anímico actual?

Nos da la sensación de que nos han tomado el pelo. Salimos de esa reunión decepcionados, pero una vez que he reflexionado pienso que era hasta lastimoso lo que escuchamos.

Nos dijo que no estaba de acuerdo con una gran parte de ese informe y cuando le preguntamos por qué no se había remitido todavía a la cofradía -estando firmado desde el 8 y el 11 de mayo- nos respondió que había sido porque en ese momento no se había considerado conveniente hacerlo. Además, nos dijo que el informe estaba sujeto a la subjetividad de los técnicos porque todos sabemos que hay tendencias. Nos dio la sensación de lástima. Si los técnicos son los que tienen la subjetividad y los que tienen las tendencias, según las manifestaciones del consejero, ¿para qué están los políticos y para qué están los consejeros?

¿Pero el informe es vinculante?

El informe no es vinculante. Y es contradictorio en todos sus apartados. Solo con leerlo te llevas las manos a la cabeza. Son capaces de decir que no se atrae turismo y dos líneas más abajo hablan de la gran cantidad de turistas que visitan la localidad y que se apostan a lo largo del recorrido procesional.

Ha manifestado que no se han aplicado criterios objetivos a la hora de evaluar la fiesta...

Nos sentimos totalmente indefensos porque no sabemos contra qué luchar ni con qué armas hacerlo.

Dicen que no hay dos sin tres. ¿Volverán a intentarlo?

Una vez que superemos esta decepción, la junta de gobierno ha decidido mantener una entrevista con el nuevo equipo de gobierno y, en el caso de que se nos expongan de forma tasada los criterios que van a seguir, veremos si la cofradía está en condiciones de cumplirlos o no. Si los cumplimos, volveremos a presentar el expediente. Si no los cumplimos, no lo presentaremos.

Uno de los puntos más controvertidos del decreto que regula la concesión de este título es el que habla de la capacidad para atraer turistas de fuera de la región. Hay quien considera que al tratarse de una declaración de ámbito regional bastaría con que los turistas fueran de otras poblaciones extremeñas. ¿Cree que habría que revisar el decreto?

Hemos buscado documentación sobre 14 comunidades autónomas. Solo en cuatro, incluida Extremadura, exigen ese requisito. Las demás solo hablan de la capacidad para atraer visitantes, con independencia de su origen. El decreto debería modificarse en todo aquello que vaya en el sentido de no dejar a la arbitrariedad nada. Todo debe estar perfectamente regulado y tasado para no dejar nada ni a arbitrariedades ni a tendencias del técnico o del político de turno.

¿Qué les ha llevado a pedir esta declaración? ¿Por qué la quieren?

En primer lugar, porque sería un reconocimiento para todas aquellas personas que han estado trabajando desde 1635 en pro de la devoción hacia la Virgen de la Montaña. Y, fundamentalmente, porque uno de nuestros fines, tal y como se establece en nuestros estatutos, es el fomento de la devoción de la Virgen de la Montaña. El hecho de estar en el circuito promocional entendemos que nos puede servir como cauce para seguir fomentando esa devoción. Que quede bien claro que no se trata de nada económico.

Algunas voces opinan que si se concediera el título a la bajada y al novenario de la Virgen de la Montaña también serían merecedores del mismo reconocimiento el resto de traslados procesionales de patronas o patronos celebrados en la región. ¿Qué hace diferente a la fiesta de Cáceres?

Creo que hay muchísimas fiestas en Extremadura que merecen conocimiento y reconocimiento. Dicho esto, yo no tengo ningún inconveniente en que todo aquello que lo merezca sea declarado de interés turístico. Pero, lógicamente, tengo que hablar de lo mío. Lo nuestro no se trata de un simple traslado de un lugar a otro. Es un acontecimiento religioso, pero también social y cultural de primer orden. Yo me pregunto: ¿a todos los traslados, como así lo denominan los técnicos, asisten los presidentes de la comunidad autónoma de Extremadura? En nuestro traslado participan de forma activa vecinos de localidades cercanas. Y damos un sentido de extremeñidad cuando se lucen los trajes regionales.

¿Cree que han medido por el mismo rasero a todas las fiestas aspirantes?

Considero que no, así lo cree la junta de gobierno de la cofradía. Nos da la sensación de que a nosotros se nos han exigido bastantes más cosas que no han pedido a otras fiestas.

¿Ha echado en falta durante estas semanas algún tipo de apoyo?

Lo ha echado de menos muchísima gente de la ciudad de Cáceres, que esperaba algún tipo de valoración pública. Y no solo por parte de la alcaldesa, sino también de algunos grupos políticos que se han manifestado a favor de esa declaración. No era un proyecto exclusivo de la cofradía; era un proyecto que iba en función de un bien para toda al ciudad y, lógicamente, creo que las personas representativas de la ciudad tenían algo que decir al respecto. Considero que la alcaldía y el grupo municipal socialista se deberían haber manifestado. Antes de ser elegido concejal mantuve una entrevista con Luis Salaya y me manifestó su apoyo. Esos silencios están extrañando a muchísima gente. No sabemos a qué obedecen. Mientras tanto, en la calle no se entiende la decisión. Me han llegado a llamar de Castellón de la Plana.