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Guardias civiles y operarios del Ayuntamiento observan cómo una retroexcavadora busca más restos, ayer por la tarde::
El sepulturero de Casar de Cáceres, imputado por tirar huesos humanos al vertedero

El sepulturero de Casar de Cáceres, imputado por tirar huesos humanos al vertedero

El hombre ha negado al Diario HOY que él hubiera arrojado los restos

S. LORENZO | L. CAMPÓN

Jueves, 26 de febrero 2015, 00:42

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«La Guardia Civil me ha preguntado por los huesos que han aparecido en el vertedero, que si podían ser del cementerio, pero yo les he dicho que no. Yo he tirado allí restos de obra, pero no restos humanos», aseguraba ayer por la tarde Antonio R. B. al Diario HOY. El sepulturero lo decía en la entrada del cementerio de Casar de Cáceres, debajo de una frase formada con letras de gran tamaño: «Señor, dales el descanso eterno y brille sobre ellos la luz eterna».

A tres kilómetros de allí, la Guardia Civil tenía precintado el vertedero municipal, en donde el martes por la tarde un joven que estaba buscando chatarra se topó con los huesos humanos.

Los agentes no dejaban aproximarse a nadie al vertedero, en el que una retroexcavadora buscaba más restos humanos con la colaboración de tres o cuatro operarios municipales. Al lado de los guardias que custodiaban la entrada había un viejo cartel de metal con la siguiente frase: «Prohibido tirar animales muertos, bajo multa del medioambiente».

El hallazgo de los huesos ha molestado a los vecinos de Casar de Cáceres , que piensan que proceden del cementerio y pueden ser, por tanto, de algún antepasado suyo. En la localidad se aseguraba ayer que, al menos, se habían encontrado unas 20 bolsas con restos.

Una vez que el joven que encontró los huesos avisó a la Guardia Civil, esta lo puso en conocimiento del Juzgado de Instrucción de guardia de Cáceres, el número 6. Hasta el lugar donde se encuentra el vertedero se trasladaron varios forenses para analizar los restos humanos.

La Guardia Civil ha realizado gestiones para averiguar a quién pertenecen y quién los ha depositado en este lugar. Las respuestas a estas dos preguntas parecen claras para los agentes que están investigando el caso. Los huesos son del cementerio, en donde recientemente han realizado obras para instalar más nichos, y el autor es el único sepulturero del pueblo, Antonio R. B., albañil de profesión que lleva cinco años trabajando en el camposanto de Casar de Cáceres. El recinto tiene la particularidad de estar entre los cinco que hay en España que son gestionados por una parroquia.

El sepulturero está imputado por haber cometido, supuestamente, un delito que está comprendido en el Código Penal en la sección de los delitos contra la libertad de conciencia, los sentimientos religiosos y el respeto a los difuntos. En esta sección, en el artículo 526 se indica que comete un delito de esta naturaleza «el que, faltando al respeto debido a la memoria de los muertos, violare los sepulcros o sepulturas, profanare un cadáver o sus cenizas o, con ánimo de ultraje, destruyere, alterare o dañare las urnas funerarias, panteones, lápidas o nichos, será castigado con la pena de prisión de tres a cinco meses o multa de seis a diez meses».

El trabajador ha negado a este medio de comunicación que él hubiera tirado restos humanos. Él reconoce que muy de vez en cuando lleva al vertedero municipal restos de obras que se hacen en el cementerio, como cascotes, trozos de madera de los ataúdes y coronas de flores secas, pero no huesos. No obstante, tras insistirle mucho comenta que igual con los cascotes, sin querer, pueda ir un hueso mezclado con el material de obra, pero no en la cantidad que se asegura que se ha encontrado. Reconoció a HOY que la última vez que tiró cascotes en el vertedero fue en el mes de abril del año pasado.

Huesos devueltos al cementerio

A las siete y media de ayer, ya de noche, los agentes de la Guardia Civil llevaron al cementerio los huesos encontrados y se los entregaron a Julio Ollero, el anciano que está encargado de la gestión del camposanto. Los restos entregados estaban en unas doce bolsas blancas de tamaño medio.

El alcalde de Casar de Cáceres, Florencio Rincón, se ha mostrado preocupado por este suceso, pero indicó a este diario que desconocía los detalles del mismo.

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