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Cristina Núñez
Sábado, 31 de enero 2015, 11:04
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Juan José Narbón Terrón (San Lorenzo del Escorial, Madrid, 1939-Cáceres 2005) solo pudo disfrutar durante cuatro años del museo dedicado a toda su trayectoria. En 2001 se inauguró en Malpartida de Cáceres el lugar en el que serían exhibidas sus obras. Juan Carlos Rodríguez Ibarra, entonces presidente extremeño, tildó a Narbón de resistente por haberse quedado en la región y trabajado aquí. Diez años antes, en 1991, le habían concedido la Medalla de Extremadura.
Diez años después del fallecimiento del artista (el aniversario se cumple en abril), este museo, que exhibe 174 obras, aunque cuenta con más de 500 además de elementos de la vida cotidiana del autor, permanece cerrado. Caja Extremadura estuvo detrás del acondicionamiento de la casa de labranza que acogió la obra del autor. El Ayuntamiento de Malpartida de Cáceres adquirió el inmueble, y fue la entidad bancaria la que se encargó de su transformación, que costó cerca de 500.000 euros. Las obras también fueron adquiridas por la Caja, por un precio simbólico de 60.000 euros. Desde su apertura el recinto permaneció abierto de manera habitual, con trabajadores que se encargaban de su apertura y de su mantenimiento. Se le dio mucha importancia al hecho de que formara parte de una especie de ruta de los museos malpartideños.
La idea de este museo era dejar constancia del papel relevante de este pintor. Manuel Vaz Romero, autor de una biografía sobre este artista, le definía como un «heterodoxo que nunca se limitó a hacer lo que hacían los demás. Era una especie de arco tenso siempre dispuesto a disparar creaciones originales». Esa originalidad y ese don le concedieron un espacio privilegiado en el ámbito artístico de la región. Su relación con Wolf Vostell y el hecho de que fuera él el que le descubrió el paraje natural de Los Barruecos hizo que Malpartida se considerara un lugar óptimo par albergar este museo.
Otras exposiciones
Además de la muestra permanente, pudieron disfrutarse también de distintas exposiciones. Hubo muestras de artistas de otras regiones e incluso internacionales. También se instituyó el premio Narbón de Artes Plásticas, dirigido a alumnos de Instituto. Su hijo Juan José Narbón Romero también expuso en un museo del que los expertos destacan la perfecta integración entre el contenido y el continente.
Desde el año 2009 el museo permanece cerrado al público. Se puede acceder a él bajo petición. Lo visitan grupos, aunque también pueden verlo particulares. Los funcionarios de la oficina de Turismo se encargan de abrir este recinto. Carlos Ongallo, gerente de la fundación bancaria de Caja Extremadura, integrada en Liberbank, explica que aunque no tiene un horario establecido, eso no significa que este museo esté cerrado. Tampoco hay que temer por las condiciones en las que se encuentran las obras exhibidas. Ongallo asegura que todas las semanas se limpia este museo, y que cuenta con facturas que lo justifica, y que también se procede a mantenerlo acondicionado.
Pero lo que Carlos Ongallo quiere recalcar es la necesidad de entablar conversaciones con el Ayuntamiento de la localidad para establecer un convenio y que pueda abrirse de nuevo en un horario normalizado. «Existe la voluntad de de activar al máximo posible el uso del museo», destaca Ongallo.
Alfredo Aguilera, alcalde de la localidad, asegura que aunque el tema no está olvidado, las conversaciones con Ongallo se remontan a dos años atrás, aunque le gustaría activarlas. Busca una explicación al cierre de este museo a la reconfiguración de Caja Extremadura después de su absorción por Liberbank. Se redujo el presupuesto de manera que se hacía insostenible mantener el coste que implicaba este recinto. «Mi idea es abrirlo con nuestros propios trabajadores», comenta Aguilera. «Aunque no esté abierto todo el día, pero mantenerlo al menos unas horas». Aunque se seguiría necesitando la aportación de Caja Extremadura, él se compromete a que el consistorio aporte una parte que haga viable su sostenibilidad. Alfredo Aguilera señala que el inmueble es «perfecto», y que además cuenta con posibilidades para llevar a cabo otras actividades que repercutan en la vida cultural de la localidad, de 4.400 habitantes y situada a 11 kilómetros de la capital cacereña. Dividido en 12 salas, este museo cuenta con una sala polivalente apta para acoger otros actos de la localidad. A Aguilera le gustaría que antes de que finalice su mandato (las elecciones son en mayo) se resolviera esta cuestión, pero reconoce que actualmente están más centrados en que la 'Pedida de la Patatera' sea reconocida fiesta de interés cultural.
María Jesús Herreros de Tejada, directora del Museo Pedrilla, amiga personal de Juan José Narbón y gran conocedora de su obra, considera muy grave la actual situación de este espacio. Cree que durante el tiempo que estuvo abierto «no se supo promocionar» y que se mantuvo «fuera de los circuitos», por lo que cree que si se abriera, debería ponerse en el mapa de alguna forma.
La familia del pintor ha declinado pronunciarse de momento sobre el estado del museo.
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