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Las vallas ya han desaparecido de la calle Barrio de Luna. :: a. méndez
La calle Barrio de Luna abre al tráfico después de casi dos años cerrada

La calle Barrio de Luna abre al tráfico después de casi dos años cerrada

Un edificio en ruinas obligó a cortar la vía a comienzos de 2013 y el Ayuntamiento ordenó a los propietarios que arreglasen el inmueble

Manuel M. Núñez

Lunes, 27 de octubre 2014, 08:47

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Un edificio en mal estado obligó a cortar por seguridad la vía pública. La calle quedó cerrada al tráfico y lo que parecía que sería cuestión de días o semanas se fue prolongando sin que nadie encontrase soluciones. Justo cuando los vecinos creían que había llegado el momento de alzar la voz se ha hecho la luz en Barrio de Luna. Desde hace unos días y por primera vez desde 2013 los coches ya pueden atravesarla.

LOS DATOS

  • uLugar. Calles de Barrio de Luna y Barrio Nuevo. El mal estado de un edificio impedía el paso de vehículos desde principios de 2013.

  • uEl edificio. Está en el número 2 de Barrio de Luna y conecta con Barrio Nuevo. 1.245 metros cuadrados. Es de los años 40.

  • uAccidentes. Algunas motos se colaban entre las vallas de la calle y se habían producido caídas.

El desconcierto empezaba a ser mayúsculo. Habían pasado casi dos años desde que se colocaron las vallas que impedían el paso. Las obras que se comprometió a ejecutar la propiedad del inmueble ya se hicieron el pasado verano. En teoría no había ya ningún motivo para que la calle siguiese cerrada. Los residentes ya se estaban planteando iniciar una campaña de recogida de firmas.

El asunto había pasado por el pleno municipal del mes de febrero. Víctor García Vega, concejal del grupo socialista, le preguntó a la alcaldesa directamente. «El trámite está en curso, pero a veces la administración se retrasa», incidió Elena Nevada sobre el cierre de la calle y la apertura que reclamaban los vecinos. Ocho meses después de que este problema se debatiese entre los integrantes de la Corporación, Barrio de Luna ha regresado a la normalidad. Y ello pese a que los arreglos a los que se había comprometido la propietaria sí se concretaron el pasado mes de julio.

«¿Hasta cuándo va a durar?», se cuestionaban los afectados entonces. Hasta la semana pasada seguían haciéndolo, admite Angelines Picapiedra. Vive en el número 5 y se ha convertido en estos meses en una improvisada portavoz del vecindario. En una carta enviada al Consistorio solicitaba que se arbitrasen medidas para que la vía «pueda quedar libre al tránsito». También se han denunciado casos de personas de avanzada edad (sobre todo el de una señora de casi cien años) a las que ni siquiera podían recoger a la puerta de casa los servicios médicos.

«Seguramente esto no habría pasado si esta calle estuviese habitada por cientos de personas. Somos pocos y eso hace que no se nos escuche tanto», sugiere Angelines Picapiedra, que pese a todo se da por satisfecha con este final feliz. Aunque hayan debido esperar demasiado. El cierre de la calle había servido de debate en el barrio. En el Udaco que regenta el señor Antonio, en la calle Barrio Nuevo, la pregunta más repetida era: «¿De qué nos sirve que hayan hecho la obra si no podemos pasar?». Los clientes y otros afectados le daban la razón.

Los vecinos han llamado en varias ocasiones al servicio municipal de Urbanismo. Resueltas las deficiencias en el edificio del número 2 que provocaban humedades en las casas colindantes se daba el primer paso. Los problemas de inseguridad, en teoría, también han quedado atrás. Hasta hace unos días las vallas aparecían caídas por el suelo y algunas motos se saltaban a la torera la prohibición de pasar. Eso es pasado. Barrio de Luna, tras casi dos años, vuelve a ser una calle como cualquier otra.

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