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La arquera Fátima Agudo, tres veces subcampeona del mundo, ayer en la Ciudad Deportiva. :: l. cordero
Los homenajes olvidados

Los homenajes olvidados

El nombramiento de la arquera Fátima Agudo como hija predilecta y la escultura al Maestro Solano, asignaturas pendientes del Consistorio

María José Torrejón

Miércoles, 17 de septiembre 2014, 08:38

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Los recientes nombramientos del exalcalde socialista Juan Iglesias Marcelo como hijo predilecto y del cirujano gaditano Salvador Pascual como hijo adoptivo de la ciudad han traído a la memoria esos otros homenajes olvidados que el Consistorio tiene pendientes con otros cacereños ilustres.

La arquera extremeña Fátima Agudo, que se proclamó tres veces subcampeona del mundo y dos veces subcampeona de Europa, lleva siete años a la espera de obtener su distinción como hija predilecta. No se trata de un capricho personal, sino de un compromiso adoptado por el Ayuntamiento en mayo de 2007, durante el último pleno celebrado antes de las elecciones municipales.

El que sí cuenta ya con esta distinción es el Maestro Solano, que nació en Cáceres en 1921 y falleció en Málaga en 1992. Su nombre está unido al de la copla con composiciones tan conocidas como el 'Porompompero' o 'A tu vera'. Una placa de azulejos situada junto a la ermita de la Soledad recuerda el lugar donde nació y vivió el compositor, que también da nombre a una calle situada en Nuevo Cáceres. Sin embargo, la ciudad todavía tiene con él una deuda: una escultura que no acaba de llegar. El Ayuntamiento anunció la colocación de la estatua en la Plaza de San Juan en 1998, seis años después de su muerte. Desde entonces, diversas voces de la música local han reivindicado este homenaje sin encontrar, hasta la fecha, una respuesta municipal.

Quienes también saben de homenajes olvidados son las trabajadoras de la empresa textil Induyco. Mañana, jueves, se manifestarán a las puertas de su lugar de trabajo para pedir al Ayuntamiento que instale de una vez el monolito dedicado a las empleadas del centro encargado hace tres años por el propio Consistorio.

'La Robin Hood extremeña'

A Fátima Agudo se la llegó a calificar como la 'Robin Hood' extremeña. Su vida, indica, ha cambiado desde que propusieron su nombramiento como hija predilecta. «En el año 2007 estaba en pleno apogeo deportivo, en la alta competición. Yo creo que ya me he enfriado», apunta. No obstante, esta mujer de 46 años y madre de dos hijos no ha abandonado del todo los entrenamientos.

Admite, a pesar de todo, que una distinción así siempre agrada. «Eso sí, me gustaría que fuera en vida», reconoce Fátima Agudo, que trabaja como enfermera. «Del arco no se puede vivir», sentencia.

Su propuesta de nombramiento partió del concejal socialista José Andrés Mendo. «Yo lo propuse y Saponi -entonces alcalde- cogió el guante. No hubo oposición», recuerda Mendo, ya exedil. Pero después de aquel pleno llegaron las elecciones municipales y en el Ayuntamiento de Cáceres hubo un cambio de gobierno. Carmen Heras sucedió a José María Saponi. Y la distinción de Fátima Agudo se quedó en el cajón.

«Es necesario que una cacereña que ha sido subcampeona del mundo tenga este reconocimiento. Hay que reconocer a la gente de esta tierra y a los deportes minoritarios. No solo existe el mundo del fútbol y el baloncesto», reivindica Mendo.

A pesar del paso del tiempo, el exconcejal no ha tirado la toalla y hace poco recordó el asunto al grupo municipal socialista. El nombramiento de Fátima Agudo se debatió recientemente en la comisión de cultura, según informa Paco Hurtado, actual concejal del PSOE. «Se desconocía el tema; el equipo de gobierno ha acogido la propuesta con agrado», subraya Hurtado.

Jesús Bravo, concejal de Cultura, avanza que existe la intención de retomar esta asignatura pendiente. No obstante, recuerda que el nombramiento más inmediato será el de Jaime Velázquez, expresidente de la Diputación, como hijo adoptivo.

«Es una deuda pendiente que la ciudad tiene con él», dice Elpidio Bernáldez, impulsor de la Asociación Musical Cacereña, cuando se le pregunta por la escultura al Maestro Solano. «Dos de mis últimos deseos son que Guadalupe pase a depender de una diócesis extremeña y que el Maestro Solano tenga su escultura», añade. La iniciativa partió originalmente de la asociación Maestro Juan Solano.

Aunque al principio se había optado por encargar la estatua a la Universidad Popular, finalmente se decidió que fuera el escultor cacereño César David el responsable de hacerla. El artista, evoca, presentó varios bocetos. No se trataba, cuenta, de hacer un busto sin más, sino una obra de arte que apresara la esencia del homenajeado. César David concibió un gran piano de acero o un abanico del mismo material, entre otras propuestas. Pero sus bocetos se quedaron sobre el papel. Las discrepancias surgidas por la financiación de la estatua frenaron el proyecto. En 2007 José María Saponi anunció que se retomaría la iniciativa, a petición de la Asociación Musical Cacereña. Pero todo sigue igual.

Fátima Agudo, el Maestro Solano y las trabajadoras de Inditex permanecen a la espera de un homenaje que no acaba de llegar.

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