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Sergio Lorenzo
Viernes, 22 de agosto 2014, 00:36
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«Dentro de los deportes su mayor pasión era el ciclismo, y practicándolo nos abandonó. El sábado día 13 de agosto de 2011, sobre las ocho y media de la mañana (...) tirado en la carretera quedó su cuerpo inerte, roto, como todos sus proyectos e ilusiones». Estas palabras fueron escritas en el blog de Fran Boina en memoria de Félix Sánchez González, a los pocos días de morir arrollado por un coche en la carretera nacional 630, en el término municipal de Villar de Plasencia, cuando practicaba el ciclismo con un amigo.
Félix Sánchez murió con 47 años. Estaba casado y tenía dos hijos. Trabajador de mantenimiento del Hospital Virgen del Puerto de Plasencia, pertenecía a la Peña Cicloturista de Placentina que puso su nombre al Día de la Bicicleta Ciudad de Plasencia.
En el año 2013 el Ayuntamiento de Plasencia le rindió homenaje, poniendo su nombre a una senda peatonal de la margen izquierda del río Jerte. Tras descorrer la cortina y descubrir la placa con el nombre de Félix Sánchez, el alcalde Fernando Pizarro indicó que el Ayuntamiento pretendía con ese acto dar una llamada de atención, «para que no vuelvan a suceder accidentes de este tipo, que en este caso se ha llevado la vida por delante de un gran deportista».
Tras el accidente los tribunales han analizado cómo había ocurrido. Ahora, la Audiencia de Cáceres ha concluido el procedimiento, confirmando la sentencia del Juzgado de lo Penal de Plasencia que condenó al conductor que arrolló a Félix Sánchez, a dos años y nueve meses de prisión al considerar que es autor de un delito de homicidio por imprudencia, además de cometer un delito contra la seguridad vial en su modalidad de conducción bajo la influencia de bebidas alcohólicas.
También se le condena a no poder conducir un vehículo durante cuatro años y medio.
El coche colisionó por alcance con Félix Sánchez, que estaba circulando en paralelo con otro ciclista, en un tramo recto con buena visibilidad. Tras el accidente el conductor confesó a la Guardia Civil que había estado de fiesta, que se bebió tres copas de ron y no tomó alimento sólido en toda la noche desde la diez, hora en la que cenó. El accidente ocurrió a las ocho y media de la mañana. Se le hizo la primera prueba de alcoholemia a las nueve, y dio positivo: 0,73 miligramos de alcohol por litro espirado. A las nueve y media se repitió y dio más, 0,77 miligramos.
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