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María José Torrejón
Viernes, 25 de abril 2014, 00:22
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Decisión salomónica para la romería de Santa Lucía que debería resolver un conflicto prolongado desde hace cinco años. El juzgado de primera instancia número 7 de Cáceres ha reconocido en sentencia la «existencia de un derecho real de servidumbre de paso y acampada», de tal forma que los ciudadanos pueden acceder «junto a sus vehículos y animales a la finca colindante a la ermita el segundo domingo de mayo cada año».
Es decir, se puede celebrar la romería de Santa Lucía, que según la tradición se viene realizando desde 1657, pero en entredicho desde que el nuevo propietario de la finca donde se encontraba ubicada la iglesia decidió vallarla, para proteger al ganado vacuno que introdujo en la parcela.
Las trabas con la que los romeros se fueron encontrando desde finales del año 2009 para poder llegar hasta la ermita y, sobre todo, celebrar a gusto y como habitualmente se venía haciendo la romería de Santa Lucía cada mes de mayo, llevó al Obispado de Coria-Cáceres, propietario a su vez de la ermita, a acudir a los tribunales el pasado junio.
La magistrada juez María Purificación González-Vara Ibáñez ha estimado parcialmente su demanda en sentencia del pasado 14 de abril, aunque establece una serie de condiciones para poder ejercer en plenitud el derecho que les reconoce.
De este modo, las personas encargadas de la romería deberán comunicar su celebración a los dueños (la demanda va dirigida contra José Carlos Caldera, Inmaculada Dómine y Carlos Miguel Arroyo) de la finca con una antelación mínima de 48 horas. Tienen que comunicar con esa antelación «si es necesario retirar la totalidad del vallado circundante a la ermita de Santa Lucía» y qué parte del cerramiento de la finca, para el acceso de los vehículos.
Eso sí, deberán ser los dueños de la finca los que se ocupen de retirar el vallado indicado y de «evitar que el ganado existente en su propiedad cause molestias u obstaculice la celebración del evento».
Igualmente, falla la jueza que los demandados deben «retirar los escombros depositados en el contorno de la ermita y dejar libre de obstáculos que dificulten la acampada». Hay que recordar que también este aspecto fue objeto de polémica en los últimos años, ya que aunque se logró poder acceder hasta el recinto religioso de Santa Lucía para celebrar la misa, los escombros acumulados en sus inmediaciones no hacían posible llegar hasta el lugar con vehículos ni celebrar la romería posterior.
El fallo judicial, no obstante, también establece que los organizadores de la romería deberán dejar el recinto tal y como estaba antes de su celebración, y lo tendrán que hacer en un plazo de 48 horas.
En concreto, la jueza señala que deben «reponer el vallado o las partes del mismo retiradas», así como hacerse cargo de «la limpieza del predio, dejándolo libre de basura o residuos que tengan su origen en la celebración de la romería». El coste deberá ser asumido, pues, por el Obispado.
Pese a la controversia suscitada desde que la finca donde está la ermita cambió de dueños, la romería no se ha llegado a suspender ningún año. Eso sí, en 2013 ya fue necesario un auto judicial con medidas cautelares para garantizar su realización.
Desde el Obispado se han remitido a la difusión de una nota de prensa para exponer su opinión sobre el citado fallo judicial. Este diario ha podido saber, no obstante, que se encuentran satisfechos con la decisión del juzgado, aunque no completamente, y que se ha decidido solicitar la ejecución de la sentencia, ante las fechas en las que nos encontramos. Este año, la romería tendría que celebrarse el próximo 11 de mayo, domingo.
Los servicios jurídicos del Obispado de Coria-Cáceres intentaron a finales del año 2009 llegar a un acuerdo amistoso con el propietario de los terrenos. El Ayuntamiento, igualmente, abrió expediente al dueño y una resolución de alcaldía estableció que el sendero que llega hasta la ermita es público. En consecuencia, la puerta de acceso a la fina no podía estar cerrada, como sucedía al principio de esta polémica. El dueño alegaba que existía un camino alternativo y luego se dejaba la finca sucia tras la romería.
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