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Los pacenses arropan a la Virgen de Bótoa

Los pacenses arropan a la Virgen de Bótoa

El buen tiempo animó a muchas familias y grupos de amigos a participar en la romería y pasar un día en el campo | Aunque el puente restó asistentes, cientos de vecinos decidieron acompañar a la Señora de los Campos

Tania Agúndez

Domingo, 1 de mayo 2016, 18:11

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La historia se repite año tras año, pero los más fieles nunca faltan a una cita hecha a base de tradición y costumbres. La romería en honor a la Virgen de Bótoa volvió a reunir una vez más familias y grupos de amigos que no solo arroparon a la Señora de los Campos, sino que además se animaron a pasar un agradable día en el campo.

Desde la tarde anterior el entorno de la ermita registró una intensa actividad, ya que tras la celebración de la misa de campaña muchas personas decidieron hacer noche en la zona durmiendo en tiendas de campaña. Pero el día grande fue ayer. A lo largo de toda la mañana se desarrollaron actos religiosos y lúdicos en honor a la Virgen. Las misas, la procesión, la subasta del ramo y el rosario además de los diversos concursos que se organizaron marcaron el ritmo de una jornada que para muchos se convirtió en un día de convivencia en la dehesa.

Una vez más el calendario volvió a ponerse en contra de la romería. El puente de mayo y las buenas previsiones meteorológicas restó público. Así lo reconocía Javier Giralt, que acaba de estrenar cargo como hermano mayor de la Hermandad de Nuestra Señora de Bótoa. «Es cierto que hay menos gente que otros años, pero también hemos notado que acompañando a la Virgen había muchas más personas que en otras ocasiones», destacó el portavoz de la agrupación tras la procesión.

Aunque ayer no se vio la masificación de otros años, es cierto que fueron muchos los devotos que no fallaron a la convocatoria.

A mediodía encontrar un hueco libre bajo una encina en la que montar una silla y una mesa de campo era casi misión imposible. El sol y las altas temperaturas hicieron que la sombra fuera de lo más buscado en el día de ayer. La familia de Avelina Martín González fue una de las más madrugadoras. A las ocho de la mañana ya habían llegado al recinto para coger sitio. «Sabíamos que por la noche había venido mucha gente y a nosotros nos gusta estar en la zona más cercana a la ermita», apunta.

Natural de Valdebótoa, lleva acudiendo a esta cita desde pequeña con sus padres, hermanos, primos y tíos. Para ella y su familia la romería de Bótoa es una de las fechas más importantes del calendario. «Seguimos viniendo todos los años. Mis hermanos, primos, tíos, sobrinos... llegamos a juntarnos más de 30 personas, más que en Navidad. De hecho, algunos vienen desde Mérida o Almendralejo, localidades en las que residen actualmente. Es un día especial. Si falta alguno suele ser por una causa mayor», indica.

Avelina ha sido testigo de cómo en los últimos años ha disminuido la cantidad de asistentes a la romería de Bótoa. «Conozco a mucha gente del pueblo que se queda en su finca particular o en el merendero de Valdebótoa, pero a mí me da pena que se pierda la tradición de pasar el día en el campo. El día de la romería de Bótoa es estar aquí, junto a la ermita», sostiene.

Mientras Avelina atiende a la barbacoa tira de memoria y recuerda cómo ella y su abuelo decoraban los carros con los que transportaban todo el material que llevan al campo. «Todo el mundo venía con los carros adornados», señala.

Desde Badajoz llegó la familia de Juan Pedro Hernández, que tampoco falla a la romería. «Todos los años venimos. En esta ocasión hemos llegado a las 10 horas. Para mí es pasar un día tranquilo aquí comiendo y bebiendo», reconoce.

En torno a las 12 horas se registró el momento más complicado para el tráfico, cuando se produjeron retenciones para acceder a la parcela. La Guardia Civil se vio obligada a regular la circulación en varias ocasiones para evitar mayores problemas.

La jornada se abrió con tres oficios religiosos celebrados en la ermita. El primero, el de las 9.30 horas, estuvo dedicado a los miembros de la Hermandad que han fallecido a lo largo de este último año y contó con la participación de las Lavanderas. La segunda misa empezó a las 10.30 horas y en ella cantó el grupo de mayores de San Andrés. La tercera, la Misa Mayor, arrancó a la 11.30 horas y estuvo interpretada por el grupo de Coros y Danzas 'Extremadura' de Badajoz. A continuación se desarrolló la procesión. Tras la lluvia de pétalos con la que fue recibida a la salida de la ermita, la imagen de la Virgen de Bótoa inició el recorrido acompañada de cientos de personas. Los caballistas, los grupos folclóricos, los miembros de la Junta de Gobierno de la Hermandad y multitud de devotos siguieron al paso hasta la encina. Tampoco faltaron a la cita las autoridades civiles. El alcalde de Badajoz, Francisco Javier Fragoso, y algunos concejales como Paloma Morcillo o Francisco Javier Gutiérrez Jaramillo también participaron en el cortejo.

El desfile obligó a cortar durante unos minutos la carretera y uno de los momentos más emotivos de la jornada fue la parada de la imagen frente a la residencia de ancianos Lisardo Sánchez. Allí el grupo folclórico 'Extremadura' ofreció un baile.

Tras el regreso de la comitiva a la ermita se subastó el rosario de plata que portó la Virgen. Aunque el precio inicial era de 100 euros, finalmente se adjudicó por 700 euros a Rosario Gómez de la Peña, concejala de Servicios Sociales en Badajoz.

El ramo alcanzó los 1.300 euros que ofreció Gonzalo Robles, el que ha sido hermano mayor de la Hermandad durante los últimos cinco años. «Quería acabar mi cargo pujando por el ramo de la Virgen», dijo. Finalmente, el adjudicatario lo devolvió de nuevo a las andas de la imagen.

Caballistas y carrozas

En su recorrido por la dehesa la Reina de los Campos estuvo acompañada por caballistas y carrozas, dos colectivos que disfrutaron de su propio concurso. En total se presentaron dos vehículos al certamen de carros. El primer premio, dotado con 500 euros, recayó en la carroza denominada 'Bendita Encina', de Badajoz. El segundo premio, dotado con 100 euros, se lo llevó la carroza 'Los romeros', procedente de Gévora. En el paseo de caballos participaron una veintena de caballistas y amazonas, aunque fueron muchos más los que desfilaron durante la procesión. «Es una tradición que cada vez tiene más adeptos y por eso este año hemos decidido premiar a los jinetes y animales mejor preparados», apuntó Giralt.

Un año más la Hermandad de la Virgen de Bótoa organizó el espeto de cerdo solidario. El colectivo vendió raciones de cerdo asado a tres euros y la recaudación se destinará a Provida.

Al concurso gastronómico se presentaron una veintena de platos típicos extremeños como migas, gazpacho, tortilla de espárragos, habas con cordero, caldereta o leche frita, entre otras elaboraciones. Con la patrona de nuevo en el altar, los fieles desalojaron la ermita y muchos aprovecharon para comer en la zona de las casetas, que registró menos afluencia de público que otras ediciones.

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