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Imagen de la zona de entrenamiento agility del parque canino de la margen derecha. :: hoy

Los usuarios del parque canino de Badajoz piden focos para paliar la falta de iluminación

Los dueños de los perros dicen que el área recién estrenada de la margen derecha se queda sin uso cuando cae la noche

MIRIAM F. RUA

BADAJOZ.

Lunes, 19 de febrero 2018

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Los usuarios del parque canino, situado en la margen derecha del Guadiana, reclaman que se instalen focos para que no quede inutilizado cuando cae la noche.

Se quejan de que las luces de las farolas que salpican los paseos del parque no son suficientes para iluminar el recinto y piden que se refuerce la luz con focos similares a los que alumbran los circuitos de aparatos de gimnasia o las distintas pistas deportivas que hay en el parque del río.

El parque canino está abierto permanentemente, sin embargo su uso se ve reducido a las horas de sol. Esta es la principal deficiencia a la que apuntan los usuarios de este parque, abierto al público a finales de diciembre del año pasado.

Reclaman que se pongan papeleras en el recinto porque ahora hay que salir para tirar los excrementos

«Falta luz, por la noche aquí no se ve nada y si los perros hacen sus necesidades no las puedes ver ni controlar, tenemos que estar encendiendo la linterna de móvil y buscándola para poder recogerlas. Tendrían que poner farolas o una torre con focos dentro del recinto», comenta Miguel Ángel Sánchez, dueño de dos perros y un habitual del parque canino.

Lo mismo apunta Sandra Gallego. «A partir de las seis y media de la tarde que anochece, aquí no se ve nada. Si el perro hace caca tienes que estar alumbrando con el móvil para recogerla. Tendrían que poner focos en los mismos postes de las farolas como hay en la zona de columpios infantil o en las pistas porque con la iluminación de fuera no es suficiente».

«Esto se queda completamente oscuro y aunque el recinto está cerrado, los perros se alejan jugando y ya nos los puedes ver», dice Javier Centella, que disfruta de su braco en este parque.

Miguel Ángel Sánchez dice además que la falta de luz en el parque canino resta visibilidad a los propios animales. «He visto a perros golpeándose con los árboles porque al correr no ven los obstáculos».

Esta no es la única deficiencia que le ven al parque, hay otra. La falta de papeleras dentro del recinto del parque canino. Una de las normas precisamente del área es que los dueños deben recoger los excrementos de sus animales, pero para tirarlos hay que salir del parque porque las papeleras están fuera.

Los trabajadores de la empresa Joca, que es quien se encarga del mantenimiento del parque, confirman que esta es una queja muy extendida entre los usuarios y que ya la han hecho llegar al Ayuntamiento.

«Las papeleras están todas por fuera de la valla, no hay ninguna en el parque canino. Si eres alto te puedes acercar y tirarla sin salir, pero si eres bajito tienes que encestar como si fuera una canasta o salir del recinto para deshacerte de las bolsas», cuenta Sandra Gallardo.

Además de las papeleras, varios usuarios coinciden en la conveniencia de que se instalen dispensadores de bolsas para recoger los excrementos, porque aunque reconocen que es una práctica que se respeta en el parque canino, siempre hay quien se hace el remolón y no recoge.

«El mantenimiento del parque depende de nosotros mismos y en general es bueno, aunque te puedes encontrar alguna caca, entre nosotros mismos nos llamamos la atención», añade Gallardo.

Los pinos y la procesionaria

Hay otra circunstancia que preocupa mucho a los dueños de los perros y son los pinos que se han plantado dentro del recinto. «El que ha puesto los pinos sabe poco de animales, otra especie hubiese sido mejor», dice Javier Centella.

El problema de los pinos es la procesionaria, una oruga urticante que aunque afecta tanto a humanos como a animales, en estos últimos, sus consecuencias son mayores, ya que se les inflama la lengua y puede necrosiarse o provocar asfixia si no se trata rápidamente.

«Los pinos son muy peligrosos para los perros», alerta Mamen María, vecina de Valdebótoa que suele venir con su perro al parque canino para que jueguen con otros canes.

La procesionaria ya ha aparecido en el parque de la margen derecha. Sandra Gallardo explica que dieron la alerta al personal de mantenimiento de que había orugas y asegura «que retiraron rápidamente los nidos, pero tienen que vigilar mucho los pinos porque a cien metros está el parque infantil».

En general, los usuarios están satisfechos con el parque canino, donde dicen que hay buena convivencia entre los dueños y los animales. Pero quieren más bancos porque aseguran que de media están en el parque unas dos horas y advierten de que cuando llegue el verano será impracticable si no se habilitan zonas de sombra.

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