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Miércoles, 1 de abril 2015, 07:38
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La catedral de Badajoz acogió ayer la misa crismal, que fue presidida por el arzobispo de Mérida-Badajoz, Santiago García Aracil, y concelebrada por el arzobispo coadjutor, Celso Morga, junto a 150 sacerdotes de la diócesis, entre ellos José María Gil Tamayo, secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española. En esta misa los sacerdotes renovaron sus promesas sacerdotales y fueron consagrados los santos óleos y el crisma que se utilizará en las celebraciones litúrgicas del próximo año en todas las parroquias de la diócesis. Como en años anteriores, se suprimió el tradicional aperitivo posterior a la misa. El dinero que se iba a dedicar a este ágape, junto a una aportación personal que realizan los sacerdotes, se destinará a Cáritas para cubrir necesidades sociales.
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