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Viernes, 20 de abril 2018, 14:08
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José Pedro Rodríguez se ha hecho este viernes 300 kilómetros en la furgoneta Opel Vivaro blanca que le prestó la mancomunidad de Riveros de Fresnedosa. Es alcalde en Riolobos, un pueblo entre Coria y Plasencia que tiene una charca en mitad de la dehesa de cinco hectáreas.
Leyó en HOY lo de la sobrepoblación de gansos en el Guadiana de Badajoz y pensó en la laguna municipal. Ahora llegan las comuniones, los turistas que pasan por Monfragüe y los paseos familiares por el entorno. Las fotos, pensó, quedarán mejor que con la lámina de agua sin fauna.
Preguntó a la Junta y en Medio Ambiente le pusieron en contacto con Antonio Ávila, el concejal del ramo en Badajoz. Ambos se han pasado la mañana capturando gansos en la margen derecha, bajo el Puente de Palmas.
La Junta le autorizó a llevarse treinta en la furgoneta, pero no fue fácil echarles mano. Los animales aprenden rápido. Los primeros intentos para acercarlos hasta la jaula metálica siguiendo el rastro del pan duro fueron exitosos. Pero a base de repetir la operación, se resabiaron y al final hubo que acudir a una red negra para cazarlos antes de que emprendieran el vuelo. Cuatro operarios del parque y el propio concejal Ávila apresaron a las aves en cinco intentos distintos. Cambiaron dos veces de emplazamiento para apresar a los desentrenados.
Este viernes había que capturar 55 ejemplares, los 30 de Riolobos más los 25 autorizados a Maguilla. El camión del Ayuntamiento de Maguilla llegó antes que el de Riolobos al Guadiana y para ellos todo fue más fácil. Antes de las diez ya los habían cargado.
Fue muy rápido porque los animales entraron en tromba en la jaula comiendo el pan.
Aún no se habían percatado de que la generosa ración les llevaba a una trampa.
A las dos de la tarde disfrutaban de nuevas vistas. A 135 kilómetros de donde habían amanecido. En la charca de este pueblo cercano a Llerena le esperaban comederos rebosantes de trigo como festín de bienvenida, según contó la alcaldesa Fernanda Ortiz.
Esta primera semana será tranquila. Maguilla ha restringido el paso a la charca del pueblo.
El viernes que viene, adelanta la alcaldesa, los niños podrán conocerlos. «Le vamos a dar unos días para que se adapten a su nuevo hogar».
Fernanda Ortiz, la regidora, espera que los gansos tengan más suerte que los patos que habitaban habitualmente el humedal de Maguilla. Fueron presa de los zorros. Igual que en Riolobos, en Maguilla no se resignan a perder la fauna acuática. Llamaron al Ayuntamiento de Badajoz para traerse algunas de las que le sobra. «Desde que conocimos el problema pensamos en que podríamos salvar algunos trayéndolos aquí».
La operación jaula de ayer fue la primera de muchas que tiene prevista el Ayuntamiento en los próximos días para aligerar la población ánade en el río. La idea es capturar y recolocar más de trescientos, pero el proceso lleva su tiempo. El concejal Antonio Ávila ya advirtió ayer que a los animales también hay que dejarlos descansar. «Se hará de forma paulatina. Iremos avisando según vayamos cogiendo».
Ávila ha trabajado en las últimas semanas con la Junta de Extremadura para ultimar la documentación necesaria.
Hay exigencias sanitarias y de bienestar animal que deben cumplirse en estos transportes. Con las autorizaciones pertinentes, el Ayuntamiento ya tiene una lista de espera.
El veterinario Carlos Rosa ha colaborado con el Ayuntamiento elaborando una lista de interesados.
Ayer, como otros muchos curiosos, pasó por el parque del Guadiana. Agradeció que finalmente se optara por la recolocar más que por el sacrificio. «Siguen viviendo en libertad y eso es importante».
A la primera llamada pública que hizo pidiendo colaboradores respondieron más de treinta. Le han llamado de toda Extremadura y en muchos casos se trata de agricultores o ganaderos con fincas grandes y charcas para el ganado.
La sobrepoblación de gansos no es exclusiva de Badajoz, otras ciudades con parques urbanos como Mérida también suelen periódicamente retirar animales para cederlos a los vecinos que lo piden.
Tanto en la Isla de Mérida como en el parque de la margen derecha de Badajoz los animales conviven con los paseantes y usuarios, que les echan comida y fomentan la sobrepoblación.
El alcalde de Badajoz habló en febrero de «invasión» y pidió colaboración a la Junta de Extremadura porque el descontrol ponía en peligro la zona de especial protección de aves (zepa) de la ciudad. La Zepa alberga 180 especies distintas. Los gansos son solo una más. Aunque la más visible.
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