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Inocencia Cabezas en su despacho de Badajoz. :: j. v. arnelas
«Todo es poco para ayudar a romper una relación tóxica con el agresor»

«Todo es poco para ayudar a romper una relación tóxica con el agresor»

Inocencia Cabezas Rangel Fiscal delegada de Violencia de Género en Badajoz ·

En veinte años de trabajo con mujeres maltratadas, Inocencia Cabezas observa avances, pero aún cree necesaria una mayor implicación social para acabar con esta lacra

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Martes, 8 de mayo 2018, 07:52

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A Inocencia Cabezas (Ahillones, 1962) no le gustan los grandes titulares. Lo suyo es el trabajo callado y discreto por las mujeres que sufren violencia de género. Su especialización comenzó cuando casi nadie hablaba de este problema y desde entonces ha tratado de impulsar una línea de actuación que ha sido reconocida con la Medalla de Oro que le concedió la Diputación de Badajoz en el primer Día de la Provincia.

-¿Estamos cerca del fin de la violencia de género o es un problema sin remedio?

-Hay aspectos que nos animan a ser optimistas, pero en el informe anual siempre recuerdo que debemos seguir educando en igualdad porque la realidad nos demuestra que hay niños jovencísimos que con 20 años salen del juzgado condenados por maltrato habitual. Eso quiere decir que la relación que comenzaron cuando eran menores se ha basado en ese desequilibrio, en el esto no me gusta, en el reñirla o abofetearla delante de las amigas, desplegando unos comportamientos que no parecen razonables en personas que se han educado con unas campañas impresionantes para educar en igualdad.

«Cuando comencé había señoras que decían que su marido les había pegado porque se lo merecían» «En la provincia hubo casi 1.800 denuncias en 2017, la sensación es que hay un ligerísimo incremento»

-¿Qué mensaje debería transmitir un padre a su hijo adolescente para prevenir estas conductas?

-Esa pregunta es muy difícil porque vivimos en un mundo con dosis machistas importantes. Al niño le debería pedir que respete al máximo a las mujeres; y a la niña, que respete y se haga respetar, es que lo tiene que exigir, no se puede doblegar. Cuando exista ese mutuo respeto dejaremos de hablar de estos temas.

-¿Cuál fue el primer caso de violencia de género que pasó por su mesa?

-La Fiscalía General del Estado siempre ha tenido sensibilidad con la materia. Cuando todavía no hablábamos de violencia de género, ya estaba muy pendiente de estos casos porque se observaba que muchas denuncias acababan en nada porque la víctima no iba al juicio. Frente a eso la Fiscalía reaccionó, también la ley, y se crearon unos servicios de violencia doméstica en la Fiscalía. En Badajoz yo recibí ese encargo a finales de los años 90.

-¿Han cambiado las cosas desde entonces?

-Cuando yo comencé había señoras que decían que su marido les había pegado en alguna ocasión porque se lo merecían, o que les pegaba lo normal, parecía que se le reconocía al marido el derecho de corrección. Eso ya no sucede. Lo que pasa es que ahora han surgido otras formas nuevas de violencia que también se banalizan aunque tienen mucha importancia. Ocurre con la delincuencia informática, o con el control exhaustivo de todo lo que hace la pareja en las redes sociales. Es lo que sucede cuando el hombre le exige todas las claves de las redes sociales porque lo considera una cuestión de confianza. Eso se convierte en un mecanismo de control a veces absolutamente insufrible para la chica.

-¿Qué pasos ha dado la Fiscalía para cambiar la situación?

-A finales de los 90 comenzamos a recibir formación específica y a marcar unas pautas para que las siguiera toda la Fiscalía. También recabamos todas esas denuncias absolutorias para tratar de construir un nuevo tipo legal porque en aquel momento lo que existía era el maltrato habitual en el ámbito familiar, que daba la misma respuesta tanto si la víctima era la mujer como si era otro miembro de la familia. Finalmente se llegó a la Ley de Violencia de Género de 2004 y se crearon las secciones especializadas de Violencia de Género.

-En 2005 la nombraron fiscal delegada de Violencia sobre la Mujer en Badajoz y poco después se creó el Juzgado de Violencia sobre la Mujer. ¿Cómo han contribuido esos nuevos servicios?

-El juzgado de Badajoz es el único de este tipo que existe en Extremadura y prácticamente funciona como un juzgado de guardia. En cuanto a la sección sobre Violencia de la Mujer, en Badajoz la integran otros tres fiscales más y también hay fiscales de enlace en Mérida, Zafra y Villanueva-Don Benito. En total somos siete en la provincia.

-¿Cuántos casos atienden?

-En la provincia hubo casi 1.800 denuncias en 2017. La sensación es que hay un ligerísimo incremento pero eso no quiere decir que haya más hechos. Yo creo que la gente está más informada y se denuncia más.

-¿Tienen castigo los delitos de violencia de género o quedan en condenas menores?

-Muchas veces son episodios violentos de baja intensidad por lesiones, amenazas, maltrato de obra o coacciones, pero al ser hechos aislados en un alto porcentaje terminan en una sentencia de conformidad.

-¿Son efectivas esas condenas?

-Yo pienso que tienen relevancia porque aunque la condena sea la realización de trabajos en beneficio de la comunidad, también se impone una medida de alejamiento, que es lo que la víctima quiere. Muchas veces la propia víctima es poco proclive a que se adopten medidas más drásticas, pero ese alejamiento es efectivo porque si no se cumple la pena de prisión es sí o sí. Evidentemente, si el hecho es más grave o se detecta una peligrosidad, se impone directamente la prisión, pero en muchos casos es suficiente con el alejamiento.

-¿Cómo se controla el cumplimiento de esas medidas?

-Cada vez que se acuerda una medida de alejamiento se notifica de forma inmediata a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. En el caso de Badajoz, por ejemplo, se encarga la Unidad de Familia y Mujer (UFAM), que asigna a la víctima un policía. Además, a la mujer se le facilita un teléfono para contactar con su policía en cualquier momento. Los policías tienen una intervención bastante silenciosa pero resulta eficaz.

-¿Cómo puede saber la mujer si el agresor está cerca?

-Si vemos que queda en libertad alguien que puede resultar peligroso se utilizan elementos electrónicos. El hombre lleva una pulsera que funciona con GPS mientras que la mujer tiene un dispositivo conectado de forma permanente a la policía en el que puede observar si se aproxima. Cuando entra en el radio de exclusión, da el aviso.

-¿Es fácil detectar qué agresores pueden resultar más violentos?

-No es fácil. En ocasiones se aprecian indicios en personas que realmente no son tan peligrosas y otras veces sucede lo contrario. Las relaciones humanas son tan complicadas no sabemos en qué momento va a saltar el detonante que provoque un resultado trágico final.

-¿Cuántos casos graves ocurren?

-En Badajoz sólo se ha celebrado en los últimos años el juicio por el asesinato consumado de una chica en Alange. La condena fue de 24 años de prisión y hemos pedido que se aplique un artículo para evitar que disfrute de beneficios penitenciarios hasta que cumpla al menos la mitad de la pena. Recuerdo otro caso en la barriada de San Roque pero el autor también se mató. En la provincia sí ha habido una muerte en Villafranca y otra en Zafra.

-¿Qué le parece la sentencia de la manada?

-Sobre ese asunto ya se ha pronunciado la Fiscalía anunciando un recurso. La postura de la Fiscalía ha sido clara.

-Imagino que a muchas mujeres les dará pánico denunciar a sus parejas. ¿Qué les diría?

-La denuncia les puede ayudar a terminar con esa situación porque pueden tener ayuda económica, sanitaria, de vivienda...

-¿Hay medios suficientes?

-Todo es poco para ayudar a las víctimas a romper su relación tóxica con el agresor. Hay que tener mucha paciencia con ellas porque estamos denunciando a la persona a la que hemos querido, con la que hemos compartido la vida, con la que hemos tenido hijos... Por eso es importante la sensibilización con la situación que ellas viven y reforzar los medios porque a veces los juzgados están sobrecargados y no les pueden dedicar toda la atención que necesitan, especialmente donde no hay juzgados especializados.

-¿Qué otros recursos sería conveniente potenciar?

-Tal vez habría que abrirles sus expectativas laborales, ayudarles a que tengan una vida independiente, porque muchas veces la situación económica las impulsa a permanecer en ese entorno violento y piensan que si denuncian van a estar peor.

-La Diputación de Badajoz ha valorado con su Medalla de Oro tantos años de trabajo en favor de las mujeres, ¿qué siente ante un reconocimiento de este tipo?

-Yo creo que ese premio es para todos los que trabajamos en esta cuestión. Es fundamental darle visibilidad a las víctimas y decirles que no están solas, que tienen derecho a recuperar su dignidad y a vivir sin estar sometidas a un clima que no les permite su desarrollo como persona. Piensa que muchas veces hay niños que no viven en un ambiente que no les favorece y con el apoyo de todos esas situaciones se pueden superar.

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