Secciones
Servicios
Destacamos
A. gilgado
Martes, 8 de agosto 2017, 23:30
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Compartir
En el año 2009 el nenúfar mexicano ocupaba tres hectáreas en el Guadiana en Badajoz. Ahora, hay más de veinte. La invasión resulta evidente en el tramo urbano. En estos ocho años se han probado varios métodos para erradicarlo. Desde el desbroce hasta la limpieza intensa en invierno, pero con escaso éxito.
Para buscar una alternativa más contundente, la Confederación inició en mayo una prueba piloto aplicando herbicida. Los operarios se acercaron con embarcaciones hasta dos manchas de la planta y rociaron las hojas de la superficie con pequeñísimas dosis de glifosato. En las primeras observaciones se comprobó que la hoja verde moría, aunque el objetivo final era verificar si podía afectar también al tallo y la raíz. En todo este tiempo se ha demostrado que acabar con las manchas de la superficie supone solo una victoria a medias porque la planta rebrota de nuevo si no se elimina la raíz bajo el agua.
Pero todas estas conclusiones, de momento están congeladas. La Confederación Hidrográfica del Guadiana no ha seguido con este ensayo después de que varias organizaciones ecologistas alarmaran por esta técnica. Organizaciones como Ecologistas en Acción de Extremadura y AMUS pidieron a la Junta de Extremadura que no diera más autorizaciones. A finales de julio, desde la Confederación explicaron que no volverían a actuar hasta que no se pronunciara la Junta.
3 de mayo. La Confederación Hidrográfica del Guadiana inicia una prueba piloto con herbicida para combatir el nenúfar.
19 de mayo. Organizaciones ecologistas critican el uso del glifosato en el río.
28 de julio. La Confederación anuncia que no se han repetido las pruebas con el herbicida y que se mantienen en suspenso hasta el visto bueno de la Junta.
Desde el Gobierno regional explican ahora que la autorización depende exclusivamente de la Subdirección General de Sanidad e Higiene Vegetal y Forestal, del propio Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente.
Desde la Confederación ya aclararon en su día que se usó este producto fitosanitario en cantidades ínfimas, entre dos y tres litros por cada 100 de agua. En el ensayo rociaron la planta desde una mochila pulverizadora adaptada con una boquilla antideriva para eliminar el riesgo de que el producto, por el efecto del viento, pudiera caer en el agua. En las pruebas de agua posteriores tras la aplicación del producto no se detectaron restos de este elemento, según la tesis de la Confederación.
Aunque el glifosato está en la diana desde hace un par de años por la campaña de las organizaciones ecologistas contra los herbicidas, es uno de los más usados en las zonas agrícolas, incluidas las propias vegas del río Guadiana.
Con más de veinte hectáreas de nenúfar ya en el río, el objetivo de la Confederación es evitar el colapso y que la colonización tape por completo la lámina de agua. En esa lucha también entra la de mantener el tramo urbano libre de camalote, retenido aguas arriba para evitar que se vuelva a mezclar con el nenúfar.
Contra la invasora no se lucha solo en verano y primavera, también en invierno para limpiar las orillas. En enero se abrió el azud de La Granadilla y se dejó el cauce a poco más de un metro. Con tan poca agua, las máquinas pudieron arrancar las manchas de nenúfar de la ribera.
Seis meses después de esa limpieza tan intensa, la planta sigue ocupando el espacio que ha conquistado desde que apareció en el año 2009.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
El juzgado perdona una deuda de 2,6 millones a un empresario con 10 hijos
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.