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Restos de botellón en la zona del Alpéndiz. PAKOPÍ
La falta de vigilancia permite los botellones en la Alcazaba de Badajoz

La falta de vigilancia permite los botellones en la Alcazaba de Badajoz

Hace año y medio que el Ayuntamiento se comprometió a colocar cámaras para vigilar el recinto árabe, pero no se ha llevado a cabo

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Martes, 29 de agosto 2017, 23:13

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Ha sido una mala semana para la Alcazaba de Badajoz. El viernes pasado las laderas ardieron y las llamas llegaron hasta las murallas. Durante el fin de semana, al revisar las partes quemadas de la barbacana (el murete que protege el lienzo), se detectaron importantes daños. Piezas enteras habían sido arrancadas del monumento. Es el caso más grave, pero no es el único acto vandálico en los últimos meses. La falta de vigilancia ha convertido el recinto árabe en una sede habitual para los botellones ilegales.

Hace año y medio que el Ayuntamiento de Badajoz se comprometió a colocar cámaras de seguridad en la Alcazaba. En enero de 2016 la Comisión de Cultura acordó utilizar este sistema de vigilancia para proteger el monumento. Descartaron cerrar el recinto árabe por las noches como solicitaban varios colectivos.

El acceso a la Alcazaba es libre, no hay restricciones ni horario. Desde que se rehabilitaron los jardines, es habitual que se reúnan grupos de vecinos en la zona, en ocasiones con comida o litronas de cerveza. Esta actividad suele llenar las zonas verdes de basura, pero no afecta a las murallas. Solo en ocasiones los vándalos se refugiaban en las torres para beber, orinar, hacer pintadas o rayar el lienzo de muralla con sus nombres.

El problema se ha agravado en el último año, desde que el Consistorio prohibió el botellón en el Paseo Fluvial. Actualmente solo está permitido en el recinto ferial. Para muchos jóvenes se trata de una zona muy alejada del centro, así que han optado por la Alcazaba como la nueva sede del botellón, ya que carece de vigilancia.

El botellón se centra, además de en los jardines, en las zonas recién rehabilitadas de la fortaleza especialmente en el Alpéndiz. En este tramo de muralla se puede pasar a las laderas, ya que hay una puerta abierta. Allí los jóvenes pueden sentarse en los muretes de la barbacana, en el paseo de ronda o en los jardines y beber sin ser vistos.

El resultado es que la basura llena el monumento, especialmente en los fines de semana, aunque hay botellones prácticamente a diario. Este martes 29, por ejemplo, se podían encontrar decenas de botellas de cerveza, otras de licor, bolsas de plásticos, restos de alimentos, vasos de plásticos y otras basuras en los alrededores del Alpéndiz.

El aumento del tamaño y la frecuencia de los botellones ha ido acompañado de más casos de vandalismo. Hay pintadas en los tramos de muralla recién rehabilitados, zonas ennegrecidas por la suciedad y actos más grave, como el último, en el que los vándalos se dedicaron a romper fragmentos de la barbacana a patadas o utilizando palancas. Se trata de restos arqueológicos con más de 900 años de historia que serán difíciles de restaurar e imposibles de sustituir.

Al aumentar los botellones también han subido los actos vandálicos como la rotura de la barbacana o pintadas

No es la primera vez que se dan ejemplos así. En mayo de 2015 un tramo recién rehabilitado apareció con varios fragmentos arrancados. Piezas de más de 40 centímetros y muchos kilos de peso que consiguieron sacar de la muralla. La zona fue reparada.

Ademas, en el tramo recién rehabilitado entre la Torre de Espantaperros y la puerta del Alpéndiz, se pueden ver barandillas dobladas y arrancadas, ladrillos y tejas rotas y esparcidas y zonas de la muralla donde se han escrito nombres rayando el lienzo. También hay dos pintadas con spray negro. La zona terminó de rehabilitarse hace solo un año y, sin embargo, los daños son importantes.

Este tipo de actos suponen una violación del artículo 323 del Código Penal que considera a los responsables autores de un delito contra el patrimonio. «Será castigado con la pena de prisión de uno a tres años y multa de doce a veinticuatro meses el que cause daños en un archivo (...), o bienes de valor histórico, artístico, científico, cultural o monumental, así como en yacimientos arqueológicos». Además, si son localizados y condenados, deberán costear la reparación de la muralla.

«Que cierre por las noches»

El botellón y los actos vandálicos han reabierto el debate sobre la necesidad de aumentar las medidas de seguridad en La Alcazaba. Una ves más varios colectivos, como la Asociación Cívica o Amigos de Badajoz, han pedido que se cierre por las noches y se refuerce la seguridad. El Ayuntamiento ya ha descartado esta opción para no perjudicar a los vecinos que quieren hacer un buen uso de las instalaciones. Escogió, en su lugar, instalar cámaras, pero desde enero de 2016 no ha habido avances al respecto.

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