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El Estado inicia los trámites para atajar los malos olores del Rivillas y el Calamón

El Estado inicia los trámites para atajar los malos olores del Rivillas y el Calamón

Acuaes llevará a cabo la mejora de las estaciones de bombeo de agua residual de San Roque, que son el origen del hedor de los arroyos

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Miércoles, 4 de octubre 2017, 23:25

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El Estado, a través de la sociedad pública de agua Acuaes –la misma que está ultimando la obra del colector de la margen izquierda–, ha iniciado los trámites para acabar con los problemas de los malos olores que desprenden los arroyos Rivillas y Calamón. El primer paso ya se ha dado encargando la redacción del proyecto para mejorar el funcionamiento de las estaciones de bombeo de agua residual de San Roque, que son el foco del hedor.

El trabajo ya se ha adjudicado por 10.480 euros y con él se pretende rediseñar las instalaciones de San Roque –construidas en su día por la Confederación Hidrográfica del Guadiana–, que forman parte de la red de saneamiento de la ciudad.

Se trata de dos estaciones de bombeo. Una es la que recoge el vertido de aguas sucias de la parte sur de San Roque y lo impulsa mediante dos bombas sumergidas a través de un kilómetro hasta la estación norte. Esta instalación se ubica en el tramo de la margen derecha del Calamón y la margen izquierda del Rivillas, próximo al puente de la llamada autopista.

El otro depósito, que está junto al puente que une la Ronda Norte con Circunvalación, es el que recoge los vertidos de la parte norte del barrio y también los que vienen de la estación del sur y los impulsa mediante cuatro bombas sumergidas a través de una conducción de 2 kilómetros hasta la red de saneamiento de Badajoz, que finalmente acaban en la depuradora de Caya.

Acuaes achaca el problema al incorrecto funcionamiento de las instalaciones que provoca que se atasquen y desagüen por los aliviaderos. Por ello, la solución, a su juicio, pasa por modernizar las dos estaciones de bombeo.

Concretamente, con este proyecto que se inicia ahora se pretende «el rediseño de las estaciones de bombeo, consistiendo básicamente en la completa remodelación de su equipamiento electromecánico, la cubrición de sendos edificios y la incorporación de un sistema de desodorización para evitar posibles malos olores», explican desde la sociedad estatal de agua.

Una vez que esté redactado el proyecto, podrán sacarse a licitación las obras para llevar a cabo esta mejora, que significaría dar solución a un problema que trae de cabeza a los vecinos de los barrios de Pardaleras, San Roque, Cerro de Reyes y Antonio Domínguez, que son los que acusan los malos olores.

El problema de la pestilencia de los arroyos viene de largo. Al poco tiempo de inaugurarse los parques del Rivillas y Calamón, que discurren en los márgenes del cauce de los arroyos, los ciudadanos empezaron a quejarse de los malos olores que desprendían.

Este problema se acentúa cuando empiezan a subir las temperaturas y se hace crítico en verano porque se suma el agua estancada . Entonces, los parques quedan sin uso por el intenso hedor. Esto trae aparejado otras molestias como la proliferación de mosquitos y otros insectos que hacen impracticables este corredor, que se extiende desde el Cerro de Reyes hasta Circunvalación.

Frente vecinal

El año pasado los vecinos decidieron agotar todas las vías para reclamar la limpieza de los arroyos, que desde la inauguración en 2008 de los parques no se habían puesto a punto. La presión de los cuatro barrios más afectados –San Roque, Pardaleras, Cerro de Reyes y Antonio Domínguez– consiguió que el Ayuntamiento y la Confederación Hidrográfica del Guadiana llegaran a un acuerdo para limpiar el cauce de los arroyos.

Esta intervención, que se llevó a cabo el año pasado en verano, mejoró los cauces y eliminó el problema de los animales asociado a la vegetación descontrolada y la basura. Sin embargo, cuando empezó a apretar el calor, regresaron los malos olores.

Se abrió así un segundo frente, capitaneado por Pardaleras, para intentar dar con el origen del problema del hedor y reclamar después a la administración en cuestión. Se pensaba entonces que el tufo era provocado por vertidos incontrolados. Los vecinos acudieron al Seprona y a Sanidad.

Fueron los técnicos de Medio Ambiente de la Junta de Extremadura los que determinaron que el foco estaba en las estaciones de bombeo de San Roque, tras analizar las muestras de agua y descartar que hubiese vertidos de aguas fecales. A ellas, ya había apuntado antes la Confederación Hidrográfica del Guadiana.

Encontrado el origen del problema, el Ayuntamiento ha procurado en este tiempo que el Estado asumiese el coste de la adecuación de los depósitos.

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