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¿Qué ha pasado hoy, 28 de marzo, en Extremadura?
Un vecino observa las grietas que se han agrandado en el edificio de Pardaleras:: PAKOPÍ

Los vecinos piden que Aqualia repare el edificio de Badajoz en riesgo de derrumbe

El inmueble, acordonado por el Ayuntamiento, fue declarado en ruinas en 2012

Natalia Reigadas

Badajoz

Miércoles, 21 de marzo 2018, 21:44

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Nuevo sobresalto por un edificio con peligro de derrumbe. Este miércoles fue en Pardaleras. La principal avenida de este barrio quedó cortada a la altura de la calle Rivilla, en las traseras de la Plaza de Toros, por el mal estado de un inmueble de cuatro pisos. El viernes pasado ocurrió lo mismo en Moreno Zancudo y esta calle del Casco Antiguo se mantiene acordonada por el peligro que presentan dos casas.

El edificio de Pardaleras fue declarado en ruinas en 2012 y cuenta con un andamio de seguridad desde 2013, pero este miércoles el Ayuntamiento de Badajoz decidió acordonar la zona porque detectaron que las grietas de la fachada habían crecido. Los técnicos municipales estudiarán si esto supone un riesgo inminente, pero por el momento la zona permanece protegida.

Los cortes de tráfico afectan a tres carriles de Pardaleras y dos de la calle Rivilla. Así, los conductores no pueden entrar a la calle Rivilla desde Ronda del Pilar. Tampoco se puede girar hacia Pardaleras desde el Puente de San Roque o Circunvalación. Los conductores que lleguen desde la avenida en dirección a Circunvalación si pueden girar hacia el puente que lleva a Santo Cristo de la Paz, en San Roque, o seguir recto por el único carril que permanece abierto.

Las restricciones de tráfico dificultaron ayer la circulación en la zona y obligaron a los vecinos a dar grandes rodeos para poder llegar al centro o salir hacia San Roque.

Esta situación se debe a un conflicto que lleva 20 años en marcha. Una fuga en una tubería de la red de aguas dañó los cimientos de este inmueble que empezó a presentar grietas. En 2012, tras la declaración de ruina, los vecinos se marcharon y denunciaron a Aqualia para que repase los daños. En 2016 un juzgado les dio la razón y condenó a la empresa a reparar el edificio, pero ésta recurrió. En 2017 la Audiencia Provincial ratificó el fallo. Hace más de un año, pero no hay fecha para que comiencen las obras.

Vicente Sánchez Paré, abogado de los ocho propietarios de los pisos de este inmueble, explica que Aqualia no ha querido ejecutar la sentencia y hacer las obras. El letrado detalla que la concesionaria de la red de aguas prefiere ofrecer una indemnización que gestionar la reparación a la que está obligada. «Pero los vecinos no quieren indemnizaciones, quieren que se arreglen sus casas para volver a vivir en ellas».

Ante esto, los propietarios han vuelto al juzgado. Han pedido ejecutar la sentencia por su cuenta, es decir, gestionar las obras y que posteriormente Aqualia pague todo el coste. El problema es que este proceso exige muchos trámites administrativos. Por el momento el juzgado ha pedido a un arquitecto que realice un proyecto de reparación del inmueble. Posteriormente los dueños tendrán que pedir los permisos, contratar a los constructores, etc.

El abogado Sánchez Paré destaca que es una situación muy complicada para una comunidad de propietarios de personas mayores que lo que quieren es poder volver a sus casas.

Aqualia, por su parte, indicó que este asunto no está en sus manos, sino en las de su seguro. Tras la sentencia, añaden en la concesionaria, pusieron en manos de su seguro la negociación con la otra parte.

20 años de grietas

El edificio comenzó a deteriorarse en 1997, pero fue en 2012 cuando la situación empeoró. El Ayuntamiento revisó el inmueble y declaró que el bloque estaba en ruinas. Eso obligó a marcharse a las dos únicas familias que permanecían en el inmueble, las que vivían en los bajos. Los propietarios de los pisos superiores se habían mudado antes por miedo a un derrumbe porque las grietas se iban extendiendo y parte de la estructura estaba apuntalada.

Tras la evacuación completa, los dueños de las ocho viviendas decidieron denunciar a Aqualia, la empresa concesionaria del suministro de aguas de la ciudad, para que asumiese el coste de la reparación. En 2013, además, tuvieron que instalar un andamio con unos bloques de hormigón para asegurar la estructura del inmueble. Ese mismo año contrataron un estudio técnico que concluyó que la causa de los daños en el inmueble era la rotura de una tubería. La fuga había dañado los cimientos tras años filtrando agua en el subsuelo del edificio.

Los investigadores responsables del informe técnico abrieron cuatro grandes orificios en puntos estratégicos del edificio. En uno de ellos se detectó una fuga en una tubería de la red de agua corriente. Se avisó a Aqualia y la rotura fue reparada.

La Justicia dio la razón a los propietarios y la concesionaria del agua fue condenada a reparar el inmueble

La primera sentencia del proceso legal llegó en 2016. El juzgado de primera instancia número 3 de Badajoz condenó a Aqualia a reparar el edificio lo que supone un coste aproximado de 560.000 euros. El fallo dio por bueno el informe contratado por los vecinos y rechazó los argumentos de Aqualia. La empresa de aguas alegó que la fuga era mínima y que debía ser reciente, pero el tribunal lo rechazó.

La concesionaria de aguas recurrió entonces la sentencia a la Audiencia Provincial. Esta sala dio su respuesta hace más de un año, en enero de 2017. De nuevo dio la razón a los vecinos y al informe privado y rechazó los recursos de la empresa de aguas. En este proceso Aqualia alegó que los hechos habían prescrito, ya que los daños al menos existían desde 2002, y trató de argumentar que, en todo caso, se debían a la riada que asoló Badajoz en 1997.

Por último Aqualia justificó que el importe de la reparación era excesivo (560.000 euros), ya que una tasación valoraba el edificio en 270.000 euros. La Audiencia Provincial también rechazó este argumento e insistió en que la concesionaria debía reparar el inmueble con el coste que fuese necesario. A esto se agarran los afectados que siguen rechazando una indemnización y exigen la reparación de sus viviendas.

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