La Cocosa acogerá campamentos de verano para recuperar la villa romana

La idea con esta primera intervención es devolver las ruinas al estado en el que se encontraban cuando fueron descubiertas a finales de los años 40 del pasado siglo, en las excavaciones que dirigió Serra Rafols. Para ello, es necesario despejar toda la maleza y tierra que se ha acumulado en los últimos 70 años y que hacen irreconocible el yacimiento.

«Se hará una limpieza superficial de la ruina para eliminar aquellos estratos que desde el año 48 han caído sobre las ruinas para dejarlas en el mismo nivel de excavación de los años 40», detalló Alejandro Peña, coordinador del área.

Estos trabajos, que ya están adjudicados, costarán 7.260 euros. Después, se desarrollará la segunda fase que será el proyecto de consolidación de los restos más representativos, que también está previsto que se elabore y se adjudique el próximo año.

Farrona anunció, además, que estos trabajos de recuperación de la villa romana se van a complementar con campamentos anuales en verano para que se trabaje en el propio yacimiento, con el fin de ir descubriendo nuevos vestigios.

«También está recogido en presupuestos, ir trabajando a través de campus de verano para estudiantes y voluntarios y con la supervisión de la Dirección General de Patrimonio, para ir reconstruyendo la villa», dijo el diputado.

De esta forma, la Diputación de Badajoz ha decidido sacar del olvido la villa romana de La Cocosa, cuya excavación fue en su momento un hito y un referente para el estudio de otras villas de España. Es por esto, que desde hace muchos años los colectivos en defensa del patrimonio de la ciudad como Amigos de Badajoz o la asociación Cívica han pedido su recuperación y solicitado que se complete la excavación de esta antigua aldea.

La villa, que está incluida dentro de la Lista Roja del Patrimonio de la asociación Hispania Nostra, estuvo ocupada desde principios del siglo I y hasta los siglos VI-VIII. El yacimiento dejó al descubierto tres zonas diferenciadas: la destinada a las tareas agrícolas y a la transformación de los productos; la residencial, ocupada por los dueños de la finca y sus familiares y que incluye el área de servicios; y la zona religiosa, entre ellas una basílica de época cristiana, que ilustran el proceso de introducción y expansión del cristianismo en las zonas rurales a través de las villas.

La zona residencial estaba ricamente decorada y atesoraba importantes hallazgos con el impresionante mosaico del tritón que puede verse en el patio de columnas de la Diputación o las cabezas en relieve, que se exponen en la Sala Tardorromano del Museo Arqueológico Provincial.