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El Casco Antiguo de Badajoz: ni más bares ni menos ruido

El Casco Antiguo de Badajoz: ni más bares ni menos ruido

El nuevo mapa de la zona saturada confirma que ocho años después el problema persiste

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Lunes, 9 de abril 2018, 08:13

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En el Casco Antiguo hay el mismo ruido que cuando hace ocho años se declaró por primera vez como zona acústicamente saturada (Zas). El nuevo mapa que ha resultado de las mediciones sonoras realizadas el pasado invierno lo confirman: salen un par de manzanas y entran otro par.

Concretamente, se libran del ruido la zona baja que discurre entre las calles Madre de Dios, Calado, Eugenio Hermoso y Trinidad, y se incorporan al mapa la parte alta de Moreno Zancudo, Encarnación y San Lorenzo. Esto abarca a todo el corazón del Casco Antiguo, incluyendo las calles donde hay bares, con apenas una excepción, la Plaza Alta, que nunca ha formado parte del mapa.

La configuración definitiva de la zona saturada está pendiente únicamente de que culmine el periodo de alegaciones (este mismo mes), para que se renueve una declaración que estará vigente hasta mediados del año 2021 como mínimo.

Esto se traduce en que, durante los próximos tres años, la práctica totalidad del Casco Antiguo conservará su título de barrio contaminado por el ruido. Y durante tres años más no se darán licencias para abrir nuevos locales (hay 73 negocios de hostelería, cifra congelada desde 2010). Los mismos bares y el mismo ruido, ese es el balance de ocho años de declaración del Casco Antiguo como zona saturada de ruidos.

LAS CIFRAS

  • 73 bares hay en el Casco Antiguo. Esta cifra está congelada desde hace ocho años por ser Zas.

  • 2010 fue el año de la primera declaración como zona saturada de ruidos (Zas), desde entonces conserva el título.

Ni vecinos ni empresarios están contentos con los resultados. Ambos coinciden en que es un instrumento ineficaz. Para los vecinos, solo ha servido, en el mejor de los casos, para contener el ruido. Para los empresarios, el efecto ha sido la fuga de la inversión privada a otros barrios de la ciudad.

«Si no se implementan medidas para que el ruido disminuya, el problema seguirá más allá del año 2021. Han pasado ocho años y no se ha hecho nada. La prueba es el nuevo mapa que por mucho que lo pongan más arriba o más abajo no sirve», comenta José María Iglesias, portavoz de la asociación contra el ruido Espantaperros.

Las medidas anunciadas por el Ayuntamiento de exponer a la entrada de los locales todos los datos de la licencia o la de poner en marcha una línea de ayudas para mejorar la insonorización de las viviendas no servirá, a su entender, para acabar con el problema del ruido en el Casco Antiguo.

Recortar horario y veladores

El colectivo de residentes acude a la solución apuntada por el Defensor del Pueblo. «Le ha dicho expresamente al Ayuntamiento de Badajoz que adelante el horario de cierre de los establecimientos. No solo no ampliarlos, sino recortarlos y eso es lo que tiene que hacer».

«Dicen que no van a dar ninguna licencia más y se quedan tan tranquilos. Si los bares y las terrazas son los generadores de ruidos, ellos tienen que ser los que sufran las consecuencias de la zona saturada de ruidos».

La prohibición de abrir negocios de hostelería está desviando la inversión privada a otros barrios de la ciudad

Por ello, la receta de Espantaperros para limpiar acústicamente el Casco Antiguo pasa por adelantar el cierre de los bares y limitar los veladores, sobre los que dicen que no solo incumplen la ley del ruido, también la de accesibilidad universal.

Quieren además que se controle el traspaso de negocios de hostelería (que sí se permite aunque sea zona acústicamente saturada), de manera que el Ayuntamiento compruebe los equipos de limitación e insonorización.

Los hosteleros del Casco Antiguo integrados en Cetex (la Confederación de Empresarios de Turismo de Extremadura) interpretan que la declaración de zona saturada de ruidos solo está sirviendo para que los bares se vaya a otras zonas de la ciudad. «El Casco Antiguo está perdiendo inversión. Como los empresarios no pueden abrir nuevos locales allí se están yendo a otras zonas como Valdepasillas, que se está revitalizando mucho», valora Antonio Martínez, gerente de Cetex.

Según su opinión, la declaración de zona saturada de ruidos es una medida perjudicial para todo el Casco Antiguo. De hecho, a los hosteleros que ya están instalados en el barrio les beneficia, porque no tienen que hacer frente a nuevos competidores.

«No se pueden abrir bares pero tampoco se abren otro tipo de negocios porque no hay beneficios. El Casco Antiguo seguirá cayendo porque si no hay hostelería, no habrá nada más, solo hay que ver que la gente se mueve solo por la zona donde están los bares».

Martínez dice esto al tiempo que defiende que no solo quieren bares en el barrio histórico, también que se apueste por las galerías de arte y la cultura como tractor económico.

Los asociación de empresarios y comerciantes del Casco Antiguo (Aecab) no tiene una visión tan apocalíptica, pero sí defiende que los bares forman parte de la tríada que sostiene el modelo actual del barrio: comercio, hostelería y turismo.

Así lo defiende el presidente de este colectivo Mario Alberto Montoya: «Estamos de acuerdo en que hay que controlar el ruido, pero para mantener el modelo del barrio hay que entender que las fiestas que se celebran aquí son importantes, porque sin ellas el Casco Antiguo no se podría mantener».

Para ellos, Carnavales, Semana Santa, feria, Almossassa, Los Palomos o La Noche en Blanco son eventos que deberían desarrollarse al margen de las restricciones de la zona saturada de ruidos.

Fichas de dominó

Montoya entiende que son como fichas de dominó, si cae una cae el barrio. «Si no hubiese ocio nocturno, la hostelería se vería afectada y el comercio iría detrás. Con que falle una, volveremos a tener problemas de habitabilidad, convivencia y lo que es peor, volveremos a la inseguridad del Casco Antiguo».

Para Aecab es necesario que un equilibrio: «No más bares de copas, pero sí hacen faltan más restaurantes y sobre todo, más cafeterías». Sin embargo, los empresarios y comerciantes del Casco Antiguo creen que para que la hostelería pueda sostenerse sin los locales de ocio nocturno, hace falta inversión en mejorar la accesibilidad y el estacionamiento en la zona.

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