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Las barreras libran al tramo urbano del Guadiana del camalote

Las barreras libran al tramo urbano del Guadiana del camalote

Los 3,7 millones que aprobó el Ministerio en julio se dedicarán a contratar personal para retirar la masa vegetal acumulada este verano

Antonio Gilgado

Badajoz

Jueves, 7 de septiembre 2017, 23:31

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El tramo urbano del Guadiana se mantiene, de momento, libre de camalote. La alfombra verde a la vista de todos se debe al nenúfar, la otra invasora que amenaza al río.

El camalote llegó mucho antes y el arrastre de la corriente lo ha intercalado por toda la cuenca. Es fácil verlo antes de las Crispitas de San Roque o después del río Caya.

Confederación lleva años controlando su expansión a base de barreras de contención que sujetan las hojas hasta que los operarios la retiran.

Este sistema de trabajo ha librado al tramo urbano de la invasora, y lo que es más importante, que coincidiera en las riberas con el nenúfar.

Las defensas se van moviendo según las observaciones de los técnicos de Confederación, que recorren y revisan las riberas durante todo el año para que sean más efectivas. Hay frenos al camalote en la zona de Medellín y en Valdetorres o la altura de Valverde de Mérida que han servido para mantener limpio el tramo urbano de Mérida.

Pero la revisión y las barreras no bastan y periódicamente hay que reforzar la lucha con personal extra.

En pocos días se sumarán personal extra para una retirada masiva. A finales de julio, el Ministerio aprobó una partida de 3,7 millones de euros. Se contratarán a sesenta personas, que se sumarán a los treinta que ya hay retirando planta del río.

El refuerzo se firmó en agosto y los planes de Confederación pasan por tener a completar las incorporaciones en pocos días.

Además de triplicar al personal, los 3,7 millones de euros servirán también para aumentar las embarcaciones de inspección entre Medellín y Badajoz.

El objetivo de este operativo es acelerar la retirada que hay ahora en el agua para evitar grandes concentraciones de material, que es cuando verdaderamente el camalote resulta dañino para el río.

Confederación tiene habitualmente a treinta operarios que con barcas y maquinaria extraen 600 toneladas al día de camalote de las riberas del tramo crítico (Montijo y Badajoz ) pero los picos de reproducción de la invasora, que se dan habitualmente en verano, generan tanta masa vegetal que conviene incrementar los recursos.

El personal extra todavía no ha llegado al río porque Aseja, un grupo de empresas forestales, recurrió el encargo que el Ministerio le hizo a la empresa pública Tragsa. La patronal pide un concurso público para poder optar a estos trabajos y ha pedido que se revise el encargo.

Con doce años ya de convivencia en el Guadiana, los ingenieros y equipos de trabajo de Confederación conocen mejor el ciclo de la planta y saben cuándo y cómo atacarla. La experiencia ha demostrado que la maquinaria y la extracción masiva tiene que hacerse en septiembre porque no tiene sentido meter máquinas para retirar cuando la capacidad de crecimiento supera a la de extracción.

Entre todas las variables a tener en cuenta, el clima es la más determinante. Los veranos largos seguidos de inviernos y otoños suaves son las situaciones que hacen reproducirse a esta planta, porque se trata de una especie de procedencia amazónica.

En términos económicos, la plaga se ha tragado ya más de treinta millones de euros. El año pasado, el entonces presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadiana, José Díaz Mora, cifró en más de 26 millones de euros el dinero invertido desde la primera invasión del 2005. A lo que hay que sumar los 3,7.

Más dinero

Según los planes del Ministerio, las previsiones pasan por dedicar otros 20 millones en los próximos siete años. Entonces se podrá decir que al camalote se habrá dedicado tanto dinero como a la obra del parque en la margen derecha.

La catalogación como plaga invasora permite al Ministerio acceder a los fondos europeos. En los últimos años también se ha sumado Portugal.

Aunque en teoría la invasión afecta a 150 kilómetros del tramo medio de la cuenca –desde Medellín hasta el azud de Badajoz–, en Portugal temen que llegue a la zona internacional por Alqueva, de ahí el interés para implicar a la Unión Europea en este lucha.

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