Apamex pide que eliminen las jardineras de la Plaza de la Soledad de Badajoz

HOY publicó hace unos días un artículo en el que los residentes de la Plaza de la Soledad se quejaban del mal estado de las jardineras que hay en este lugar. Se trata de unos depósitos con un diseño muy característico, en forma de media luna y con una onda. Alegan que son un peligro porque, al no tener plantas ni flores desde hace dos años, los coches pasan cerca o por encima y se están deteriorando. Hay baldosas sueltas, otras rotas y también desaparecidas. Aseguran que esto provoca que los peatones se tropiecen y que sean un peligro, además de dar mala imagen.

Apamex añade que estos maceteros suponen un obstáculo aún mayor para las personas con discapacidad o con movilidad reducida. Jesús Gumiel, presidente de esta entidad, considera absurdo que en una zona de plataforma única, precisamente pensada para que la movilidad de los peatones sea más fácil, se instalen este tipo de barreras. Gumiel recuerda que su colectivo se opuso a estas jardineras desde que se puso en marcha el proyecto, en el año 2009. Trataron de eliminar estos diseños, pero no fue posible.

En la actualidad el colectivo espera que las quejas de los vecinos sirvan para que el Ayuntamiento, finalmente, elimine las jardineras. Proponen que se aplane la plaza por completo.

En la actualidad, estos huecos para plantas sirven para separar las aceras del área por la que pueden circular los vehículos de los residentes. Para sustituirlas, Gumiel propone que se divida con alguna marca de distinto color, lo que sería más visible para los coches y no supondría un obstáculo para la accesibilidad. Una línea de baldosas distinta o franjas con distintos tipos de adoquines podrían servir para marcar la diferencia.

El presidente de Apamex asegura que les duele cuando hay visitantes de otras ciudades con algún tipo de discapacidad que pasean por la Plaza de la Soledad. «Da vergüenza. Vienen y nos dicen: Menacho y San Juan están muy bien, ¿pero cómo habéis permitido que hagan eso en La Soledad? Creen que es nuestra responsabilidad y nosotros intervinimos para intentar que no se hiciese así».

Jesús Gumiel también señala que estos obstáculos pueden ser un foco de problemas para el Ayuntamiento de Badajoz, ya que las personas que sufren tropiezos o caídas pueden optan por denunciar al Consistorio pacense. Ante esto, insiste en que en estos momentos, ocho años después de su remodelación, puede ser el momento de dar otra vuelta a la Plaza de la Soledad.

En mayo de 2010 se inauguró la remodelación de la Plaza de la Soledad. Costó 637.080 euros. La mayor parte del presupuesto se destinó a instalar la plataforma única, solo rota por las jardineras en forma de onda. También se rebajó la estatua de El Porrina al suelo y colocaron una fuente, bancos y una pequeña área infantil. Además, el Ayuntamiento decidió que esta zona tendría limitaciones de tráfico, que solo podrían pasar los residentes autorizados con sus vehículos. De hecho, hay cámaras que lo controlan y que multan a los infractores al registrar las matrículas de los vehículos que no cuentan con permiso municipal.

El resultado, sin embargo, se topó rápidamente con la oposición de los colectivos de discapacitados. Apamex pidió una reunión con la Concejalía de Urbanismo y denunció una serie de fallos que afectaban a su colectivo. La principal queja, desde el principio, fueron las jardineras como obstáculo, pero también denunciaron que había defectos en la iluminación y pendientes, por ejemplo en la confluencia con las calles Luis Braille y Arias Montano, que impedirían el paso a personas con movilidad reducida.

Apamex insistió en 2010 en que esta obra incumplía la Ley de Accesibilidad de Extremadura. En concreto, la asociación alegó que está prohibido instalar obstáculos verticales en el espacio destinado al tránsito de los peatones, excepto los elementos que delimiten la calzada. Además, las ordenanzas municipales mandan señalizar mediante franjas de textura y color distintos y de un metro de ancho todos los elementos del mobiliario urbano que interfieran el tránsito de los viandantes. Las jardineras, sin embargo, no se aprecian.

En 2010 la Concejalía de Urbanismo, recuerda Gumiel, trató de reformar el proyecto, pero finalmente no se realizaron los cambios que habían solicitado. Años después, las jardineras de media luna vuelven a ser el centro de la polémica por las quejas vecinales y Apamex pide que se estudie de nuevo su eliminación.

Para los vecinos, el mayor peligro son los tropezones y los golpes de los coches, pero también exigen un mejor mantenimiento de la zona porque aseguran que esos huecos están vacíos desde hace más de dos años y dan mala imagen.