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Casas deterioradas en la zona de La Picuriña con la zona moderna de San Roque al fondo. :: pakopí
La Picuriña, la cuenta pendiente de San Roque

La Picuriña, la cuenta pendiente de San Roque

Los vecinos quieren que se eliminen las casas de la manzana entre Marqués de Lombay y Virgilio Viniegra

Natalia Reigadas

Lunes, 22 de mayo 2017, 07:37

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El Plan General Municipal establece que la manzana de viviendas entre las calles Marqués de Lombay y Virgilio Viniegra será un edificio de cuatro plantas. Está considerada un Área de Renovación, pero en la actualidad son una veintena de casas, algunas ruinosas, en medio de La Picuriña. Los vecinos de las calles cercanas denuncian problemas de convivencia con algunos de los residentes y piden una intervención.

«Es la cuenta pendiente de San Roque. Hace años ya que nos dijeron que irían unas casas como las que hicieron en San Fernando, las del Cebadero, y seguimos esperando y viendo cómo empeora todo». Se queja un vecino de la calle Virgilio Viniegra. No da su nombre por miedo. La mayoría de los residentes se niegan a hablar con periodistas porque han sido amenazados. Otros se esconden y hablan, pero no quieren dar su nombre por miedo a represalias.

Las quejas se repiten desde hace años. En la zona hay menudeo de drogas, especialmente en el parque de La Picuriña, hay vecinos con perros peligrosos sin bozal, peleas a gritos en la calle, barbacoas en plena acera, ruido y amenazas cuando los afectados protestan.

«Tenemos que aguantar basura, voces y nuestros hijos tienen miedo de pasar por allí cuando salen del instituto», escribe otro vecino en una carta de protesta para pedir auxilio al Ayuntamiento de Badajoz.

Se da la circunstancia de que en esta zona de San Roque hay dos centros escolares, el instituto San Roque y el colegio Enrique Iglesias. A diario cientos de menores pasan por Marqués de Lombay para acudir al instituto y por Virgilio Viniegra para entrar y salir del colegio.

La manzana está muy deteriorada. Son viviendas bajas. Algunas están rehabilitadas, pero otras se encuentran en muy malas condiciones. Las aceras son de tierra y la calle Alfonso IX de León, que cruza la manzana, es una vía sin asfaltar. Han sido los propios vecinos los que han echado hormigón delante de sus casas para poder acceder e impedir que las inundaciones provoquen charcos. Los residentes no quieren hablar. «Lo único que quieren es echarnos», grita una de las mujeres y se encierra en su casa.

En efecto, los residentes de la zona han pedido en numerosas ocasiones que se revise el estado de estas viviendas para establecer si están en condiciones. Su objetivo es que se lleve a cabo el proyecto que contempla en Plan General y se sustituyan estas casas por un edificio en mejores condiciones.

Iniciativa privada

Desde el Ayuntamiento de Badajoz aclaran, sin embargo, que el proyecto depende de la iniciativa privada. No serán, por tanto, viviendas de promoción pública. Para que se renueve esta manzana es necesario que una empresa compre los terrenos y lleve a cabo una promoción de pisos como establece el Plan General.

«San Roque ha cambiado mucho, que yo me crié aquí. Está mejor, pero siempre ha sido un buen barrio, de gente trabajadora. Aquí nos sentimos como si fuésemos la mancha», dice un residente de 80 años que se emociona. «Una pena ver esto así y no poder hablar».

Los mayores problemas de convivencia en La Picuriña se dan en estas manzanas, las más cercanas al parque del barrio. Sin embargo los residentes también han denunciado conflictos en otras vías. Por ejemplo, desde hace años se han dado casos de viviendas ocupadas en la calle Granada. Casas con las que se quedaron los bancos y que han sido abiertas.

Otra queja muy repetida entre los vecinos es que el barrio no ha recibido mantenimiento desde hace muchos años. Por esa razón las aceras están hundidas y hay numerosos baches en la calzada.

«Es como si estuviésemos olvidados. No pasan por aquí y no se quieren dar cuenta de cómo está este barrio. Que lo comparen con otros barrios porque tenemos el mismo derecho», se lamenta una vecina. Esta mujer pide que la Policía Local tenga más presencia en el barrio al menos en las horas que los niños salen del colegio y el instituto. También solicita que pongan medios para que no haya perros peligrosos sueltos. «Da miedo», concluye.

Otra cuenta pendiente en esta zona de San Roque es la recuperación del Fuerte de la Picuriña. La vegetación tapa en parte esta fortificación que está en ruinas. En su interior se conservan bóvedas del siglo XVIII, pero no hay fecha ni proyecto para su rehabilitación.

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