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Inocente Jiménez, en una ventana junto a la grieta. :: J. V. Arnelas
Los vecinos piden que la Junta repare el edificio afectado por una grieta

Los vecinos piden que la Junta repare el edificio afectado por una grieta

Aseguran que el defecto apareció poco después de que la administración regional construyese el inmueble en Suerte de Saavedra

Natalia Reigadas

Lunes, 27 de marzo 2017, 23:24

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Una grieta enfrenta a los vecinos de uno de los edificios de la calle Vidal Lucas Cuadrado con la Junta de Extremadura. Como informó HOY, 16 familias tuvieron que ser evacuadas de sus pisos el domingo ante el riesgo de derrumbe de una de las fachadas de un inmueble de Suerte de Saavedra. La pared afectada fue apuntalada ayer y los residentes pueden volver, pero ahora el problema es resolver quién paga la reparación. Los vecinos piden que sea la Administración regional, pero desde Mérida no están de acuerdo.

La alarma saltó el domingo cuando cayeron varios cascotes a la calle. Los vecinos abandonaron el edificio. Los bomberos colocaron un puntal provisional y les pidieron que regresasen a sus casas, aunque sin dormir en las habitaciones más cercanas a la grieta. Algunos residentes se marcharon y otros decidieron volver a sus casas.

El miedo al derrumbe seguía muy presente ayer a pesar de que la Junta instaló un puntal de seguridad más definitivo. La grieta se abre más de diez centímetros en una de las paredes. Ante esta situación, los afectados piden que la reparación se produzca lo antes posible, pero que la costee la Junta.

«No podemos pagar»

Alegan que la grieta lleva años aumentando por lo que es un defecto de construcción y la administración regional levantó este edificio. Además, aseguran que no pueden asumir el coste. «La mayoría de los vecinos tienen trabajos humildes o están en el paro, como es mi caso, y no pueden pagar mucho», explica Sergio Guerra, presidente de la comunidad de vecinos.

El bloque afectado consta de 4 portales con 70 viviendas. Fueron construidas hace 33 años por la administración regional y se destinaron a alquileres sociales para familias con pocos recursos. Sin embargo, hace 19 años, varias de estas casas fueron vendidas por lo que ahora algunas son propiedad privada y otras continúan en manos de la Junta.

En concreto, 33 pisos fueron vendidos y 37 siguen siendo para alquileres sociales. El portal A, donde está la grieta, consta de 20 viviendas. De ellas 5 son públicas. «Por tanto la Junta es copropietaria, lo que significa que la solución pasa por la comunidad de propietarios a la que está previsto reunir mañana (por hoy). La administración pondría su parte proporcional del arreglo», aseguraron ayer desde la Consejería de Sanidad y Políticas Sociales.

En el encuentro que tendrá lugar entre propietarios y responsables de la Junta, los primeros pedirán que sea la administración la que asuma la reparación. Su principal argumento es que, aunque este fin de semana han caído cascotes, la grieta lleva años en su fachada.

«Por lo menos hace más de 20 años que eso está así. Casi desde el principio y llevamos 33 años aquí. Les hemos mandado fotos (a la Junta) y hemos pedido que lo arreglen, pero nada. Son muchas perras y los propietarios no van a poder pagar», se lamentó ayer Inocente Jiménez en la puerta del edificio. El representante de los vecinos afectados, Sergio Guerra, espera que la administración recapacite. «Llevamos 20 años avisando de cómo está el edificio. Antes arreglar eso valdría x, pero ahora serán 3 o 4 veces más ¿Cómo nos vamos a hacer cargo? No podemos».

Ayer los vecinos esperaban en la puerta del bloque para saber cuándo podrían recoger sus coches. La fachada agrietada está justo delante de la rampa de acceso al subterráneo y la zona quedó cerrada por los bomberos. Hasta que no se apuntaló la pared, no pudieron recuperar sus vehículos.

Mientras esperaban, los residentes comentaban las dificultades que pueden tener para costear la reparación. Una de las vecinas indicó que prefiere vivir en la casa con la fachada apuntalada a pagar, «porque no puedo». «Yo tendría que vender la casa para pagar la reparación», bromeaba otra.

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