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Una estudiante en la puerta de la Facultad de Comunicación y Documentación. :: Pakopí
Comunicación saca partido al derribo del Cubo

Comunicación saca partido al derribo del Cubo

La facultad se plantea ahora ampliar la Alcazaba, cuando hace un año se dudaba de su continuidad en el Casco Antiguo

A. GILGADO

Domingo, 19 de febrero 2017, 08:44

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En la Facultad de Comunicación Audiovisual y Biblioteconomía estudian 600 alumnos y dan clase más de cincuenta profesores. No hay un hueco libre en los aparcamientos frente a la biblioteca regional, en el parque de césped hay una veintena de estudiantes en tres corros y por la puerta de la Alcazaba se cruzan los que salen de clase con los que las empiezan.

No hay ningún cambio apreciable entre la época precubo y postcubo en la facultad. Las dos plantas se empezaron a derribar a mediados de junio y los operarios trabajaron durante todo el verano para dejar a punto el edificio a principios de curso, que se inició en septiembre, una semana más tarde de lo previsto.

Salvo este leve desajuste con el calendario, las consecuencias del derribo no han ido más allá. Con la sentencia ya ejecutada ni ha decaído el número de estudiantes ni se ha abandonado la Alcazaba ni se ha dado un paso atrás en la recuperación del barrio. Y lo que es más importante, en cierto modo se puede decir que la UEx y la facultad han salido ganando. Ha perdido dos plantas de despachos pero tendrá más terreno en la Biblioteca de Extremadura. El rector Píriz anunció a principios de curso que la idea pasa por reubicarse por completo en la biblioteca cuando esta se traslade al Hospital Provincial.

Llama la atención que ahora se plantee ampliar el centro cuando hace un año dudaba de que pudieran seguir en la Alcazaba. La ubicación de este centro de la Universidad de Extremadura siempre se ha puesto de ejemplo por la función social del patrimonio histórico, de ahí que desde la facultad expliquen ahora que la mejor decisión ha sido permanecer en el antiguo Hospital Militar. Aunque esta posibilidad no siempre estuvo sobre la mesa.

Desde que arrancó el conflicto en el año 2000, en la UEx siempre han defendido que la sentencia les generaba un problema serio porque no tenían un centro donde reubicar a los estudiantes de Comunicación Audiovisual y Documentación.

Con este argumento, durante años se extendió la posibilidad de que finalmente tuviera que irse del Casco Antiguo. En febrero del año pasado, la solución llegó desde la Junta de Extremadura. Segundo Píriz anunció que Cultura cedía los 250 metros que perdían por el derribo en un ala de poca actividad de la Biblioteca Regional. De esta forma, los profesores tendrían un sitio donde trabajar y se garantizaba la continuidad sin perjudicar en exceso a la biblioteca regional.

La Unión de Bibliófilos, con sede entonces en este edificio, se ha mudado a un nuevo espacio en el Casco Antiguo. La reubicación se incluyó en una subvención de 395.000 euros que dio la Junta de Extremadura a la UEx para obras en sus infraestructuras.

Más allá de los problemas logísticos en la UEx, el largo conflicto urbanístico también ha supuesto un desembolso económico. El Tribunal Superior de Justicia de Extremadura condenó al Ayuntamiento a modificar parte del edificio que se hizo porque incumplía la normativa urbanística de la ciudad. El rebaje de las dos plantas superiores y los tres torreones de remate de los patios ha costado al Consistorio más de 800.000 euros.

El alcalde Fragoso ya dejó claro antes de cumplir la sentencia que no quería tirarlo y que lo hacía porque no tenía otra salida. Esgrimió el mismo argumento que la Universidad de Extremadura. El edificio fue clave para que la gente perdiera el miedo a subir a la Plaza Alta y mutilarlo sería ir en contra de la recuperación patrimonial de la ciudad.

José María Soriano es presidente de la Asociación de Vecinos del Casco Antiguo, uno de los más activos en los últimos años con el conflicto del Cubo. Recuerda que en su día incluso se organizó una manifestación a la que asistieron muchos vecinos y estudiantes. «Desde que empezó todo siempre se dijo que la única solución era llevarse el centro a la avenida de Elvas». Que el Casco Antiguo sea hoy uno de los enclaves preferidos por los jóvenes para vivir en la ciudad se debe en parte a la facultad, según el presidente vecinal. «Son setecientos jóvenes que suben y bajan a diario. Se hubiera notado muchísimo».

En la asociación vecinal agradecen que el rector haya apostado de nuevo por la Alcazaba.

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