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Paloma Morcillo y Jesús Coslado, antes de ser reprobados en el Pleno de ayer. :: josé vicente arnelas
Los ediles quieren perder el tiempo

Los ediles quieren perder el tiempo

Los plenos se alargan en un ambiente cada vez más crispado, y la oposición avisa a Fragoso de que pueden arrebatarle la Alcaldía

ROCÍO ROMERO

Sábado, 17 de septiembre 2016, 13:46

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«Para que parezca que hacemos cosas importantes por la ciudad». 'Para que parezca'. Fue la impresión que compartió ayer el portavoz de Podemos, Remigio Cordero, del Pleno. Se ha convertido en habitual que las sesiones se prolonguen y los concejales dediquen más tiempo a llamarse la atención entre sí que, como venía a decir Cordero, a debatir asuntos de la ciudad.

Solo hay que echar un ojo al orden del día de la sesión de ayer. Los asuntos sobre gestión de la ciudad salieron adelante por unanimidad y solo en uno hubo cierto debate y se aprobó con la abstención del PSOE. Era el relativo a la ampliación de edificabilidad de los terrenos de la sociedad del Casino, en Las Vaguadas, para construir una piscina climatizada.

El resto, durante las casi cinco horas que duró la sesión, se dedicó a hacer política. La oposición sacó adelante las reprobaciones a los concejales del PP Paloma Morcillo (Cultura) y Jesús Coslado (Infraestructuras y Poblados). En la práctica solo suponen ponerles la cara roja, ya que ambos siguen como concejales. Leyeron la cartilla a Morcillo porque consideran que hace una nefasta gestión de su área, con el cierre del Museo del Carnaval y la interrupción del servicio en las agencias de lecturas durante varios días este verano. También la acusan de que varios contratos propuestos dentro del plan de impulso parecen estar dados de antemano. «Por su negligente gestión pedimos su reprobación», dijo el portavoz socialista Ricardo Cabezas.

Paloma Morcillo aguantó el chaparrón con una forzada sonrisa. La defendió el alcalde, Francisco Fragoso, que cuestionó la forma de hacer política de la oposición. «Pensé que de la bisoñez pasarían a una alternativa de Gobierno, pero siguen ustedes en el regate corto. Y lo único que me importa es que el mundo de la cultura en la ciudad apoya a la concejala de Cultura». Dijo que Morcillo había ido dando todas las explicaciones que debía durante los últimos meses. Y acusó a su vez a la concejala socialista Maribel García de haberse metido con Paloma Morcillo y referirse a una enfermedad del pasado durante una rueda de prensa, algo que el PSOE niega.

Remigio Cordero apoyó la reprobación como «desaprobación» de la gestión de Paloma Morcillo y reconoció estar de acuerdo con Ricardo Cabezas. Sí comparte que «el alcalde convierte las cuestiones políticas en asuntos personales, pero no en que va a tener que aguantar esta oposición durante tres años, porque yo creo que no». Y los asistentes entendieron que Cordero se refería a una posible moción de censura.

A lo que Fragoso replicó: «No venimos aquí a perpetuarnos en el cargo, si llevamos 22 años es porque la gente entiende que lo hacemos bien. Pero si quieren, presenten una moción, presenten un candidato y formen una alternativa que tenga los votos necesarios. Pero vamos, que yo no me afilio a su partido (le dijo a Ricardo Cabezas) porque no puedo, si no me apuntaba solo para votarle a usted en las próximas primarias y seguir teniéndole en la oposición».

No fue la única vez que la oposición se refirió a una hipotética moción de censura en un Pleno en el que las continuas referencias a lo mal que el PP gestiona la ciudad hicieron que Fragoso se crispara cada vez más. Ejemplo de ello es que prescribió un ansiolítico (Lexatin) tanto al portavoz socialista, Ricardo Cabezas, como a Luis García-Borruel, de Ciudadanos, que le puso de los nervios al confundir los ingresos con los gastos de Ifeba. Borruel insistía en que Ifeba había pagado a una serie de empresas, entre ellos a los Testigos de Jehová y preguntaba por qué. Y Fragoso decía que no, que los Testigos de Jehová habían pagado a Ifeba para celebrar allí el bautismo colectivo anual. Y ahí que se enredaron hasta que Fragoso le dijo: «Para ti la perra chica». Van a crear una comisión de Ifeba para analizar su gestión.

La oposición ya había reprobado a Jesús Coslado por haber respaldado al alcalde pedáneo de Villafranco en su defensa de mantener el nombre del pueblo, lo que contraviene la Ley de la Memoria Histórica. Y también pedían su cese. El portavoz de Ciudadanos, Luis García-Borruel, comparó esta defensa con invitar a los ciudadanos a no pagar el IBI, porque también es incumplir la ley. Ricardo Cabezas acusó al alcalde de tener interés electoralista en Villafranco. Y Remigio Cordero destacó que Villafranco «es un homenaje al dictador, igual que lo son Leningrado y Stalingrado». Fragoso también salió a defender a su concejal y a su delegado en Villafranco. Y dijo tener la sensación de que se pierde el tiempo en los plenos. Lo que relacionó con la moción presentada en otra sesión anterior sobre el tratado de libre comercio entre Estados Unidos y Europa. «El gabinete de la Casa Blanca y Obama están muy preocupados por lo que debatimos aquí», ironizó. Este comentario levantó la indignación de la oposición porque, a su juicio, estaba ninguneando al Ayuntamiento de Badajoz. «Si esta ciudad es intrascendente -le recriminó Remigio Cordero- es porque tiene líderes insignificantes. Y con esa broma de la Casa Blanca usted insulta directamente a la relevancia de la ciudad».

Las anécdotas

Casi cinco horas de Pleno dan para mucho, como para escuchar la propuesta de la concejala de Podemos, Amparo Hernández. Quiere que a partir de ahora en la convocatoria de Pleno se cite también a «las señoras concejalas y no solo a los señores concejales». Y ver al concejal de Medio Ambiente, Antonio Ávila, saltar su escaño hacia atrás para desconcierto del resto de concejales y, también, la mirada de reprobación del alcalde. El objetivo era cerrar la ventana. También para escuchar a Fragoso llamar la atención a los concejales en varias ocasiones para que eviten estar en el baño cuando se votan los distintos asuntos, con el fin de que estén todos y cada partido pueda votar lo que quiere. Ya se sabe, y ayer se lo repitieron al alcalde, que el PP suma trece votos y la oposición, si se une, tiene 14. Así pueden darle la vuelta a los asuntos del Pleno. O, como le insinuaron en varias ocasiones, hasta arrebatarle la alcaldía. En cinco horas se puede uno entretener en mirar las caras del socialista Fernando Carmona y el primer teniente de alcalde, Germán López Iglesias. Los dos reflejaban perfectamente en el semblante estar sintiendo cómo perdían el tiempo.

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