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Las 'niñas de oro' y otras invitadas ayer en el Palacio de Congresos de Badajoz 20 años después de su medalla en Atlanta 96. :: Pakopí
Ahora son treintañeras de oro

Ahora son treintañeras de oro

El Palacio de Congresos acogió un acto organizado dentro del campus que organiza la pacense Nuria Cabanillas, una de las 'niñas de oro'

Natalia Reigadas

Domingo, 24 de julio 2016, 08:36

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Los países del este dominaban por completo las competiciones de gimnasia rítmica. Llegaron los Juegos Olímpicos de 1996, en Atlanta (EEUU). Fue la primera vez que la prueba de conjunto estaba en los juegos y los espectadores vieron por televisión cómo seis niñas españolas arrasaron y se colgaron la primera medalla de oro olímpica para España en gimnasia. Bulgaria y Rusia tuvieron que conformarse con el segundo y tercer puesto.

Solo tenían entre 15 y 16 años y se ganaron el apelativo de las 'Niñas de Oro'. Son Marta Baldó, Estela Giménez, Lorena Guréndez, Tania Lamarca, Estíbaliz Martínez y la pacense Nuria Cabanillas. Estas seis gimnastas, junto con la suplente Maider Esparza, se reencontraron ayer en Badajoz porque el próximo 2 de agosto se cumplirán 20 años de su gesta. Ahora ya son treintañeras, pero demostraron que siguen siendo de oro.

La reunión fue el plato fuerte de la clausura del campus de gimnasia organizado por Nuria Cabanillas en Badajoz. Este reconocido curso de verano ha reunido a 96 gimnastas. Hay menores desde los 6 a los 18 años y algunos se han desplazado desde Vitoria, Ibiza, Cantabria, Andalucía o Madrid.

Ellos fueron los protagonistas de parte de la gala, ya que ofrecieron exhibiciones que han organizado durante su participación en el campus.

Mostraron sus habilidades ante un público de lujo. Ademas de las 'Niñas de Oro' hubo una amplia representación de gimnastas que han hecho historia. Estuvo Ana Bautista, la primera medalla de oro oficial para la gimnasia rítmica española al ser oro en cuerda en la final de la Copa de Europa de Hanóver en 1989. También Carolina Pascual, plata en Barcelona 92; Alba Caride, campeona de España en 1997, y la conocida Almudena Cid, que es la única gimnasta que ha logrado entrar en cuatro finales olímpicas.

Estuvieron acompañadas de jueces, entrenadores, autoridades del Comité Olímpico Internacional, así como de la Federación Española de Gimnasia, del Ayuntamiento de Badajoz y de la Junta de Extremadura.

Un largo camino

En la gala se destacó el largo camino que ha vivido la gimnasia española para poder sobresalir en un deporte muy competitivo y muy desconocido en nuestro país hasta hace unos años. «Nuestra medalla no fue solo nuestra, fue un largo camino de muchos años y de mucha gente que había trabajado por ello. Fuimos las afortunadas, pero había muchos antes», destacó Nuria Cabanillas.

En el homenaje a las 'Niñas de Oro' hubo un recuerdo especial para Emilia Boneva y María Fernández, la seleccionadora y la entrenadora de esa generación de gimnastas. La primera, de 86 años, no pudo desplazarse desde Bulgaria y la segunda tampoco pudo acudir. Sin embargo, estuvieron muy presentes. También hubo hueco para el futuro de esta disciplina con la presencia del equipo nacional junior que participó en la gala.

Las protagonistas, sin embargo, fueron Marta, Estela, Lorena, Tania, Estíbaliz, Maider y Nuria. Representan una generación que popularizó la gimnasia rítmica gracias a sus éxitos. Además del oro de Atlanta, fueron primeras en el Mundial de Viena 1995 y en el de Budapest del 96, y bronce europeo en Praga 95.

Sin embargo la medalla olímpica, reconoció ayer Cabanillas, es especial. En su caso la guarda en casa de sus padres. «Sin su apoyo no habría sido posible».

Nuria, como el resto de gimnastas de su generación, tuvo que trasladarse a vivir a Madrid con solo 14 años y entrenar más de 4 horas al día, el doble cuando se acercaba una competición. Normalmente acudían al colegio, pero las semanas previas a la competición tenían profesores particulares para poder intensificar la preparación. Este sacrificio les dio un oro que no fue nada fácil.

A pesar de los entrenamientos, recuerda Nuria Cabanillas, los días antes, ya en Atlanta, «no nos salía nada y nos pusimos muy nerviosas, incluso nos enfadábamos las unas con las otras, pero nuestra entrenadora nos animó y habíamos trabajado, así que salió».

Volvieron a España como heroínas. Solo desde la capital pacense se movilizaron dos autobuses hasta Barajas. «Bienvenida Nuria. Orgullo de Badajoz. Te queremos», decía una de las pancartas, tal y como publicó HOY en 1996. Hoy en día sigue siendo un orgullo.

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