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Botellón en el recinto ferial de Caya. :: hoy
Los jóvenes consideran peligroso trasladar el botellón al ferial de Caya

Los jóvenes consideran peligroso trasladar el botellón al ferial de Caya

Afirman que habrá más accidentes de tráfico, más multas por beber en zonas prohibidas y más fiestas en pisos que molesten a los vecinos

NATALIA REIGADAS

Jueves, 21 de julio 2016, 07:19

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Noelia Cansado hace sus cuentas. Un botellón le cuesta 5 o 6 euros porque compran una botella de vodka, un refresco y hielo entre 3 amigas. Si tienen que ir en autobús al ferial y volver en taxi, son 4 euros más cada una. «Otros irán en coche y habrá accidentes. Yo no. Si hay que ir al ferial, haremos fiestas en pisos o ya veremos, pero está demasiado lejos».

El lunes, el Ayuntamiento anunció que prohibirá el botellón en el Paseo Fluvial y el entorno del Nuevo Vivero. El pleno municipal lo hará oficial en las próximas semanas y desde septiembre solo se podrá celebrar en el ferial de Caya. La noticia ha caído como una losa sobre los jóvenes, que no dejan de compartirla y comentar el problema, especialmente por mensajes de Whatsapp.

Cansado señala su móvil. «Al ferial, nooooooooo», reza un mensaje que puso en las redes sociales. Recibió 34 'Me gusta'.

Santi Mera también está disgustado. Es universitario y considera peligroso el traslado a Caya. «En la Feria de San Juan hay mucha policía y es más fácil controlar a la gente, pero hay botellón los jueves, los viernes y los sábados y habrá accidentes de gente bebida cogiendo el coche. Es un peligro», sentencia.

Este joven justifica el botellón. «Por lo que vale una copa, nos tomamos cuatro o cinco y estamos con los amigos». A él le gusta ir al Paseo Fluvial y luego acercarse a algún bar del centro. Desde septiembre, no sabe qué hará, «pero dudo que vayamos todas las semanas al ferial. Lo que quieren es cargárselo y eso es imposible. Habrá más fiestas en pisos, se quejarán los vecinos, y la gente irá a la calle y la policía los multará. Va a ser un problema».

Israel Pinto, de 22 años, explica que el ferial no es una opción. Matiza que solo se utiliza en feria. Los jóvenes prefieren el Paseo Fluvial en invierno para salir después por el centro y el Vivero cuando hace calor para ir a las discotecas de verano.

«El cambio me parece todo un error. Prohibir la práctica del botellón en el Paseo Fluvial es totalmente comprensible, puesto que se molesta a vecinos y a los bares que allí se encuentran. Además ahora mismo no es un lugar muy seguro debido a las obras de remodelación, pero eliminar el Nuevo Vivero es un desacierto. Es un lugar relativamente cercano a la ciudad, al que se puede ir andando o en taxi sin gastarte un dineral, además no se molesta a nadie y se encuentra cerca de la única discoteca de verano de la que disponemos», dice Pinto.

«Trasladarnos hasta el recinto ferial supone necesitar vehículo para todo, ya sea autobús, taxi, o coche propio, y la gente que lo tenga optará por esto último, con el peligro que conlleva el alcohol al volante», añade.

Los vecinos de la avenida de Elvas también se muestran preocupados. Javier Méndez vive en la urbanización Ruta de la Expo. «Si traen el botellón tienen que poner controles de alcoholemia, pero siempre», advierte. «Es una zona tranquila y no sabemos qué va a pasar». Para los controles de alcoholemia tendrá que colaborar la Policía Local en la avenida de Elvas y la Guardia Civil en la autovía.

Además, el botellón supondrá suciedad en el entorno del parque acuático e Ifeba. Sin embargo, lo que más preocupa a los vecinos es el tráfico. Fran Maza, un jubilado que vive en la avenida de Elvas, cree que volverán a verse los «rotondazos», como los accidentes que se producían en la fuente Isabel de Portugal de Sinforiano Madroñero.

Sin autobuses

La mayor pega que ponen los jóvenes a este destino es la distancia. Ir andando supone, al menos, una hora. En la actualidad no hay autobuses nocturnos a este destino. Solo las líneas 9 y 18 llegan, pero su horario termina a las 23.00 horas y no vuelven a funcionar hasta las 7.00.

Aunque se instale una conexión de noche, los usuarios no creen que sea suficiente. Las rutas nocturnas solo tienen lugar los sábados de 23.00 a 4.00 horas y hay botellones varios días a la semana. También temen que se produzcan avalanchas para conseguir subir al bus, ya que la frecuencia del servicio nocturno es de un vehículo cada hora.

Los taxis parecen ser la mejor opción, pero Luis Giraldo, presidente de Radiotaxi Badajoz, cree que no funcionará porque el precio es caro para los jóvenes. «El traslado del ferial a Valdepasillas, donde vive mucha gente joven, y por la noche, son unos 7 euros, pero como hay que ir a recogerlos y salimos desde el hotel Lisboa, será algo más: 8 o 9 euros. Si van cuatro personas en el coche quizá les compense, pero menos no. A nosotros no nos interesa que se lleven el botellón allí. Nos viene mejor algo más cerca y haríamos más servicios».

En el bando contrario están los colectivos que han aplaudido la decisión y que son muchos. Los primeros los hosteleros del río que habían pedido que se eliminase el botellón de las puertas de sus negocios. También los vecinos de la zona, como Miguel Ángel Puerta, que lo considera «un descanso» de ruido y suciedad.

La prohibición del botellón en el Nuevo Vivero ha sido una gran noticia para el CD Badajoz. Su presidente, Pablo Blázquez, dice que se cumple una reivindicación de hace años porque esta práctica estaba deteriorando el estadio y era una imagen negativa para los asistentes.

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