La venta de Sancha Brava se eterniza

Según han informado a HOY desde el gabinete de prensa del Ministerio de Defensa, en la actualidad el acuartelamiento Sancha Brava está en pleno proceso de depuración física, en espera de realizar diferentes regularizaciones registrales. Además, también está pendiente de que se realice la segregación de la piscina y club militar que forman parte de esta propiedad militar. Por este motivo y hasta que se complete este proceso, el Ministerio ha optado por retirar Sancha Brava de la relación de propiedades de venta prevista.

Esta operación se incluyó en la reforma de la Administración Pública que se aprobó en 2013 para luchar contra el déficit público. El objetivo era llevar a cabo una gestión eficaz de las infraestructuras para adecuarlas a las necesidades reales de las Fuerzas Armadas, en este caso, y que estuvieran acordes con la situación económica actual.

Al margen de los inmuebles de Defensa, el Gobierno también puso a la venta edificios de Patrimonio del Estado, de Adif, de las sociedades del Grupo SEPI -de Correos y de Sepides-, de la Tesorería General de la Seguridad Social y de la Gerencia de Infraestructuras y Equipamientos de la Seguridad del Estado.

La decisión de vender el acuartelamiento de Sancha Brava, situado en la carretera de Valverde de Leganés, no sorprendió en la ciudad ya que llevaba cerrado más de una década y el deterioro de las instalaciones es cada vez mayor.

Dieciséis años cerrado

Hace casi 16 años que se clausuró este espacio después de que el regimiento Castilla 16 lo abandonara para trasladarse a la base General Menacho de Bótoa. Allí se agrupó la Brigada de Infantería Mecanizada Extremadura XI al completo.

El antiguo cuartel se quedó entonces sin uso. Con el tiempo este espacio se ha ido degradando y su situación urge alguna solución.

Desde el Ministerio de Defensa recuerdan que esta propiedad militar fue desafectada y puesta a disposición del Instituto de Vivienda, Infraestructura y Equipamiento de la Defensa el 26 de abril de 2001.

Sancha Brava se mantiene en estos momentos vigilado por una empresa privada, sirve de club militar con piscina, cafetería y pistas deportivas, y suele utilizarse como campo de maniobras para los efectivos del cuartel de Menacho que preparan sus misiones en el extranjero. Pero el resto de pabellones y demás infraestructuras están abandonadas y sufren numerosos desperfectos. Desde el exterior se aprecian ventanas rotas, puertas y pilares en mal estado y maleza desbordante por todo el perímetro por falta de mantenimiento.

Los terrenos del Ministerio de Defensa ocupan 110 hectáreas si se suma el campo de maniobras y los pabellones que hay frente a una de las entradas a la urbanización de las Vaguadas. Su ubicación, a cuatro kilómetros del casco urbano y con acceso directo a la calzada, ha propiciado que se baraje la posibilidad de desarrollar allí diferentes proyectos a lo largo de estos años: se planteó como destino para el futuro museo de la ciencia; Izquierda Unida, por ejemplo, solicitó convertirlo en un macrolocal de ensayos para grupos de música de la ciudad; y los socialistas incluían en su programa electoral de 2003 transformarlo en una especie de aldea cultural.

El Ayuntamiento pacense también llegó a mostrar su interés por estos terrenos para ubicar allí la cochera del parque móvil municipal o el parque de bomberos antes de que se levantase su nueva sede en el polígono industrial El Nevero. Sin embargo, las negociaciones entre el Consistorio y el Ministerio de Defensa nunca llegaron a ser fructíferas.