«Pienso en mis novelas como si fueran películas»

El autor explica que la manera de superar esta situación de vacío desde el punto de vista creativo es empezar a pensar en el siguiente libro. «Meses antes de que 'La Legión perdida' saliese a la luz ya estaba trabajando en la siguiente novela y el siguiente personaje, que no voy a revelar», manifiesta.

En esta tercera parte que conforma la trilogía, Posteguillo plantea el pulso dramático que mantiene Trajano con el miedo que tienen sus tropas en el momento de enfrentar la batalla para cruzar el Éufrates. Un temor que nace por la derrota que sufrió la legión perdida 150 años antes de la época de Trajano. «Es la novela de la que más orgulloso me siento porque no solo trata del Imperio Romano, sino porque entrelaza cuatro civilizaciones del mundo antiguo. Como veo que narrativamente ha quedado bien, ya que está resultando atractiva para los lectores, estoy muy satisfecho», destaca.

De hecho, el libro va por sexta edición con más de 100.000 ejemplares vendidos solo en España. «Y eso en solo dos meses», apostilla.

A pesar de que sobre Roma y Trajano se han escrito muchas páginas a lo largo de la historia, Posteguillo ha logrado enganchar a miles de lectores. Su sello está en construir una historia entretenida con una fuerte carga didáctica. «Quizá los 25 años que llevo como profesor universitario tienen mucho que ver en esto último», apunta. Reconoce que se sirve de la intriga y la narrativa cinematográfica para crear sus libros. «Pienso en mis novelas como si fueran películas», indica.

Ayer visitó la Feria del Libro de Badajoz y minutos antes de que llegara una treintena de personas esperaba en una larga cola para poder charlar con el escritor. «La clave está en reconducir el éxito y tomarlo como un estímulo para seguir trabajando en lo que tú crees que puede ser la mejor novela», sostiene.

Una de las actividades que le mantiene con los pies en la tierra, comenta, es continuar dando clases en la universidad. «Me obliga a seguir con una rutina, evitando que la vorágine de presentaciones, ferias y entrevistas me hagan perder el norte», admite.

De Trajano habla con afecto y admiración. «Dejó una impronta de muy buen gobierno. Hizo muchas cosas positivas como luchar activamente contra la corrupción y administrar bien el dinero público. Era un hombre que exigía y tenía gran autoridad moral, pero siempre daba ejemplo», concluye Posteguillo.