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Antonio Cerro y Manuel Fernández Rico. :: HOY
Vecinos de San Fernando reúnen 1.500 firmas para que no trasladen a sus curas

Vecinos de San Fernando reúnen 1.500 firmas para que no trasladen a sus curas

Manuel Fernández Rico será el nuevo párroco del Cerro Gordo y Antonio Cerro también dejará la iglesia del barrio

Natalia Reigadas

Martes, 17 de mayo 2016, 00:38

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San Fernando no quiere perder a sus sacerdotes. Los dos curas de la parroquia que da nombre al barrio van a ser trasladados a otros destinos y los vecinos no aceptan esta decisión. En poco más de una semana han reunido más de 1.500 firmas que van a entregar al Arzobispado de Mérida-Badajoz. Su petición es que se paralice el cambio de destino.

Manuel Fernández Rico es el párroco de la iglesia de San Fernando y Santa Isabel y desde septiembre ocupará este mismo puesto en la recién creada parroquia del Cerro Gordo , que se llamará San Juan Pablo II. También abandonará este barrio Antonio Cerro, el otro sacerdote. Los vecinos conocieron la noticia hace una semana y se movilizaron rápidamente para tratar de evitarlo.

Por el momento han reunido más de 1.500 apoyos. Se trata de una cifra destacada en un barrio que suma 14.600 residentes según el último padrón municipal.

Los vecinos están «indignadísimos». Es la expresión de Isabel Barroso, una de las mujeres que ha recogido firmas para evitar el traslado de los curas del barrio.

Barroso matiza que son sacerdotes muy implicados en el día a día de San Fernando y que tienen muchos proyectos pendientes. «Han sacado arriba la parroquia. Ahora es muy activa», añade.

«Nos dejan huérfanos»

«Son unos párrocos excepcionales. La verdad es que nos dejan huérfanos», se lamentaba ayer esta vecina, muy afectada. El problema es que se marchan ambos sacerdotes a la vez, lo que supone un gran vacío para una comunidad que, aseguran, depende mucho de ellos.

Isabel Barroso detalla que hay dos ámbitos en los que estos curas se han convertido en imprescindibles para el barrio. Lo primero, han supuesto un gran apoyo para las familias necesitadas. «Han ayudado mucho. Si alguien buscaba trabajo, ellos le apoyaban para encontrarlo. Si tenía necesidad, allí estaban. Han ayudado económica y psicológicamente a mucha gente».

Otro mérito que reconocen los vecinos a estos sacerdotes es su labor con los niños de la zona. «Están muy disgustados porque son muy importantes para ellos», explica esta vecina. Pone un ejemplo, hubo un caso en el que una niña sufría acoso escolar y se implicaron personalmente para hablar con ella y ayudarla.

Uno de sus últimos proyectos, que publicó HOY, fue una recogida de leche en abril. El barrio se movilizó ante la necesidad de las familias con hijos y en solo una semana recaudaron más de 800 litros. También han recogido alimentos en misa para los necesitados, ropa, etc.

En San Fernando, durante los años de la crisis económica, las peticiones de ayuda se han multiplicado por cuatro, según datos que de Caritas Parroquial del año 2012. Pasaron de ser 25 familias a las que apoyaba la iglesia de San Fernando y Santa Isabel a más de 90. Ante esta situación los sacerdotes destinados allí hicieron un llamamiento a los vecinos para recabar su solidaridad.

Isabel Barroso entiende que será difícil parar el traslado de ambos sacerdotes, pero añade que para ellos supone una pérdida enorme por lo que están dispuestos a hacer ruido para que se les escuche.

Lo primero que han hecho es reunir las firmas y van a entregarlas en el Arzobispado. Esperan que su solicitud se estudie porque no quieren perder a los que consideran dos pilares fundamentales de un barrio que los necesita.

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