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TANIA AGÚNDEZ
Domingo, 10 de abril 2016, 08:58
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Las manos son su voz y los dedos sus palabras. Los gestos que configuran con cada movimiento de esta parte del cuerpo se convierten en el alma de las personas sordas. La agrupación que atiende a este colectivo en la capital pacense ha cumplido diez años. Los actos para conmemorar esta fecha comenzaron el año pasado y continúan ahora con una exposición. La Asociación de Personas Sordas de Badajoz (Aspesoba) ha organizado una muestra en la que repasa la historia de su comunidad. En ella se analizan aspectos del ámbito educativo, el movimiento asociativo, la lengua de signos y la trayectoria propia de esta asociación.
La exposición se puede visitar hasta el 14 de abril en la Biblioteca Pública del Estado Bartolomé J. Gallardo. En este mismo espacio han organizado la semana pasada un taller infantil para dar a conocer a los más pequeños la lengua de signos. El objetivo es sensibilizar a la sociedad sobre las dificultades que tienen estas personas.
«Queremos conseguir ser más visibles y que se entienda mejor nuestra situación. En nuestro día a día nos enfrentamos a muchos problemas y creo que el resto de la población no es consciente de ello a menos que tenga un familiar sordo», explica Casimiro Lemos, presidente de la asociación.
Esta institución nació en verano de 2005 con la intención de ayudar y defender los intereses de estos afectados y sus familias. Desde entonces Lemos ha estado al frente de este grupo gritando con las manos. Su misión ha sido hasta ahora trabajar para eliminar barreras de comunicación. «Nuestra lucha ha consistido principalmente en defender nuestros derechos», afirma el portavoz del colectivo.
La asociación fue promovida por un grupo de afectados que se reunían de manera particular para compartir experiencias, realizar actividades juntos y luchar por sus reivindicaciones. Así estuvieron durante un tiempo hasta que hace una década se unieron formalmente.
Lemos reconoce que los logros han sido muchos. En 2008 consiguieron su primer local en el que poder desarrollar todo tipo de actividades. Además, celebran multitud de eventos, como por ejemplo el Día Internacional de las Personas Sordas. Actualmente están establecidos en el número 35 de la calle Santo Domingo, un local cedido por la fundación Dolores Bas de Arus. «El balance de estos diez años de vida es muy positivo. Ahora nos conocen más y gracias a eso pueden ser conscientes de nuestras peticiones», indica Lemos.
Los miembros de esta asociación llevan celebrando este décimo aniversario desde mediados del año pasado. Llevaron a cabo una jornadas de puertas abiertas para dar a conocer la sede, un espectáculo de danza accesible para estas personas y obras de teatro en lengua de signos. «También organizamos una cena para los socios», apunta Lemos.
Aspesoba cuenta con un intérprete de la lengua de signos para facilitarles el acceso a la información y favorecer su autonomía personal. «Se trata de conseguir que los usuarios sean independientes», resalta.
La asociación dispone de un servicio de asistencia social, otro de asesoría jurídica y también un programa de orientación laboral. «Ofrecemos muchos cursos para fomentar la formación y enriquecer a los miembros a nivel cultural. A lo largo del tiempo nuestra asociación ha ido evolucionando, han ido aumentando los servicios que tenemos a disposición de los usuarios y creciendo en número de personas asociadas, ya que actualmente somos unos 30», manifiesta.
El colectivo también impulsa numerosas actividades deportivas y culturales como excursiones o encuentros con otras asociaciones.
A pesar de los avances, la dirección de la asociación considera que aún hay mucho por hacer para acabar con todas las barreras que impiden su plena integración. «Estas personas se sienten en muchos casos perdidas y aisladas, ya que el hecho de no poder comunicarse deriva en muchos otros problemas. Existen numerosos inconvenientes para acceder a los recursos formativos, por ejemplo, y eso deriva a su vez en diferencias culturales con la población oyente. A nivel laboral también hay muchas dificultades, porque sin formación es muy complicado encontrar un trabajo», sostiene Lemos.
El colectivo pide, por ejemplo, un convenio con el Ayuntamiento para que incluya un intérprete. Este acuerdo permitiría contar con personas que puedan acudir a los actos públicos y traducirlos al lenguaje de signos para que ellos puedan participar. «Se trata de que tengamos un acceso pleno a todos los servicios que ofrece la Administración Local», puntualiza. También considera necesario adaptar la información y recorridos por los museos y otros espacios culturales de Badajoz, como los monumentos. «Sería algo tan fácil como contar con signo-guías».
Aspesoba también solicita al Consistorio que revise sus contenidos audiovisuales, especialmente en su página web. En concreto, quieren que los vídeos cuenten con subtítulos o con una traducción en lenguaje de signos. Esta demanda también se extiende a la televisión municipal del Ayuntamiento, que retransmite por internet. «Es imprescindible para lograr la igualdad real con la sociedad oyente. Está en juego mejorar la calidad de vida de las personas sordas», concluye Lemos.
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