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Antonio Gilgado
Lunes, 7 de marzo 2016, 08:25
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Felipe Zapico (León, 1960) se define como un pesimista vital pero optimista diario. Le duele lo que lee en los periódicos y clama para denunciarlo, aunque espera que su pesimismo sea como una bomba de orsini, la bola negra con una mecha corta que al final estalla. Este profesor universitario es de los que disfruta tanto escribiendo como recitando, por eso no extraña que tenga ya más de veinte presentaciones cerradas por librerías, cafeterías y espacios culturales de toda España para los dos próximos meses.
¿Qué se va a encontrar la gente en 'Muros marcados con tiza'?
Lleva los poemas de los tres últimos años y la mayoría son de protesta, lucha y reivindicación.
No tiene usted problema en que le llamen el poeta protesta. Es su signo de identidad.
Yo siempre digo que es mi signo de identidad a mi pesar. Me gustaría escribir de otras cosas, pero el tiempo que me ha tocado vivir no me deja mirar a otro lado. Me gustaría hablar del campo, el erotismo, la lujuria, pero no me gusta lo que veo y sólo puedo dejar constancia de eso.
Lee la entrevista completa en edición impresa y Kiosko y Más
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