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Mercadillo de los martes en Badajoz. :: hoy
Un tercio de los vendedores podría quedarse sin licencia de mercadillo

Un tercio de los vendedores podría quedarse sin licencia de mercadillo

La renovación implica estar al corriente de pago con el OAR, la Seguridad Social y Hacienda, pero más de setenta tienen alguna deuda pendiente

Antonio Gilgado

Lunes, 22 de febrero 2016, 07:28

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De los mercadillos de Badajoz, tanto el del martes como el del domingo, viven cerca de doscientos vendedores, pero más de setenta pueden quedarse en los próximos meses sin licencia para seguir poniendo su puesto. No podrán renovar su autorización porque arrastran impagos con el OAR, Hacienda o la Seguridad Social, la condición indispensable que pone el Consistorio para seguir renovando el permiso.

Joaquín Salazar, el portavoz de la agrupación que representa a los vendedores ambulantes, lleva semanas pidiendo al concejal encargado, Antonio Ávila, que flexibilice esta condición. Explica Salazar que muchos de los afectados no pueden pagar sus deudas porque el mercadillo apenas les da para sobrevivir, por eso cree injusto que la morosidad con la administración les deje sin el principal sustento. Salazar pide a Ávila que tenga en cuenta la dimensión social de este conflicto y no se limite sólo a aplicar la ordenanza. «De un mismo puesto viven varias familias. La mayoría sin cualificación profesional. No pueden ir a otro sitio y si les quitas la venta, ¿qué pasa con ellos?», se pregunta.

Esa misma cuestión le trasladará al resto de portavoces políticos municipales para intentar que los grupos de la oposición presionen al equipo de Gobierno y la moratoria se lleve a pleno. De momento, no han pasado de las reuniones y de la petición oficial, pero Salazar espera que al final haya alguna solución.

Entiende que han iniciado una carrera de fondo, pero no pueden demorarse mucho porque el calendario tributario corre en contra de los vendedores.

La tasa de mercadillo se paga entre el 14 de marzo y el 13 de mayo, aunque en septiembre y octubre se abre el segundo plazo. La asociación a la que representa Salazar, Acaex, cree indispensable llegar a un acuerdo antes de que finalice el primer período para que los afectados no tengan que esperar hasta septiembre para vender. De momento, explican, el concejal les ha remitido a Servicios Sociales para que a través de esta delegación consigan ayudas para las facturas de luz y agua que deben.

Moratoria

De media, dice que un vendedor ambulante saca al mes quinientos euros limpios, pero esos ingresos se tienen que repartir entre varias familias porque un puesto lo gestionan entre cinco o seis personas.

Con estas cuentas, recuerda Salazar, resulta comprensible que algunos acumulen impagos por multas de tráfico o con Hacienda. «Si a duras penas sacas para comer es normal que no tengas para gastos imprevistos».

Ante la situación económica tan delicada a la que se enfrentan algunas familias, la asociación de comerciantes pide una moratoria de varios años para que puedan poner al día su situación y, entretanto, suprimir el punto del reglamento que hace referencia a esta obligación anual. Los comerciantes insisten además que esta condición no se pide en la mayoría de las ciudades. «Pedimos la sensibilidad que han tenido en otros sitios. Nosotros también sufrimos la crisis», lamenta Salazar.

Junto a la moratoria para salvar a los 70 afectados, Acaex también ha propuesto a Antonio Ávila que la licencia se renueve cada cuatro años.

La otra alternativa pasa por bajar la tasa y cambiar el cálculo por metros cuadrados a metros lineales. De esta forma, estiman, tendrían una tasa más asequible.

También han pedido a Ávila que mejore la explanada junto al puente Real donde se instalan los martes. En invierno algunas calles se llenan de baches y el público pasa de largo para evitar el barro.

En Acaex explican que en los últimos años muchos comerciantes de otras ciudades han dejado de venir a Badajoz y prefieren quedarse los martes en otros mercadillos más pequeños y cercanos porque no cubren los gastos de desplazamiento. Los domingos montan treinta puestos más que el del martes porque en los últimos años El Nevero se ha convertido en un reclamo para los que compran frutas y verduras.

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