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El yacimiento que ha salido a la luz está formado por baños árabes y restos del Hospital Militar. :: j. v. a.
Las obras de la Alcazaba destapan restos de casas, termas y torres

Las obras de la Alcazaba destapan restos de casas, termas y torres

Se vallarán las piezas históricas ubicadas junto a la Biblioteca Regional, pero requieren un proyecto concreto para ser expuestas

Tania Agúndez

Viernes, 12 de febrero 2016, 07:18

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Entre los andamios, las vallas y el trajín de los operarios que durante los últimos meses han marcado el día a día de la Alcazaba, se acaba de abrir un auténtico puzzle histórico. En el solar contiguo a la Biblioteca Regional, terreno que hasta hace unos meses se utilizaba como aparcamiento, se ha destapado un yacimiento compuesto por restos de construcciones de diversas épocas.

La mayoría de estas estructuras formaron parte hace diez siglos de un complejo termal árabe vinculado al palacio de época taifa. De hecho tal y como se puede observar en la fotografía principal que acompaña a esta información, han salido a la luz numerosos baños con sus respectivas escaleras para poder acceder a las piscinas. En las paredes aún se aprecia la decoración que adornó estas estancias. Se ha rescatado parte del zócalo en color rojo con franjas blancas. «Ese detalle nos da una pista de que se trataba de una infraestructura situada en un lugar importante, en este caso un palacio», explica Montserrat Girón, arqueóloga que ha dirigido las excavaciones.

Este espacio conserva el entramado de instalaciones subterráneas que permitían el calentamiento y la conducción del agua. También se ha identificado la red de alcantarillado. Asociado a estas termas, se han localizado los restos de lo que pudo ser un jardín que en su día sirvió de zona recreativa y de ocio. «Estos posibles baños son de gran transcendencia para el estudio del pasado islámico de Badajoz», indica Girón. Este complejo termal está fechado entre los siglos XI y XII. Tras la conquista cristiana este enclave dejó de ser utilizado y fue abandonado. En los siglos XIV y XV se convirtió en una zona marginal sobre la que se fue acumulando basura y escombros, incluso se realizaron hoyos para extraer material de construcción. Finalmente, en el siglo XV estas instalaciones sirvieron de corrales para el ganado.

A partir de este momento fueron adquiriendo relevancia las construcciones que estuvieron situadas en el entorno de la Puerta del Alpéndiz. De hecho, durante los trabajos arqueológicos que se han llevado a cabo en los últimos meses ha aparecido un conjunto de viviendas que en un principio fueron independientes y después se unieron a la casa fuerte de Hernán Gómez de Solís, que también se apropió de la torre del Alpéndiz. Se ha confirmado, incluso, que en la torre existió una habitación techada.

En este parque arqueológico también se ha recuperado las cimentaciones del antiguo Hospital Militar, construido a mediados del siglo XIX sobre lo que fuera el Hospital del Rey. En la franja del muro cercana a la cafetería de la Facultad de Documentación, en el subsuelo, se ha destapado el portillo de época islámica que comunicaba la Torre Vieja con el interior de la Alcazaba.

«El yacimiento que ha quedado al descubierto es muy rico. Gracias a lo que se ha encontrado durante los sondeos se puede hacer una nueva lectura de la Alcazaba. Ahora se podrá comprender mucho mejor el monumento», aseguran Julián Prieto y Jorge López, arquitectos responsables de la rehabilitación del recinto árabe. Ambos señalan que este campo arqueológico se acotará con una valla para protegerlo, aunque será necesario elaborar un proyecto de musealización específico para garantizar su conservación.

En el lienzo de la muralla también se han registrado numerosos hallazgos. Entre las diferentes fases de construcción documentadas, la más interesante es la consolidación del muro taifa. Durante las obras de restauración también se han destapado tres nuevas torres circulares que datan de esa época.

Juegos y cerámicas

Las labores arqueológicas que se desarrollaron entre junio y diciembre del año pasado se enmarcan dentro del proyecto de recuperación del tramo de la Alcazaba comprendido entre los Jardines de la Galera y la torre del Alpéndiz. En estos siete meses se ha excavado un área de más de 1.300 metros cuadrados.

Durante estas tareas, además de las construcciones vinculadas a los espacios interiores del recinto árabe, se han recopilado miles de piezas de cerámica y monedas que ahora tendrán que ser examinadas. «Vamos por el fragmento número cinco mil. Tenemos documentada toda la secuencia histórica de la ciudad a través de los cerámicas halladas. Analizar todo este material nos puede llevar un año», puntualiza Girón.

Este estudio aportará más datos sobre el pasado de Badajoz. Además de conocer más aspectos sobre la vida de la ciudad, se podrá saber cómo era la producción cerámica de la villa o cómo se comerciaba. «Podremos obtener mucha información sobre el comercio y la industria», agrega la arqueóloga.

Con este mismo objetivo se han recogido muestras de tierra de la red de alcantarillado de la zona de las termas, aunque en este proyecto no serán analizadas. «Se guardarán para cuando se desarrolle algún trabajo de investigación dedicado a eso. A través de la composición de la tierra se pueden sacar datos sobre lo que comían o qué tiraban a la basura y, por lo tanto, utilizaban los árabes», sostiene Girón.

Tampoco falta en este campo arqueológico elementos para la diversión. Tanto en el área de baños como en la puerta del Alpéndiz se han recuperado juegos que estaban tallados en la sillería de piedra.

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