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Botellón del llamado 'Día del borracho' en el Paseo Fluvial. :: hoy
«El botellón es la forma  de relacionarse de los jóvenes»

«El botellón es la forma de relacionarse de los jóvenes»

Cruz Roja Juventud alerta sobre el consumo de alcohol a edades más tempranas, desde los 12 años, y la facilidad de acceso que tienen los menores

NATALIA REIGADAS

Lunes, 4 de enero 2016, 00:19

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Hace dos semanas unos 10.000 jóvenes celebraron un macrobotellón en el Paseo Fluvial de Badajoz para celebrar el inicio de las vacaciones de Navidad. Esta práctica no es nueva, pero sí ha cambiado el perfil de los participantes. Si el botellón era una actividad relacionada con los universitarios, en la actualidad hay muchos asistentes menores de edad.

«El botellón se ha convertido en la forma de relacionarse de los jóvenes. Es su herramienta social», explica Dania Salas, responsable de los programas de Salud en Cruz Roja Juventud de Badajoz. Parte de su trabajo es llevar a cabo programas de concienciación, tanto en los centros escolares como en los propios botellones, por lo que conoce muy bien este fenómeno.

A pesar de sus esfuerzos las estadísticas se repiten y cada encuesta muestra un dato preocupante, sigue bajando la edad a la que los menores consumen alcohol por primera vez. Ellos han detectado casos de niños de 12 años y no son puntuales.

Atracón de alcohol

El último 'Informe de la encuesta sobre uso de drogas en enseñanza secundaria en Extremadura' (Estudes), publicado hace un año, revela que el 83,42% de los estudiantes extremeños de entre 14 y 18 años han probado el alcohol. Este mismo estudio oficial asegura que a partir de los 15 años el consumo suele convertirse en un hábito semanal y el 43% de los encuestados admite que ha bebido más de cinco copas en menos de 2 horas, lo que se conoce como 'atracón de alcohol'.

«Nosotros encontramos gente cada vez más joven», admite Dania Salas. La responsable de Cruz Roja Juventud en Badajoz, Mamen Gonzaga, añade que sus últimos datos muestran que el primer contacto suele ser a los 12 años. Esto es tan preocupante que desde su organización están estudiando la posibilidad de ampliar sus campañas a los escolares de esta edad. Actualmente comienzan a intervenir en los institutos con alumnos de 14 años.

Lo más normal, según confirman en Cruz Roja Juventud, es que los menores de edad consuman alcohol en los botellones, que se han convertido en su principal interacción social. Es mucho menos habitual encontrarlos en las zonas de ocio, ya que acceder a los pubs es más difícil para ellos.

Salas añade, sin embargo, que una de sus mayores preocupaciones es la facilidad que tienen los menores para comprar alcohol. Ante esto, admite, resulta muy difícil luchar contra el consumo.

La Policía Local de Badajoz ha sancionado en numerosas ocasiones a tiendas de la ciudad por vender alcohol a menores. De hecho hay locales que han soportado más de un multa, y algunas que han superado los 60.000 euros.

Cada año se tramitan una veintena de sanciones de este tipo en la ciudad. La estrategia de los agentes municipales es vigilar las tiendas de la zona donde se mueven los menores. Lo hacen de paisano para no alertar a los comerciantes y cuando salen menores con bebidas, les siguen, les identifican, les incautan el alcohol y llaman a sus padres. Posteriormente multan al local con 30.000 euros, que pueden ser 60.000 en caso de reincidir.

Desde Cruz Roja, sin embargo, aseguran que los jóvenes siguen consiguiendo comprar alcohol. «Como en todo, se buscan las vueltas. Consiguen que alguien mayor de edad lo adquiera por ellos o lo sacan de su casa», detalla Salas.

En 2014 dos vecinos de Badajoz fueron multados por la Policía Local por comprar alcohol a menores. Eran dos jóvenes de 20 años. Un grupo de chicos de 15 les solicitó a la puerta de un supermercado que les comprase una botella de vodka, les dieron el dinero y les esperaron en la puerta. Por este comportamiento se enfrentaron a una sanción de 30.000 euros. No es el único caso de este tipo.

El trabajo de las familias también es fundamental, según destacan en Cruz Roja. Lo que ocurre, añade Dania Salas, es que en muchos casos los padres tratan el tema cuando es tarde y los menores ya son consumidores habituales.

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