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Natalia Reigadas
Viernes, 1 de enero 2016, 19:47
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Daniel y Elsa estarán en cursos distintos en el colegio a pesar de haber nacido con solo 12 horas de diferencia. El primero fue el último bebé nacido en Badajoz en 2015 mientras que Elsa ha sido la encargada de dar la bienvenida al año 2016.
Los nacimientos en Nochevieja siempre son especiales, pero este año en Badajoz han estado marcados por una anomalía, más de doce horas sin partos en el Hospital Materno Infantil. Daniel nació el 31 de diciembre a las 21.55 horas. Pasaron las uvas y el primer bebé de Badajoz se hacía esperar. A las dos de la mañana ya había recién nacidos con este título en Plasencia, Cáceres y Mérida, pero la capital pacense continuó sin nacimientos hasta las 10.35 horas. Elsa rompió la racha. Los padres de está niña, José Fernández y María Sánchez, de Jerez de los Caballeros, pudieron tomarse las uvas en su casa y con tranquilidad. La madre, según recordó ayer, comenzó a tener molestias una hora antes de las campanadas, pero no creyó estar de parto porque esperaban a la niña a partir del Día de Reyes.
A las dos y media de la mañana, sin embargo, ingresaron en el hospital. El parto fue bien y ocho horas después llegó Elsa con 2,770 kilos de peso.
«Lo de ser la primera niña del 2016 será una batallita que le contemos muchas veces», aseguró ayer José Fernández. Elsa es la segunda hija de este matrimonio de Jerez, que tuvo a Lara hace 25 meses. Su hermana pequeña se encuentra en perfecto estado, sus padres están muy ilusionados y deseando volver a casa.
Ayer también fue un día especial para Mari Carmen Lucas y Luis Chavez, de Oliva de la Frontera. Esta familia también estaba en la tercera planta del Hospital Materno Infantil. En su caso con Daniel, el último bebé de 2015.
Este recién nacido ganó a Elsa por un año y en un kilo de peso. Nació con 3,700 kilos. También es el segundo hijo de la pareja y ayer su hermano mayor, Adrián, estaba emocionado. No paraba de mirar y acariciar al pequeño.
Sin uvas
Mari Carmen Lucas estaba muy contenta y recuperada solo unas horas después del parto. En su caso, eso sí, se quedó sin uvas. «Ya estaba en la habitación con Daniel, pero ni lo pensé. No importa», explicó ayer. Sus familiares tampoco se acordaron de las uvas. Su celebración era la llegada al mundo del pequeño vástago.
La madre y sus parientes también recuerdan que, cuando salieron de la zona de partos, se quedó totalmente vacía. No había más familias esperando. Una imagen inusual que duró varias horas.
Tras el parto de María Sánchez y el nacimiento de su hija Elsa, sin embargo, la actividad volvió a la sala de espera del Hospital Materno Infantil. Las familias, nerviosas, esperaban las buenas noticias del primer día del año.
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