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Luciana Piñeiro, coordinadora de Apramp, en la sede de Badajoz.
Los pisos burdeles crecen hasta sumar 30 en Badajoz

Los pisos burdeles crecen hasta sumar 30 en Badajoz

La asociación Apramp empezó a trabajar en la capital pacense al percatarse de que la ciudad es un punto habitual de entrada y salida fronterizo de mujeres prostituidas

Antonio Gilgado

Lunes, 21 de diciembre 2015, 01:22

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La Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención a la Mujer Prostituida (Apramp) se creó en los años 80 para trabajar en la reinserción de las mujeres prostituidas, aunque en Badajoz el colectivo solo lleva tres años operando.

Luciana Piñeira, una de las fundadoras de la delegación de la ciudad, cuenta que decidieron ponerse en marcha cuando descubrieron que Badajoz era un punto clave de entrada y salida de mujeres por la zona fronteriza de Portugal. Con una unidad móvil se acercan hasta zonas donde saben que hay mujeres vendiéndose y les informan de las alternativas que hay para salir de la situación en la que viven.

Dice Luciana que aunque hay una ordenanza municipal que impide la prostitución en la calle , en Badajoz se sigue ejerciendo, pero ya no es tan visible como antes. Salen todos los días y a_las mujeres les reparten información en distintos idiomas sobre enfermedades de transmisión sexual, preservativos masculinos y femeninos o les explican que en la asociación pueden encontrar apoyo psicológico.

Por experiencia ya saben en qué calles se ponen las mujeres y en los clubes, explica Luciana, de momento no tienen problemas para entrar y hablar con las chicas. En los últimos meses explica también han reforzado la visita a los pisos burdeles de la ciudad. Cuenta la trabajadora social que ahora hay más pisos que se dedican a la prostitución. En su registro ya han contabilizado entre 28 y 30. «Yo creo que para una ciudad del tamaño de Badajoz, es un número elevado».

Aclara además que la tendencia no está relacionada con un traslado de la calle a las viviendas porque se trata de perfiles muy distintos. En Apramp creen que obedece más a la falta de alternativas reales a su situación. Con estas visitas quieren que las mujeres tengan un sitio al que pueden acudir para mejorar su situación. Tras este primer contacto, explica, ya en la sede organizan terapias de cinco o seis personas donde tratan temas como la prevención del VIH y métodos anticonceptivos, pero también les aclaran dudas sobre recursos, ayudas sociales o cursos de formación profesional en los que pueden participar. «La mayoría desconoce los recursos a los que tienen derecho. Vienen de otros países, prácticamente no hablan el español y hay quien no tiene ni la tarjeta sanitaria».

La prostitución es la salida que encuentran en España a graves problemas en sus países. Familiares a su cargo, con poca formación y sin trabajo estable, una oferta laboral engañosa con el atractivo de ganar mucho dinero en poco tiempo en España les convierte en las víctimas de las mafias y los proxenetas. «Para salir de esta situación necesitan formación que les pueda llevar al mercado laboral».

En el entorno de Badajoz han contactado con mujeres de 20 nacionalidades distintas. Brasileñas, rumanas y dominicanas son mayoría, pero en Apramp advierten que el número de españolas también se ha incrementado considerablemente. «La prostitución ha aumentado en general porque nosotros repartimos ahora más material que cuando empezamos». En el último año, explica, han contactado con más de 600 mujeres y han ayudado salir de este mundo a más de 130, y 25 ya han conseguido un empleo. «Es una carrera de fondo. Nos faltan recursos y estamos en pañales».

Apramp no se dedica sólo a trabajar con las prostitutas, también quiere llamar la atención sobre los que contratan esos servicios. Acuden a charlas a institutos, universidades y centros sociales para concienciar a la sociedad del drama que hay detrás del consumo de prostitución. «Si la demanda sube y ahora hay más pisos, es porque también hay más oferta». Con esta idea organizaron la semana pasada unas jornadas en colaboración con la Diputación de Badajoz coincidiendo con el día internacional para la abolición de la esclavitud. «Todos tenemos que implicarnos y asumir que no podemos permitir la esclavitud y, mucho menos ser cómplices».

En las asociaciones que trabajan para la defensa de las prostitutas preocupa que el perfil del usuario haya cambiado tanto y que del soltero, mayor y sin muchos recursos se haya pasado al de joven que va a los locales como un sitio más de ocio. «A partir de los 20 años, los jóvenes ya tienen un consumo habitual de prostitución».

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