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Los otros protagonistas

Los otros protagonistas

Un animado cóctel siguió a la entrega de los Premios Ciudad de BadajozLa gala resultó algo pesada al final, cuando los asistentes ya solo tenían ganas de mezclarse y coger una copa

Rocío Romero

Sábado, 24 de octubre 2015, 17:43

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Una vez entregados los premios, empezó lo bueno de la noche. La gala de los premios Ciudad de Badajoz resultó al final pesada, demasiado larga. Fueron más de dos horas para dar a conocer y avisar a los reconocidos en seis categorías distintas con vídeos, actuaciones y un presentador, Emilio el Mago, que tenía también que sacar partido a su arte. La música de un piano y la danza se mezclaron con proyecciones de imágenes hasta que la originalidad del principio tornó en una sensación interminable.

Quizás son demasiados premiados y, además, se les avisa por teléfono y en directo, lo que obliga en algunos casos a llamar en más de una ocasión si el premiado no lo coge o el presentador se topa con que al otro lado del aparato no tienen demasiadas ganas de hablar. La más divertida de todas las premiadas fue la de Poesía. La sevillana Rocío Hernández se llevó el galardón con su Poemario de Cieno. A pesar de que sus versos son un tanto tristes, ella derrochó alegría y energía por teléfono. Ni se lo creía ni podía parar de hablar. Al ver que le llamaban de un 924... pensaba que iba a recibir una mala noticia de algún familiar cercano que vive en la provincia. En realidad le avisaban de que su trabajo había resultado ganador y que la ciudad de Badajoz se lo reconocía con 9.000 euros.

Una pena que Melchor Balsera, el pacense que ganó el premio de Escultura por Reflejo, no estuviera entre los asistentes. La alegría se la llevó, como todos los demás, vía telefónica. En el Palacio de Cristal del Hotel Río podría haber explicado mejor el retrato tallado de su padre que quedó el primero de los 38 trabajados presentados.

La edición de ayer de este diario informaba de todos los premios. Lo que faltaba por contar es qué ocurrió una vez entregados y terminado el discurso del alcalde, Francisco Javier Fragoso. Entonces empezó lo que muchos de los 300 invitados llevaban tiempo esperando: la copa. Los corrillos se fueron mezclando, la gente saludó toda la noche y llegó el momento de relajarse. Algunos tuvieron su momento, aunque no estuvieran entre los galardonados.

Fue el caso, por ejemplo, de Manuel Márquez, el presidente de Amigos de Badajoz tenía que hablar del Cubo de Biblioteconomía. Horas antes se había conocido que el TSJEx había puesto ya fecha al rebaje del edificio: 14 de junio próximo. Atendiendo y explicando se pasó parte de la noche en la que dedicaba a hacer hincapié en que la sala había reconocido el trabajo de la asociación en este polémico asunto. Márquez, además, es uno de los nombres que Ciudadanos ha puesto sobre la mesa para que Badajoz tenga dos cronistas oficiales más junto a Alberto González. Moisés Cayetano, otro de los señalados, también estaba entre los asistentes. A los dos se le preguntaba y reían. Feliz se veía también a María Dolores Gómez Tejedor. La archivera municipal jubilada forma parte también de la propuesta pero con una categoría honorífica. «¿Pero es verdad que me van a hacer? Si yo no sé nada», contestaba. Menos alegre estaba Alberto González, que esta semana ha visto publicado en HOY la afrenta que mantienen él y Feliciano Correa, el cronista oficial de Jerez de los Caballeros. Los dos estaban en la sala y los dos tenían que responder a los múltiples comentarios que les llegaban sobre la Guerra de los cronistas, la información en la que se contaba cómo la asociación de cronistas oficiales de Extremadura ha reprobado un artículo de González en HOY por entender que ofendía a Correa. Pero la asociación, aún, no ha dicho nada sobre otro artículo que escribió Correa sobre González para responderle también en este diario y donde vertía manifestaciones del mismo tipo hace ya un mes. Ahí estuvieron los dos, en los premios Ciudad de Badajoz. Juntos, pero no revueltos.

De historias de la ciudad se escuchaba mucho en la mejor esquina del aperitivo. Apostados en una mesa, el veterano Miguel Celdrán y el presidente de la Fundación Caja Badajoz, Emilio Vázquez, conversaban de todo. Por ese punto pasaban los camareros constantemente y se acercaron muchos de los asistentes a saludar. «Que no repetía Celdrán que no echo de menos ser el alcalde».

Encantado se veía a Luis García-Borruel, el portavoz de Ciudadanos. Como le gusta estar en todos los caldos, fue pasando de grupo en grupo. Y más sin que el primer teniente de alcalde, Germán López, le atara en corto. Este se cayó de la moto hace varias semanas, no dejó de trabajar y ahora tiene que pasar algo más de tiempo en casa con la pierna en alto. Así que se perdió los premios y Borruel, acostumbrado a las reuniones diarias con Germán López, estaba de lo más suelto sin vigilancia. De los concejales de Podemos, Amparo Hernández tuvo también que responder en muchas ocasiones lo mismo: «Ha sido un mal rato que ya ha pasado». En la mañana del viernes estuvo presente en el desahucio de una mujer en la ciudad, donde se produjo un altercado entre la plataforma Afectados por la Hipoteca y la Policía. Ella se enfrentó a los agentes y dijo que pondrá una reclamación en el Ayuntamiento, que para eso es concejala. «Ya pasó», insistía.

Al final del cóctel, el portavoz de los socialistas, Ricardo Cabezas, se despedía: «Que me tengo que ir, que mi niño de un año está a punto de despertarse», decía con prisa.

Pasada la una y media quedaban algunos grupos dentro de la carpa. Entre ellos seguía el alcalde, Fran Fragoso, que seguía haciendo de anfitrión con una sonrisa y mucha mano izquierda.

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