Repunta lentamente la rehabilitación de edificios del Casco Antiguo

El ARI existe desde 1997. Eran oficinas repartidas por todo el país para incentivar la rehabilitación de los barrios más deteriorados, entre ellos el Casco Antiguo de Badajoz. Hace unos años la iniciativa desapareció, pero el Ayuntamiento decidió mantener la oficina pacense. Ahora depende de la Inmobiliaria Municipal y a su vez tiene un convenio firmado con la Junta de Extremadura.

La labor de este servicio es muy variada. Gestionan permisos de obra, realizan informes para la Comisión de Patrimonio, acompañan a los interesados en arreglar una casa, etc. Su trabajo más conocido sin embargo es la tramitación de ayudas económicas para rehabilitar inmuebles del Casco Antiguo. La obra puede ser integral o parcial, es decir, solo renovar la fachada o hacer alguna reforma.

Desde 2001 el ARI ha tramitado 1.004 expedientes en el Casco Antiguo de Badajoz. Los proyectos han contado con una inversión total de 9,3 millones de euros. De ellos 1,6 han sido subvenciones del Ayuntamiento de Badajoz y 1,3 otras ayudas de la Junta y el Estado. El resto son fondos privados.

La directora del ARI en Badajoz, Elena Olea, explica que la media, antes de la crisis, era tramitar unas 60 obras al año. La recesión redujo drásticamente el ritmo de rehabilitación. Los peores años fueron 2009 y 2010 con unos 25 expedientes en cada ejercicio. Ahora la cifra va remontando poco a poco. Sigue lejos de los mejores ejercicios, pero progresa. Su esperanza es que vayan llegando más pacenses que se animen a invertir en la zona monumental.

«Es mucho más que rehabilitar. Es revitalizar una zona», añade Luis Chacón, gerente de la Inmobiliaria Municipal. Chacón matiza que proyectos como las viviendas proyectadas en El Campillo, que dependen de esta empresa pública, son un acicate para atraer no solo a los vecinos que se instalen en estas casas, sino otros que aprovechen el arreglo de la zona para llevar a cabo sus propios proyectos.

Para conseguir este objetivo, Elena Olea insiste en que los vecinos pueden acudir a la oficina del ARI. Añade que atienden todo tipo de consultas. «Nuestra principal función es de asesoramiento. Tramitamos licencias de obra porque en el Casco Antiguo no es tan sencillo como en Valdepasillas, también permisos o informes para la Comisión de Patrimonio. En la zona hay mucha gente mayor que necesita ayuda a la hora de mover este tipo de papeles».

En otros casos los vecinos acuden a la oficina en busca de un proyecto. «A veces llega gente decidida a invertir en el Casco Antiguo y lo hace antes incluso de comprar», explica Olea. En estos casos, detalla, acompañan a los inversores a ver las viviendas que les interesen. «Podemos decirles si la estructura está bien o mal, cómo está catalogada en el nivel de protección o más o menos a qué ayudas podrían tener acceso».

Para cumplir con estas labores la oficina del ARI cuenta con un equipo de cuatro personas. Su directora, un administrativo, un aparejador y un arqueólogo.

Actualmente hay tres tipos de ayudas econonómicas para los que deseen rehabilitar. Las dos primeras dependen de la Junta de Extremadura y el Estado. Actualmente están agotadas y pendientes de una nueva convocatoria.

La tercera opción son las subvenciones del Consistorio pacense que destina cada año 100.000 euros a estas ayudas. Estas son algo distintas, ya que incluyen a los locales comerciales y no dependen de la renta de los solicitantes. Lo importante, en este caso, es que el proyecto mejore el Casco Antiguo y cumpla una serie de requisitos como materiales de construcción que encajen en la zona. Dentro de las ayudas municipales hay muchas opciones. Por ejemplo, el arreglo de una fachada en la zona más castigada se subvenciona con el 60% del coste de la obra hasta un máximo de 7.212 euros. La rehabilitación de una casa para uso propio o para alquilar en este mismo área se apoya con el 20% de la inversión hasta un máximo de 4.507 euros.