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Adoquines sueltos en la plaza de López de Ayala. :: casimiro moreno
Siguen las molestias  por los adoquines sueltos  en la plaza de las Descalzas

Siguen las molestias por los adoquines sueltos en la plaza de las Descalzas

El mal estado del pavimento de una de las calles más comerciales de la ciudad genera el descontento de los vecinos del centro

ELENA CORTÉS

Martes, 4 de agosto 2015, 08:20

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En la plaza de López de Ayala (frente al convento de las Descalzas) se llevan a cabo retoques periódicos de la calzada de estilo portugués, que sigue ocasionando problemas a muchos paseantes.

Justo en la misma plazoleta, rodeando los bancos y las farolas, numerosos adoquines sueltos resultan un peligro para los viandantes.

Esta zona de la ciudad es zona de paso cada día de una cantidad considerable de pacenses, ya que muchos deciden tomarse un descanso aprovechando los espacios de sombra. También supone el acceso a la calle Francisco Pizarro, con numerosos comercios.

La plataforma peatonal que va desde el inicio de la calle Menacho hasta la plaza del Porrina está teniendo gran aceptación por parte de los pacenses, que han ganado un espacio a los coches.

Aunque este acceso facilita el trasiego de personas por la zona, la mayoría de los residentes entrevistados por HOY asegura que las obras se han convertido en una rutina diaria.

«Hay varios tramos del pavimento de la calle en mal estado. El paso de los coches por este espacio peatonal provoca el desnivel del suelo, y que muchas personas se caigan», cuenta María José de la Cruz, vecina de Muñoz Torrero.

Los desperfectos se aprecian desde que se hizo la primera obra de la plataforma única, allá por 2011. Los ciudadanos se quejaron entonces del mal estado del pavimento cuando muchos adoquines sueltos producían un ruido desagradable con el paso de los pocos vehículos que tienen permitido el acceso.

Desde el Ayuntamiento insisten en que se hacen revisiones cada poco tiempo para asegurar el buen estado de estas aceras. Al ser una zona adoquinada, es fácil que estas piedrillas se suelten del cemento que las mantiene unidas, por lo que muchas acaban amontonándose.

«Hemos visto que los niños juegan a apilar los adoquines para apartarlos de la parte peatonal», comenta Javier Rodríguez, camarero del bar El mercado provenzal.

Los vecinos del centro insisten en una necesidad de mejora de la zona, antes de que tengan lugar más caídas o que estos adoquines sean un peligro para los más pequeños.

Los operarios municipales terminaron hace una semana de arreglar el inicio del tramo de la calle Francisco Pizarro, esquina con José Gabriel Estenoz.

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