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¿Qué ha pasado hoy, 28 de marzo, en Extremadura?
Manuel Rubio y Javier Pérez en la Comandancia de Badajoz. :: j. v. a.
La Guardia Civil investiga cien delitos tecnológicos en la provincia al año

La Guardia Civil investiga cien delitos tecnológicos en la provincia al año

Los casos más graves son protagonizados por pederastas que utilizan la red para contactar con menores de los que luego abusan sexualmente

Evaristo Fernandez

Sábado, 30 de mayo 2015, 00:26

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«Depredador sexual». Esas son las palabras que ha utilizado esta semana la Guardia Civil para describir a un joven de 25 años residente en Chipiona que ha sido detenido tres veces en un año como supuesto responsable de los abusos sexuales cometidos sobre nueve chicos menores de edad.

La noticia del último arresto estaba fechada en Cádiz, pero el rastro de este delincuente se pierde en Extremadura, la comunidad autónoma en la que fueron captadas sus dos primeras víctimas.

La Guardia Civil de Badajoz ha confirmado que las actuaciones contra este 'depredador sexual' comenzaron a finales de 2013. Entonces, la madre de un chico que residía en la zona de Jerez de los Caballeros denunció que su hijo menor de edad estaba siendo amenazado por otra persona a través de la aplicación WhatsApp.

La madre contó a los investigadores que el autor de las amenazas exigía a su hijo fotografías de contenido sexual bajo la amenaza de publicar imágenes comprometidas del menor que ya tenía en su poder.

El caso fue comunicado de forma inmediata al Equipo de Delitos Telemáticos de la Comandancia de la Guardia Civil de Badajoz, un grupo de investigación que está compuesto por un equipo de especialistas capaces de rastrear en origen de los mensajes que circulan por la red. «Cada año nos entran entre 80 y 100 denuncias, aunque no todas son de este tipo», explica Javier Pérez.

Este agente lleva más de diez años persiguiendo delitos tecnológicos y se enfrenta con cierta frecuencia a delitos tan graves como el cometido por el vecino de Chipiona, un joven de sólo 25 años que ha trabajado como monitor y profesor de clases particulares. «El perfil del pederasta es muy variado, pero suelen ser personas aparentemente normales que tienen ese deseo oculto».

La edad, la situación personal y el perfil profesional de estos delincuentes varía, pero hay algo que siempre coincide: cada pederasta centra su interés en un tipo de víctima muy concreto. En este último caso buscaba chicos de 13 años, pero hay otros delincuentes que se centran en víctimas de 16 o 17 años.

Cuando el 'depredador sexual' de Chipiona fue detenido por primera vez, los agentes le imputaron tres presuntos delitos de corrupción de menores y un delito de tenencia y distribución de archivos de contenido sexual con menores.

Esos cargos tienen pena de cárcel si quedan demostrados, pero el juzgado que instruye el caso no consideró necesario el ingreso en prisión del presunto pederasta, por lo que fue puesto en libertad con cargos hasta la celebración del juicio.

En esa situación se encontraba cuando hace ahora un mes fue detenido por segunda vez acusado de abusar un menor. Tampoco en ese caso se decretó el ingreso en prisión y volvió a quedar libre con cargos, situación que aprovechó para cometer los hechos que provocaron su tercer arresto. En total, el 'depredador sexual' de Chipiona está acusado de haber abusado sexualmente de nueve menores con los que contactó a través de Internet. Todos ellos rondan los 13 años y en esta tercera ocasión el juzgado sí determinó su ingreso en la cárcel.

Las actuaciones llevadas a cabo por los agentes que realizaron la última operación contra él han sido seguidas con interés por el Equipo de Delitos Telemáticos de la Comandancia de la Guardia Civil de Badajoz, cuyos agentes todavía investigan los hechos cometidos hace un año sobre dos menores de Jerez de los Caballeros y uno de Huelva.

Estos investigadores son los que entraron por primera vez en la habitación del supuesto pederasta, un cuarto en el que tenía dos ordenadores, una tableta, un teléfono móvil y un disco duro. «Cada caso es un mundo, pero hay operaciones en las que se han llegado a localizar hasta 9.000 y 10.000 archivos pedófilos», asegura Javier Pérez.

Este agente también participó en la investigación que en abril de 2013 permitió detener a un vecino de Mérida y otro de Montijo, de 53 y 20 años de edad respectivamente, como presuntos autores de un delito de corrupción de menores mediante el cual conseguían que sus víctimas practicaran 'cibersexo' con ellos a cambio de hacerles regalos. Ambos se hacían pasar por entrenadores de fútbol y realizaban falsas promesas deportivas para ganarse la confianza los menores. Uno de los detenidos entonces ya había sido arrestado con anterioridad por grabar y difundir vídeos de contenido sexual en los que aparecían chicos de 16 y 17 años que vivían en Extremadura.

Casos tan graves no son frecuentes, pero el agente Javier Pérez es consciente del riesgo que conllevan las nuevas tecnologías, especialmente para los niños y los menores de edad. «¿Tú dejarías a tu hijo pequeño cruzar la calle solo? Pues lo mismo sucede en la red, a determinadas edades los padres tienen que estar muy pendientes».

Como consejo, propone a las familias que guíen a los niños en sus primeras incursiones en la red y que instalen filtros de contenidos adecuados a sus edades. «Hay empresas que ofrecen herramientas que limitan las búsquedas para que no accedan a contenidos inadecuados y en edades tempranas resultan útiles».

La Guardia Civil también recomienda a los menores, y también a los adultos, que no difundan fotografías, vídeos o información comprometida a través de la red. «Una vez que está colgada o que se ha enviado a través del móvil, se pierde el control sobre ella», advierte.

Desde el Plan director para la convivencia y mejora de la seguridad en los centros educativos que desarrolla la Guardia Civil en los colegios e institutos de la provincia también se incide en la conveniencia de no aceptar invitaciones de personas desconocidas. «En la sociedad de hoy el acceso a Internet es muy sencillo, si no se tiene en casa, se puede conseguir en la calle, por eso es tan importante trabajar en la educación de los hijos».

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