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El pariente pobre

TERESIANO RODRÍGUEZ NÚÑEZ

Sábado, 11 de abril 2015, 00:33

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QUE se ajardine todo el espacio público que rodea el Museo Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo (MEIAC). Se diseñó dicho espacio para ser un reflejo del museo en el exterior, con espacios expositivos, pero apenas se utilizan en contadas ocasiones». Así se expresaba la Asociación Cívica Ciudad de Badajoz en las páginas de este periódico el pasado 10 de marzo. Y abogaba, entre otras cosas, porque el espacio se dotara de una cafetería, un parque-museo infantil y bancos para su utilización por el público. Me alegró ver semejante propuesta, que coincide con lo que este escribidor planteaba en estas mismas páginas el pasado 11 de octubre, sábado, en un artículo titulado «¿Y si fuera un museo?». Respondía el título a la posibilidad de que el antiguo Hospital Provincial pasara a convertirse en sede del Museo Provincial de Bellas Artes, luego de que se haya abandonado la idea de hacer de él un Parador de Turismo. Y eso justamente ahora, cuando se inauguraba a toda prisa -las elecciones mandan- la por el momento última y carísima remodelación del tal MUBA, que en su ubicación actual difícilmente llegará a ser un gran museo por mil vueltas que le den.

Pero dejemos el MUBA y volvamos al MEIAC, que es de lo que se trata ahora. Ojalá estos «cruzados de la causa» tengan más audiencia y mejor fortuna de la que tuvimos otros antes que ellos. Aunque mucho me temo que nuestras dignísimas autoridades no están por la labor, a juzgar por lo que está ocurriendo, convertir el MEIAC en el pariente pobre de los museos pacenses. Construido sobre lo que fuera Cárcel Provincial e inaugurado en 1995, el MEIAC aportaba la singularidad de unir en un museo el arte extremeño contemporáneo con la producción artística de Portugal e Hispanoamérica. En España hay docenas de museos de arte contemporáneo, de muy desigual interés. En nuestro caso, la vinculación con Portugal e Hispanoamérica le hace diferente y único. Y no es una característica caprichosa ni oportunista: responde en el caso de Portugal a razones de vecindad e intercambio, no sólo de mercancías, sino también de arte y cultura, y en cuanto a Iberoamérica, a la vinculación histórica y sentimental que ha generado el hecho de que docenas de personajes determinantes en la historia de aquellos países hermanos fueron extremeños. El Estatuto de Autonomía de Extremadura establece entre los objetivos básicos de la Comunidad «impulsar el estrechamiento de los vínculos humanos, culturales y económicos con la nación vecina de Portugal y con los pueblos de Hispanoamérica».

A este mandato respondía tanto la creación del MEIAC como del CEXECI, así como muchas iniciativas llevadas a cabo años pasados, especialmente bajo la presidencia de R.Ibarra. Baste recordar, por citar algunos hechos, el I Encuentro de Presidentes Iberoamericanos en Guadalupe, en abril de 1985; las visitas que se han sucedido a uno y otro lado del atlántico, o los varios 'Encuentros de Comunicación' celebrados en Extremadura o en universidades de Chile, Brasil o Argentina. Pero parece que los aires que marcaba el Art. 6º, 2-h de nuestro Estatuto y que impulsaba el Gobierno extremeño se hubieran apagado, no sé si por falta de fuelle o de voluntad.

Lo que sí sé es que el MEIAC está sintiendo el desamor de quienes en su día -6 de abril de 1990- firmaron el convenio para su construcción: Junta, Diputación, Ayuntamiento de Badajoz y Caja de Ahorros de Badajoz. El Ayuntamiento, dueño de los terrenos colindantes, no ha movido un dedo para hacerlos habitables. Cierto que Badajoz está bien dotada en lo que a parques se refiere; pero el pretendido parque del Museo, además de servir a la barriada colindante de Pardaleras, que lo reclama con toda razón, está llamado a ser un espacio cultural prolongación del Museo. Hay un hecho llamativo respecto al interés municipal por el MEIAC: por ningún sitio, en ningún cruce ni en sus alrededores, hay una señal informativa, una flecha que indique su existencia, su presencia o la dirección a tomar para llegar a él. Será que los anuncios comerciales, que lo llenan todo, son más rentables.

En cuanto al Gobierno Extremeño, se creó un Patronato que preside el titular de la Consejería de Cultura; otra cosa es que funcione, pues tengo entendido que apenas se ha reunido. Había una aportación anual de la Junta de unos diez mil euros, que sin ser para enriquecer el Museo adquiriendo obra nueva, le ayudaba a ir tirando; pero, al parecer, se los han llevado los recortes. En cuanto al presidente Monago, pescador de votos como todos los políticos, pueden ocurrir dos cosas: la primera es que, por daltonismo o cualquier otra malformación, vea la cultura que representa el MEIAC de color rojo y no del azul del cielo y el mar en que vuelan las gaviotas: craso error, porque la Cultura no admite otro marco que un inmenso arcoíris, origen y síntesis de todos los colores. La segunda posibilidad es que, en razón de buscar esos votos de los que se nutren los partidos, importe más que la cultura en sí, su carácter popular, más lo adjetivo que lo sustantivo. Y en cuanto a populismo, donde estén los 'Palomos', el clarinete de Woody, la música de Extremoduro o la de algún perroflauta que atraiga a los jóvenes, que se quiten los museos. Pero lo entendible en Monago lo es menos cuando se trata de la consejera del ramo. No se me ocurre poner en duda el amplio y brillante currículum de Trinidad Nogales en temas de su competencia, como Cultura, Arte y Patrimonio; por eso sorprende más el trato que recibe el MEIAC y se le escapa a uno por las teclas la eterna pregunta: «Tu quoque?». Ya sé que «donde hay patrón no manda marinero»; aunque también sé de marineros que, ante determinadas actuaciones del patrón, decidieron bajarse del barco. Pues eso.

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