«Este país es como Babilonia, cualquiera llega y se lleva las riquezas»

¿De dónde viene lo de Babilonia?

Fue muy sencillo. Un día estaba viendo el telediario y tuve la sensación de que este país es como Babilonia, la puta de Oriente, una ciudad en la que cualquiera podía llegar, quedarse con las riquezas y aplastar a la población. España es como Babilonia, cualquier llega y se lleva las riquezas.

Por eso dice que es un disco con «mucha mala leche».

Yo compongo temas de denuncia hace muchísimo tiempo. Hay gente que lo hace ahora más por moda que por convicción. A mi lo de 'social' me parece un concepto manido. La gente se quiere, se ama y se pega desde siempre. Tengo claro que no me voy a sumar a la corriente populista actual de decir que todos los políticos son unos corruptos. Sinceramente, no lo creo. La corrupción está instalada en este país desde hace quinientos años. Ahora, nos enteramos más que entonces.

En el disco tampoco renuncia a la vida interior.

Hace un año y medio, en cuatro horas, desmonté todo mi entorno. Todo es todo. El cien por cien. Y eso hace que tenga un contrapunto en este trabajo tan fuerte como 'Teamotemor', jamás he escrito una canción como ésta.

¿Y cómo está siendo la acogida?

Estamos muy contentos con los seis conciertos que llevamos hasta ahora en esta gira. Me ha costado mucho asumirlo, pero es cierto que hay mucha gente que mantiene un pacto con Revólver. Yo jamás lo he asumido del todo, pero tengo la fortuna de que haya gente a la que le gusta lo que transmito y se siente bien con ello.

¿Y el mismo público le sigue acompañando después de tanto tiempo?

Es cierto que hay gente que empezó con nosotros y sigue, pero en los últimos años, sobre todo a partir del disco Enjoy, tenemos más gente joven. Es un regalo que te hace la vida. Siempre hemos sido intergeneracional, pero antes había más gente de mi edad que de treinta y ahora ocurre lo contrario. Para mí eso es maravilloso.

¿Y no tiene miedo de defraudar a las nuevas generaciones?

Yo nunca he tenido miedo. Tienes que estar preparado porque va a ver gente que te puede decir: esto no es Revólver. Llevo toda la vida grabando canciones que me salen del corazón. A veces estás más arriba y a veces más abajo.

Estrena disco y giro después de dos años. ¿Tenía ganas de volver?

Yo nunca me he marcado un calendario preestablecido. Pueden pasar tres años como dos. Es una cuestión emocional. Cuando tengo algo que contar pues lo cuento y cuando no, pues me callo. Yo compongo a diario. Es muy raro que tenga la guitarra a más de un metro de mí. Es lo que más me gusta del mundo.

En esta ocasión Revólver es un trío.

Es lo más cerca que estoy de la felicidad total encima de un escenario. No es lo mismo. Al meter sólo una guitarra, un bajo y una batería, todo te condiciona. En un partido de fútbol, si Messi o Cristiano tienen un mal día, quizá se lo solucione otro, pero si Nadal tiene un mal día, palma. Pues aquí es un poco lo mismo. En un trío no puedes tener un mal día. A mí lo que me gusta es tocar solo con una guitarra, por eso digo que es lo que más parecido a la felicidad sobre el escenario.

Y con canciones tan exitosas, ¿le cuesta en los conciertos volver a temas más conocidos?

Si solo tocara temas nuevos, el concierto duraría poco más de cuarenta minutos y estamos casi dos horas. Yo estoy muy orgulloso de mi trayectoria y de lo que he hecho. Cada disco, cada tema, ha salido lo mejor que he podido hacerlo. Sería estúpido por mi parte no tenerle un respeto imponente al 'Roce de tu piel'. Hay gente que tiene derecho a olvidar un poco su trayectoria y enterrar temas. Yo lo respeto, pero en mi caso es un orgullo todo lo que he hecho.

Y después de tanto tiempo, ¿tiene miedo de caer en la rutina?

Yo solamente he caído en rutina una vez en mi vida y corté la gira. Fue en el año 98. Me acababa de meter dos tandas consecutivas con más de doscientos conciertos en seis meses, paré y con un disco nuevo volví. Cuando iba por el concierto noventa decidí parar. Me acuerdo perfectamente, fue en San Juan en Alicante. Llamé a mi mánager y le dije que cortara la gira, que estaba subiéndome al escenario y no corría nada por dentro. Se cortó todo. No hay nada en el mundo que me guste más que subirme al escenario. Me llena por completo. Por mi tocaría todos los días, pero mi manager no me deja. Es tanto el respeto que le tengo al público que si me volviera a pasar lo haría, eso lo tengo muy claro. Me lo he pasado muy, muy bien durante toda mi vida y ahora me lo paso mejor que nunca. Por eso quiero tocar siempre.