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Las Baldocas. El camino permite llegar hasta el cruce de la autovía de Madrid-Lisboa. Los desniveles sobre los arroyos se han asfaltado con pasos canadienses para los animales.
El Guadiana recupera sus senderos

El Guadiana recupera sus senderos

El tramo preurbano del río resulta más accesible con el ensanche y mejora del firme de los caminos

A. GILGADO

Lunes, 6 de abril 2015, 00:29

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badajoz Con la reordenación del Guadiana ya terminada, lo que más luce son los dos parques urbanos a ambos lados, pero los cinco años de obras y los 44,5 millones de euros han dado para mucho más.

Ya dijo la Confederación Hidrográfica del Guadiana cuando anunció el proyecto, que realmente perseguían la recuperación ambiental del entorno fluvial, muy dañado por la extracción de áridos y los vertidos en las riberas. En realidad, las máquinas han trabajado sobre los 16 kilómetros de cuenca que discurren entre el puente de la autovía Madrid-Lisboa y el rincón de Caya. El trayecto incluye tanto en el curso preurbano -el Pico, la Pesquera o las Crispitas- como el posterior -azud de la Granadilla y charcón de los Pollos-.

El resultado directo de esta actuación ambiental se ve en los más de diez kilómetros de caminos recuperados, tanto senderos interiores como vías paralelas de las que ya disfrutan ciclistas y senderistas de la ciudad.

Al corredor interior de la margen izquierda se accede desde un camino que sale de Ronda Norte, a la altura del Rivillas. En este punto se ha recuperado el brazo del Jamaco, seco hasta que llegaron las máquinas y ahora alimentado por una charca de tres metros de profundidad que se inunda gracias al azud de la Pesquera. Una pista de tierra ancha, con firme regular y de fácil tránsito se divide en dos al superar el Jamaco. Por la derecha se puede llegar sin problemas al Pico y por la izquierda continúa durante más de cuatro kilómetros hasta el puente de la autovía de Lisboa. Pescadores en las orillas, grupos de paseantes y ciclistas pueblan este trayecto, conocido como el paraje de las Baldocas.

El problema viene porque el aumento de público también se nota en los montones de basura que dejan los usuarios tras el fin de semana. La ruta por las Baldocas ha mejorado con los trabajos forestales de los últimos años. Se han eliminado eucaliptos -sólo se han dejado los mejores ejemplares- y la ribera se han repoblado con especies autóctonas como olmos o alisos. En la pista han asfaltado los desniveles inundables para que los coches se muevan sin problemas con las crecidas y se ha tenido en cuenta la presencia del ganado con un paso canadiense.

Ya en la margen derecha, también ha cobrado vida la pasarela que discurre por debajo de la carretera de Cáceres. Abandonada y casi intransitable durante años, ahora conecta el puente de Palmas y el nuevo parque urbano con el vial que pasa por el antiguo molino y la central hidroeléctrica. Los senderistas también suelen bajar por la rotonda de Cáceres y pasan junto a estos dos edificios en ruinas para llegar hasta la altura del río Gévora. La pista se mantiene en buen estado y señalizada durante tres kilómetros más allá del molino, el merendero marca la frontera. Se puede continuar, pero ya sobre una vereda de piedras.

La reforma también ha ejercido de efecto llamada para este espacio. Las previsiones pasan porque se multipliquen los visitantes en un futuro, por eso se han asfaltado el acceso por la carretera de Cáceres y un aparcamiento, sólo falta que se restauren los dos edificios, una plan que en principio entraba dentro del macroproyecto pero que finalmente se descartó.

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