Borrar
Adán posa en un parque junto a su padre, Julio Fariña. :: c. moreno
Oleada de solidaridad con Adán

Oleada de solidaridad con Adán

Numerosas personas se han puesto en contacto con Julio Fariña para ayudar a su hijo Adán, que sufre una enfermedad neurodegenerativa

Tania Agúndez

Domingo, 5 de abril 2015, 00:43

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

badajoz. «Me he quedado sin palabras. Estaré eternamente agradecido». Estas son las palabras de Julio Fariña, padre de Adán, tras recibir numerosas llamadas de amigos y desconocidos ofreciéndole ayuda para su hijo.

El pequeño sufre paraparesia espástica, una enfermedad rara neurodegenerativa que se manifiesta generalmente por la contractura permanente de los músculos de las piernas. Este problema impide a Adán moverse con normalidad. El pasado domingo HOY recogía la historia de este niño de cinco años y desde entonces el teléfono de su padre no ha parado de sonar.

La familia de Adán ha recibido durante estos días múltiples muestras de apoyo y cariño. Gestos de solidaridad que han servido para reforzar la autoestima de Fariña.

Este padre vive una situación económica difícil. No tiene trabajo y sólo cobra algo más de 400 euros al mes del subsidio por desempleo. La madre tampoco trabaja, por lo que les resulta complicado proporcionar a su hijo las condiciones adecuadas para mejorar su calidad de vida. Fariña apenas reúne dinero para sufragar los gastos de hipoteca, luz, agua, etcétera. «Llevaba unos meses desesperado. Estaba perdido y sin saber qué hacer. En el colegio Santa Marina, donde estudia mi hijo, siempre me han apoyado mucho. Desde que se ha dado a conocer mi caso la gente que quiere echarme una mano se ha volcado conmigo. Eso me ha dado fuerza y alegría dentro de las circunstancias», apunta.

Familiares, amigos y excompañeros de trabajo compartieron a través de las redes sociales la noticia publicada en HOY. En poco tiempo recibió abundantes mensajes de personas interesándose por su historia. Le preguntaban qué necesitaba su hijo y se ofrecieron a comprarle zapatillas, ropa e incluso una silla para transportarle. Como Adán no camina bien desgasta con frecuencia el calzado que utiliza. Además, como se cansa con frecuencia su padre siempre lleva un carrito para montarle cuando no puede andar, pero ya se le ha quedado pequeño.

«Incluso me llamó un compañero con el que trabajé hace tiempo y me dijo que estaban intentando buscarme un trabajo de media jornada. Ojalá se haga realidad. El trabajo es lo más importante para mí, para poder darle a mi hijo todo lo que necesita sin depender de nadie», manifiesta con cierta emoción Fariña.

Otras personas que conocieron la historia de Adán a través de las páginas de HOY se pusieron en contacto con este diario para localizar a su padre y ofrecerle ayuda. Son muchos los que piensan que el pequeño necesita una oportunidad y han querido aportar su granito de arena.

Es el caso de Bartolomé Caballer, un suscriptor que quiso ofrecer su ayuda a esta familia. Este jubilado colabora con 13 oenegés y señala que siempre que puede trata de echar una mano a quienes más lo necesitan. «Soy pensionista y trato de contribuir conforme a mis posibilidades. Comprendo las necesidades que existen hoy en día y cuando se trata de niños se siente todavía más ternura. Como la enfermedad de Adán no tiene cura, hay que tratar de mejorar su calidad de vida», declara.

Arantxa Angoña vive en Mérida y, conmovida por la situación de Adán, no dudó en localizar a su familia. Esta joven tiene tres hijos y reconoce que está más sensibilizada con este tipo de historias desde el nacimiento de su último hijo. «Cuando conoces casos así y te pones en el lugar del otro piensas que podría haber sido tu hijo el que viviese esa circunstancia. Si yo hubiera necesitado ayuda a mí me hubiese gustado que la gente me apoyara», afirma.

Eva, otra pacense, recurrió directamente a la Asociación Española de Paraparesia Espástica Familiar. Escribió un correo electrónico a este colectivo para hacerle llegar el caso de Adán y la desesperación que siente su padre. Amparo Sánchez, su presidenta, explica que esta chica se ofreció a pagarle la cuota de inscripción para que el hijo de Julio pudiese asociarse a esta agrupación y poder así beneficiarse de sus servicios.

Fariña ha quedado impresionado con toda esta oleada de solidaridad que ha llegado hasta Adán. Ahora se siente más arropado. Incluso ha abierto una cuenta a beneficio de su hijo (0019 03 8375 4010 04 6783). «Esto me ha enseñado que sigue existiendo gente buena en el mundo dispuesta a ayudar altruistamente. Aunque el problema no desaparezca, gracia a ellos me siento más aliviado. Es como si poco a poco pudiera volver a respirar», sostiene.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios