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Adoquines que se han instalado para impedir que los coches suban a la acera
El Vivero se blinda contra el botellón y los conductores temerarios

El Vivero se blinda contra el botellón y los conductores temerarios

Más de 500 bordillos rodean el perímetro para impedir que los coches puedan acercarse al estadio haciendo uso de las aceras

Antonio Gilgado

Lunes, 16 de marzo 2015, 00:13

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Lo de las pintadas, de momento, se puede considerar una batalla perdida. El Nuevo Vivero lleva años como mural callejero coloreado con firmas y garabatos que imitan al grafiti. El entorno del estadio se ha degradado por culpa de los botellones y de los conductores temerarios que aprovechan la aglomeración juvenil para hacer trompos. Baldosas rotas, adoquines arrancados y parte del suelo hundido completan el parte de guerra después de tantos años.

El inquilino de la instalación, el Club Deportivo Badajoz (en sus diferentes versiones) llevaba años mostrando su pesar por la imagen que las aficiones visitantes cuando el equipo militaba en segunda B ya se notaba el deterioro se llevaban de la ciudad.

Parte de estos desperfectos se ha corregido ahora gracias a los 178.400 euros que ha invertido el Ayuntamiento en las mejoras. Es la primera vez que el Consistorio reforma el perímetro desde que abrió en 1998.

Los operarios han asfaltado el acceso principal y en los dos fondos se han colocado más de quinientos bordillos rodeando los aparcamientos para que los vehículos no se suban a la acera, una práctica habitual en las reuniones festivas a la que ahora se pone cerco.

Los hitos cumplen una doble función: aportan seguridad porque coches y peatones ya no coinciden en el mismo espacio, y obligan a conducir con precaución por el perímetro. Ya no será tan fácil dar acelerones junto al recinto. Por contra, los vehículos de emergencia no tendrán problemas para moverse por las aceras y superar la altura.

Desde el Consistorio aprovechan la inversión para hacer un llamamiento a los jóvenes que se concentran en el botellón. Les piden que tengan conciencia de que las instalaciones son de todos los vecinos y que hay que cuidarlas. En el Ayuntamiento reconocen que no tienen medios para incrementar la vigilancia en el entorno y apelan al civismo para combatir el vandalismo.

La Asociación Cívica Ciudad de Badajoz también se pronunció en su momento sobre el deterioro y hace un par de años propuso el traslado del botellón la zona está autorizada por el Ayuntamiento o vallar el perímetro para proteger las paredes y las aceras de las consecuencias de la fiestas.

El migración juvenil se ha planteado más de una vez, pero en el Consistorio responden que el botellón que estar en algún sitio. «Podemos gastarnos un dineral y cerrar el campo, y que sólo se abra cada quince días. La ciudad necesita espacios donde puedan convivir distintas circunstancias», argumentó en su día el alcalde, Francisco Javier Fragoso, cuando le preguntaron por esta posibilidad.

El verdadero problema del recinto viene los fines de semana por la noche, porque a diario apenas pasa gente por allí. Sólo algunos paseantes y ciclistas que enfilan hacia la carretera de Olivenza, por lo que el uso de los aparcamientos es escaso. El uso de lunes a viernes tiene más que ver con el que hacen autoescuelas y conductores de la amplia zona asfaltada. Allí se prueban coches y muchos aprenden a conducir motos.

El CD Badajoz es el único equipo que usa las instalaciones esta temporada y tiene allí su sede. Su presidente, Pablo Blázquez, ya explicó cuando se anunció la obra que era el primer paso para recuperar el perímetro tan dañado. En su opinión, no es la solución definitiva y pide el cerco a los botellones.

Desde el club han manifestado más de una vez que entienden las dificultades. El estadio se encuentra muy alejado del casco urbano y los vándalos actúan con cierta impunidad en cuanto cae el sol. Por el día no hay problemas.

La solución pasaría por unas cámaras de vigilancia que permitieran identificar a los que pintan las paredes o se dedican a destrozar las taquillas del estadio. La videovigilancia ahuyentaría a quienes creen que pueden pintar o romper el mobiliario sin problemas.

Acuerdo

A finales del julio pasado, el equipo y el Ayuntamiento firmaron el acuerdo para la cesión del campo. El club dispone del estadio dos días a la semana para entrenamientos (jueves y sábado), además de la jornada de liga. También explota las barras del bar y las vallas publicitarias y cuenta con dos almacenes, uno para archivos y otro para material. Dispone, además, de una oficina y una sala de reuniones. A cambio se encarga del mantenimiento del césped y de la limpieza. Pero llegar a este acuerdo no fue fácil. Ayuntamiento y entidad deportiva negociaron durante semanas hasta fijar las condiciones.

Antes de llegar a la rúbrica, la concejalía de Deportes pidió presupuesto a una empresa del sector para calcular el mantenimiento y entonces se habló de casi 3.000 euros más IVA por mes.

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