Bomberos pacenses realizan una donación colectiva de sangre

Manuel Ramón Vicente de la Iglesia es bombero desde hace 15 años. Su trabajo es apagar incendios y rescatar a víctimas de accidentes de tráfico, pero ayer decidió hacer un alto en su vida para participar en una donación colectiva de sangre. «Este acto solidario puede salvar vidas. Yo lo sé muy bien porque mi hija necesitó dos transfusiones completas cuando era bebé».

Eso ocurrió hace unos años y desde entonces Manuel Ramón no desaprovecha las oportunidades que tiene para participar en campañas como la que propició la Asociación de Bomberos Profesionales de Extremadura (ABPEx). El llamamiento se realizó a todos los profesionales de la provincia de Badajoz y la respuesta fue masiva.

Manuel Burguillos Martín también trabaja en la extinción de incendios y a sus 56 años puede presumir de ser donante de sangre desde 1976. «Casi todos los años hago alguna donación, normalmente cada cuatro meses».

Manuel vive en Zafra y ayer no tuvo inconveniente en desplazarse a Badajoz para unirse a un acto que pretende estrechar la relación entre los bomberos que trabajan en el Servicio de Extinción de Incendios del Ayuntamiento de Badajoz y los que lo hacen en los parques de bomberos de la Diputación más próximos a la capital de provincia.

«Actos como éste nos ponen en contacto y de esa relación surgen cosas muy interesantes, como el proyecto de Ley del Fuego que estamos impulsando para que los bomberos de Extremadura tengan una preparación similar a la que existe en el resto de España», defendió Ismael Rejas, portavoz de la Asociación de Bomberos.

La intención de este colectivo es conseguir que todos los profesionales del sector que trabajan en la región sean obligados a realizar un curso de formación antes de comenzar a trabajar. «Queremos que ocurra lo mismo que en la Policía Local, donde existe un curso obligatorio que se realiza en la Academia de Seguridad Pública», añadió el presidente de ABPEx.

Ése es el objetivo prioritario, pero la asociación es consciente de que tan importante como pedir que mejoren las cosas a nivel profesional es aportar cosas positivas a la sociedad, de ahí el empeño en participar de forma colectiva en una campaña de donación de sangre.

Con ese propósito se unieron ayer a la actividad organizada por las Escuelas Virgen de Guadalupe, el centro educativo que la comunidad jesuita tiene en la carretera de la Corte. Hasta allí se desplazan desde hace más de una década los profesionales del Banco de Sangre de Extremadura para realizar anualmente una colecta de sangre. «Es un sitio muy bueno porque hay alumnos de muchas localidades y todos los años conseguimos 25 o 30 donantes nuevos», destaca María Dolores Martínez, una de las doctoras del Banco de Sangre de Extremadura.

Con fecha de caducidad

Lo habitual en este centro es que se recojan entre 80 y 85 bolsas de sangre, pero ayer se superó ampliamente la cifra por la avalancha de bomberos. «Necesitamos sangre siempre, porque las plaquetas tienen caducidad y hay que reponerlas con frecuencia, pero desde Navidad estamos un poco más escasos, por lo que nos va a venir estupendamente», explicó la sanitaria.

Pilar de la Hiz, coordinadora de Pastoral del colegio en el que ayer se realizaron las donaciones, destacó la importancia que este tipo de actividades tiene para sus alumnos. «Esto comenzó como una actividad de la semana de la solidaridad y se ha consolidado como algo muy importante, porque permite a los alumnos comprometerse activamente con la realidad que les rodea».

Para convertirse en donante sólo se exigen unos requisitos básicos: ser mayor de 18 años, superar los 50 kilos de peso y no sufrir enfermedades (diabetes, hipertensión...). «Aquí participan nuestros alumnos de FP, los profesores y los padres, que también son invitados», concluyó de la Hiz.

La próxima colecta de sangre prevista en la ciudad tendrá lugar el próximo 10 de febrero por la tarde. Será en el colegio Arias Montano, donde se repite cada segundo martes de mes.