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A. G.
Sábado, 1 de noviembre 2014, 08:48
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El testimonio de Laureano fue otro de los que se escuchó ayer en el auditorio de la base de Talavera. Los jóvenes militares conocieron cómo afronta el día a día alguien que de la noche a la mañana pasa de llevar una vida normal a necesitar una silla de ruedas.
En septiembre se cumplieron 23 años de su accidente. Fue en el trayecto Salvaleón-Feria. Laureano iba a ver el Rally de la Vendimia y se salió de la calzada antes de llegar.
Participa desde hace años con asociaciones de víctimas que dan charlas en institutos para concienciar a los estudiantes sobre las consecuencias del alcohol al volante. «Es bueno que te escuchen porque ayuda a que tomen conciencia del peligro que corremos». En su caso, no fue el alcohol lo que provocó el siniestro, pero las estadísticas oficiales dicen que está detrás de la mitad de los accidentes.«Si en cada charla que doy, uno de los que me escucha se conciencia, ya me doy por satisfecho».
A los jóvenes les repite siempre el mismo mensaje. «No se puede considerar amigo a alguien que bebe y te lleva en el coche. Un amigo de verdad no lo hace y el resto tampoco deja que vaya solo». Responsabilidad es el término que más repite cuando habla en público.
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