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Naciones unidas por el baile

Naciones unidas por el baile

Más de un centenar de músicos y bailarines de ocho países conviven en la residencia universitaria Hernán Cortés

ANA CARRANZA

Jueves, 24 de julio 2014, 08:03

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La música es una constante en la residencia Hernán Cortés durante estos días. Aquí está el epicentro del Festival Folklórico Internacional de Extremadura, que comenzó el pasado martes y finaliza el próximo domingo. Una verdadera asamblea de naciones a la que este año han acudido Benín, Costa Rica, Egipto, Portugal, Italia, Azerbaiyán y Ucrania. «Estamos acostumbrados a viajar y establecer este tipo de convivencias. Lo mejor es adaptarse a todo», cuenta Arnaud Agboliagbo, uno de los miembros del grupo de Benín. «La convivencia va genial. De hecho, ya conocíamos al grupo que ha venido de Costa Rica porque coincidimos en otro festival en Corea del Sur», añade Enrique Macedo, director del grupo de Portugal.

La relación no se queda en el escenario. En los ratos libres los grupos recurren a los instrumentos para entretenerse, y lo que se presenta como una pequeña reunión se convierte en un intercambio musical entre varios países. Este es uno de los aspectos que más valoran los conjuntos. «Me gusta observar las danzas de los otros grupos para aprender y así mejorar nuestras coreografías», indica el integrante de Benín. Para el portugués Enrique Macedo «lo que más sorpresa genera son las danzas y también las vestimentas».

Aunque no solo de música viven en esta residencia. «Todos los que estamos aquí trabajamos para preservar nuestra cultura tradicional, que cada vez se va perdiendo más. El intercambio cultural que promueven los festivales de folklore es muy importante», afirma Hans Leiton, responsable del conjunto costaricense.

La curiosidad siempre está presente en este centro y llaman la atención los horarios, la forma de vestir o los modales que tiene cada uno de los grupos. María Soledad Gómez es una de los aproximadamente cien voluntarios que hacen de intérpretes y acompañantes en el día a día de los grupos que vienen al festival de Badajoz. Explica que «lo que menos entienden los músicos es la siesta. Después de comer, supuestamente, es hora de descanso, pero eso a ellos les cuesta porque no están acostumbrados a dormir a estas horas».

El clima de Badajoz es otra de las situaciones que ha sorprendido a los foráneos. «Venimos de un país muy tropical, pensábamos que estábamos acostumbrados a las altas temperaturas, pero este calor es bastante diferente», cuenta entre risas el costaricense.

El único inconveniente que refirieron todos los países es la barrera del idioma. «Entendernos es lo más difícil, lo que más se habla es inglés y nosotros no lo dominamos», comenta el integrante de Benín. Sin embargo, hay otros que lo miran de manera optimista. «Nuestro inglés no es del todo bueno, pero aunque no sepas hablar, nos apañamos con gestos», dice María Soledad. Las horas de autobús crean complicidad y todos intentan comprenderse. «Rescatar las tradiciones y los bailes de los pueblos nos hace comunicarnos de la misma manera. A pesar de las diferencias, todos dominamos este idioma universal», afirma Hans Leiton, director del grupo de Costa Rica. Esta convivencia en la residencia Hernán Cortés suele finalizar con un intercambio de trajes regionales y en muchas ocasiones con la promesa de mantener el contacto para visitarse en el futuro o encontrarse en otros festivales del mundo.

Hoy, a las 12.00 horas, arranca en la avenida de Colón el desfile de todos los grupos, que finalizará en el Paseo de San Francisco. Por la noche, a las 22.30 horas, se celebra en el auditorio Ricardo Carapeto la ceremonia de apertura del festival, en la que actuarán los Coros y Danzas de Badajoz, Egipto y Benín.

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